ANALFABETISMO CIENTÍFICO
“Ser científico en el Perú es como ser torero en Nueva York”
(Dicho de los Científicos peruanos)
Nuestro vecino Chile, ha lanzado no hace mucho su primer satélite artificial desde Kouru, en la Guayana Francesa. Por favor, no miren para arriba porque no lo vamos a ver, aunque él sí que nos verá bien al derecho y al revés, y la mayoría ni enterados. La inusual actividad solar de los últimos meses y años se ha reflejado en desusados niveles de radiación ultravioleta, cuya relación con el programado Fin del Mundo para Diciembre de 2012 preocupó a algunos más que el muy concreto riesgo de cáncer a la piel. En el pasado sismo de madrugada que nos hizo recordar por la vía directa que vivimos sobre una placa tectónica, hubo periodistas que dijeron que tuvo una profundidad de 60 metros, y amenazaban con tsunami cuando el epicentro estaba tan cerca que el olón hubiera llegado antes que cualquier advertencia. El calentamiento global se lleva consigo las reservas hídricas junto con los glaciares de nuestra Cordillera, y todo lo que hacemos al respecto es mirar como sucede y de cuando en vez lamentarlo. Los Encuentros Científicos de Verano e Invierno organizados cada año por Modesto Montoya, así como otros eventos relacionados con el tema, no merecen de los medios de comunicación más atención que la que le otorgan a un cadáver con las tripas expuestas.
Todo esto nos revela algunos
pequeños detalles que nos hemos dejado olvidados mientras
discutíamos, discutimos y posiblemente sigamos discutiendo tonterías. No digo
que no se discutan tonterías, el mismo concepto de tontería
es variable, y lo que para algunos puede serlo para otros puede ser de
cortante necesidad y actualidad. Pero aunque los espacios periodísticos sean
limitados, no lo son tanto que no se pueda tocar otros temas que tonterías. Brillan
por su ausencia los temas de fondo, aunque vemos titulares sobre la Biblia y
las señales del Fin del Mundo, si bien es verdad que en medios conocidos por
vender sus titulares al mejor postor. Hay libertad de expresión, de cultos y de
opinión, pero hemos notado que los temas en la discusión pública los ponen las agendas periodísticas. Según algunos
periodistas la agenda la establecen los
ángeles y baja de los cielos. Será así, seguro, y es obvio que los ángeles,
arcángeles y demás miembros de los coros celestiales no se interesan en Ciencia y Tecnología. Y para el caso, tampoco en Cultura, a no ser que tengas buenos contactos, pues la agenda se
compra y se vende. Hay excepciones que confirman la regla.
Un cambio progresivo en la matriz
productiva del Perú es necesario en el mediano plazo para hacer sostenible
nuestra economía, no podemos permitirnos mantenerla en un esquema exclusivo de
exportación de materia prima en bruto. A no ser sobre una base provisional mientras nos dirigