LECCIONES EDUCATIVAS DESDE CHILE
Mímesis, Póiesis y Techné
El viejo Aristóteles estableció hace luengos siglos que la obra de arte
poseía tres aspectos que la conformaban y definían: La mímesis, es decir la imitación de la realidad, la póiesis, que es la parte propia y
original, y la techné, que son las
habilidades y medios que empleamos para plasmar la obra. En el Perú tenemos la
mala costumbre de mirar para afuera para averiguar lo que debemos hacer, y
parece que somos bastante buenos en eso de copiar – el copy and paste es una costumbre nacional -, pero fallamos, quien
sabe si por falta de confianza en nosotros mismos, en la parte original, y
terminamos por copiar lo que no deberíamos básicamente porque otros lo hicieron
y les ligó, y naturalmente no nos funcionan porque nuestras condiciones son otras.
Como todo chef sabe, una buena receta fracasa si el cocinero es malo. En todo
orden de cosas nuestra admiración o inclinación nos lleva a apreciar en otras
sociedades una serie de valores que supuestamente no poseemos y creemos deberíamos
poseer. Es decir, es en el fondo un tema ideológico.
Adaptar la techné de otras realidades
no es negativo cuando se tiene claro qué se quiere hacer. La mímesis y la póiesis son temas de equilibrio entre copia y creatividad y parten
de comprender la obra de arte que queremos realizar y los valores que expresa, no
los métodos para hacerla, cuestión técnica. Los valores no se copian, se
forman, y en lo ideológico los países, como los modistos, se ponen de moda por cierto
tiempo, por lo que no es rentable copiar lo que deberíamos formar. Resulta en
una pérdida de tiempo y esfuerzo, e indica que confiamos en el pensamiento
mágico. Durante nuestra historia hemos mirado en todo o en parte sucesivamente
a España, Francia, Estados Unidos, Alemania, algunos a la Unión Soviética, a
Japón, a los Tigres Asiáticos, a Corea, a Chile, a Brasil, entre otros. Parece
que nuestra baja autoestima no nos da para pensarnos aparte y atacar nuestros
propios problemas con nuestras propias armas. Mirar lo que se hace afuera debería
más bien servirnos para crear buenas ideas e impedirnos inventar la pólvora. Una
cosa es querer abrir un dique, otra es saber si usaremos pólvora para ello, y
de qué tipo.
La Educación como Obra de Arte
La Educación no se libra del tema. Hay paradigmas que miramos con poca
crítica, y anti-paradigmas que destrozamos sin piedad por razones bien poco
racionales, guiadas casi siempre por nuestras simpatías y antipatías ideológicas.
Los bien ganados prestigios de disímiles sistemas educativos como Cuba y
Finlandia se basan en algo que tendríamos que copiar: El ser originales y basarnos
sobre los propios rasgos para resolver los propios problemas. Claro que es
complicado ver dónde termina la mímesis
y donde empieza la póiesis, pero de
eso se trata precisamente la creatividad. Frente a Chile nuestra mirada ha sido
principalmente ideológica, porque el éxito de la educación chilena se produjo cuando
era fundamentalmente pública. El masivo repudio popular al sistema actual tiene
base en que el sistema anterior funcionaba, y fue desactivado para ser
sustituido por un sistema autoritario, cuyo resultado fue el rechazo total por
parte de la gente. Es que lo que se pretendía copiar no era la Educación, era
el autoritarismo. Punto de partida equivocado, de hecho. Algunos creen o quieren
creer que los regímenes autoritarios son mejores en esto de la autoridad y en
imponer ciertos valores que algunos consideran valiosos, también en lo educativo.
Chile ha desmentido claramente esta idea, y el modelo autoritario se está viniendo
abajo.
Adelantarse al cambio
Claro, esto no se produce sin lucha. Estamos en tiempos políticos
presupuestales, pues es época, aquí como en todas partes, de discutir los
presupuestos del 2012. En Chile esto está pasando también, aunque a la sombra
de las continuadas y musculosas protestas estudiantiles, de profesores y padres
de familia. Las diversas propuestas poseen características comunes a tomar
nota, la primera de las cuales es que la discusión de fondo no es educativa sino
económica. Tras decenios de asistir al desmontaje de un modelo educativo por
razones ideológicas, la estafada juventud chilena lideró un movimiento social
que impone sus cambios, mientras los políticos de todas las tendencias tratan
de convertirlos en medidas económicas más o menos adaptadas a un sistema de
cosas que no está preparado, lo que hace saltar las costuras del modelo
completo. Esto podría ser el preludio de lo que acá tendremos eventualmente que
afrontar, a no ser que nos adelantemos. Aunque nuestra pulsión de copia muestra
nuestra baja autoestima, también podemos aprovecharla para evitar el extremismo
opuesto e igualmente pernicioso de considerar que todas las respuestas las
tenemos nosotros.
Educación y Generación Ni-Ní
El problema educativo es solamente una de las puntas del iceberg de un
problema más grande: la invisibilización de la problemática de la Generación
Ni-Ní. El tema de fondo es de qué van a vivir las personas en el futuro, lo que
lleva a determinar cuestiones de base: Qué educación se imparte, para qué, con
qué nivel de calidad, cómo se va a financiar. Imaginemos por un momento que la
movilización estudiantil chilena no rebotara en el sistema político y
económico, ello provocaría algo mucho más serio, contestatario y maximalista.
Imaginemos el problema de Conga presente y multiplicado por 25 regiones.
Imaginémoslo además desarrollándose durante meses y meses, entre tejes y
manejes, tiras y aflojas. ¿Qué le haría eso a las inversiones y a la
estabilidad política y social? Los medios no podrían taparlo ni minimizarlo ni
desinformarlo, la crisis llegaría a ser evidente, y lo más gracioso es que
tenemos en la mano las herramientas para preverlo. Aunque nuestro carácter nacional
no es muy previsor que digamos, de todos modos conviene precisamente, aprender
del vecino, por aquello de que si sobre la casa de tu vecino ves llover…
Los problemas álgidos en Chile
Supongo que todos saben que la educación es el problema álgido en el
Chile de hoy. La durísima rebelión de los estudiantes forzó al gobierno
conservador de Sebastián Piñera a negociar aspectos fundamentales del modelo
económico. No se juega aquí solamente la Educación vista como una necesidad
social, sino como objeto de ingentes intereses económicos, representados por
una banca que tiene endeudado a vastos sectores de la población chilena por
muchos años por venir, con préstamos realizados para financiar una Educación
privatizada y semi-municipalizada. Que esto es importante para nosotros es
patente desde que imitamos los mismos procesos, fracasados allí y acá. Que la
Educación chilena – y la peruana – necesitan de reformas estructurales es obvio.
Veamos cuales son los temas básicos y cómo se reflejan en nuestro país.
Reformulación del crédito educativo y aumento de becas
El financiamiento y el crédito educativo en Chile se amarran a la
“excelencia académica”. Esto lleva al tema de la evaluación de los estudiantes,
y a las diferentes oportunidades de aprendizaje de que gozan. En países
desiguales este es sin duda un elemento de exclusión social, y eso que Chile es
mucho más homogéneo comparado con el Perú. Además los métodos vetustos de
evaluación se resisten a morir, y eso significa que tienen que reformularse. La
evaluación, si vamos a usarla como elemento decisorio para crédito y
financiamiento, tiene que ser tratada seriamente, mejorando de raíz los
estándares de evaluación para que ésta signifique algo en relación con los
logros que los alumnos realmente obtienen. Y para nuestro caso, además, debemos
considerar lo heterogéneo de nuestra realidad educativa. Por el lado de las
becas, nuestro sistema real creado en base a criterios anti-técnicos– el de los
Colegios Mayores - es extraordinariamente caro, como ha remarcado nuestro amigo
José Rouillion en el Foro Paulo Freire. Es mucho más barato que el Estado
otorgue becas a los estudiantes más capaces en colegios y universidades
privados de prestigio, lo que además fomenta la integración social, y convierte
al Estado en “miembro” de la APAFA, lo que de seguro tendría efectos
importantes.
Regulación de los pagos en la Educación Superior
En el Perú se sostiene aún el principio de la gratuidad de la enseñanza,
aunque bien perforado por todas partes. Esto no es un contrasentido, pero
entraña un malentendido, el de que la educación no tiene costo, y es que sí lo
tiene, pero resulta que es asumido por todos los buenos peruanos que pagan sus
impuestos indirectos y directos. Esto tiene que regularse, porque tampoco se
trata, como es la tendencia, de seguir constituyendo negocios universitarios de
pésima calidad. Y en esto hay que tener la mano bien firme, porque muchísimas
carreras están repletas de profesionales, y hay otras en las que hay una
lamentable escasez. Que se gasten los recursos del estado y las Familias en
seguir formando más abogados es ridículo, cuando hay tantas otras necesidades.
Si el valor de la plata que el pueblo y el estado se sacan de la boca para
educar a la juventud no reditúa, entonces estamos ante un delito de
malversación de fondos públicos, y es así como debería ser tratado. Y solamente
requiere que el estado se ponga los pantalones y regule.
Aumento de los estándares de Calidad
Caballito de batalla de todo el mundo es éste. Ya nos hemos referido en
parte al asunto, pero vale la pena insistir en la pertinencia de los estudios
escolares y de las carreras universitarias. Acreditar las instituciones
educativas es un trabajo por hacer, y que requiere más tiempo, recursos y sobre
todo, voluntad política de la que se está poniendo. Mejor hacerlo desde ahora
que frente a movilizaciones de miles de personas. Y que esa acreditación se
someta a los estándares internacionales es imperativo.
Financiamiento de la Escuela y la Universidad Públicas
Revitalizar – dar nueva vida – a la Educación Pública, parece imperativo.
El languidecimiento de la escuela pública debe ser revertido. Esto es aumentar gasto,
gasto y más gasto. Gastar en infraestructura; gastar en la formación,
actualización permanente y sueldos de los profesores; gastar en alimentación
escolar; gastar en materiales educativos de primera, y en textos, etcétera. Además
es reducir el número de alumnos por aula y de escolares por colegio, tenerlos
durante más horas y atenderlos más y mejor. Es imperativo por lo menos poner
nuestro gasto educativo al nivel del resto del continente. Eso es pisar callos,
y sí, de hecho es obvio que no hay recursos para todo a la vez. Pero lo cierto
es que se desperdician demasiados, produciéndose conflictos de interés
gravísimos, en especial cuando vemos que la Asamblea Nacional de Rectores es,
en la práctica, un cuerpo estamentario que defiende sus propios intereses,
incluso con su propia bancada en el Congreso. En la práctica estos grupos de
interés terminan por emplear recursos del Estado y la Sociedad que se podrían
emplear mejor en la educación pre-escolar, de donde sale el contrasentido de
que los niños subalimentados y subeducados de nuestra patria subsidian la
educación superior. También hay que considerar la diversidad de nuestro país y
las diferentes necesidades de los diversos grupos que conforman nuestra patria,
cuyos requerimientos están limitados por el magro presupuesto que se les
asigna.
Priorización de la formación en tecnicaturas
Este tema está siendo visibilizado en diversas partes, en función de la
Generación Ni-Ní. No lo es lo suficiente en nuestro país. En Chile este tema se
está tratando de llevar hacia la Prioridad País, lo que muestra que lo están
viendo. Reza para esto lo mismo que reza para la educación secundaria: Gasto,
gasto y más gasto. En infraestructura, en formación, actualización y sueldos de
docentes, etcétera. Tratemos de recuperar el sueño de sacar a los alumnos de la
secundaria titulados y en capacidad de ganarse la vida. Y en esto, como en varias
otras cosas, necesitamos destrabar la burocracia y hacer de una buena vez las
cosas bien. A mis otros artículos sobre la Generación Ni-Ní remito para más
propuestas.
Aumento de la cobertura y reforzamiento de la educación preescolar
Si no alimentamos, aprestamos y protegemos de la contaminación a nuestros
niños para que entren en la vida con alguna oportunidad, apenas nos mereceremos
el titulo de sociedad civilizada, y esto es mucho decir de un pueblo que estuvo
entre los que inventaron la civilización. Aquí reza de nuevo la receta de los
acápites anteriores: Gasto, gasto y más gasto.
Gasto, Inversión y sostenibilidad
Frente al tema que he levantado de gasto, gasto y más gasto, me caben dos
reflexiones. Uno, que decir gasto en educación es decir Inversión, pero
Inversión de largo plazo, aunque algunos indicadores puedan reflejar mejorías
más o menos rápidas. Pero en esto, como en todo, no debemos dejar que el árbol
nos tape el bosque. Y en segundo lugar, que si consideramos la inversión
educativa también debemos considerar el Retorno. Nuestra educación en este
aspecto posee un retorno muy bajo, es decir, no es sostenible. Hay varias
razones para ello, algunas de carácter estructural. Más de cien personas dejan
nuestro país diariamente, buscando quedarse en el exterior, y la inversión
educativa hecha en ellos favorece a los países que los reciben, y ahí hablamos
de dos millones de peruanos que aportan afuera, y si bien las remesas en algo
retornan esa inversión, es obvio que hay una pérdida. La baja calidad educativa
no es una inversión, es gasto puro y simple, equivalente a tirar los billetes
por la ventana. Cuando miremos la educación desde esta perspectiva tenemos que
ver nuestra sociedad como un todo. La inversión en Educación no puede ser
manejada con criterio mercantilista, porque el cortoplacismo ejerce un vicioso
sobrecosto sobre las familias, y quien más gana con la privatización de la
educación es el sistema financiero, que presta crédito de consumo a altísimas
tasas de interés para una Inversión que es de largo plazo. El tratar con tasas
de interés de corto plazo las inversiones de largo plazo es una violación
terminante de las reglas del mercado, e INDECOPI debiera hacer algo al respecto
de este abuso. Así que la sostenibilidad de la educación no puede ser vista
como un negocio. El lucro, por lo tanto, no es una opción.
Colofón
¿Se podrá en cinco años hacer todo esto, y prevenir la Conga estudiantil?
La tendencia es muy clara, se trata del acceso igualitario a la educación de
calidad y del fortalecimiento de los sistemas pre-escolar y escolar públicos. No
parece tanto, pero hablar es fácil. No pretendo haber agotado el tema, porque
seguramente hay mentes más viejas y más sabias puestos en esto. La cosa es
hacerlo antes que tengamos a los Ni-Nís encima. Y punto.
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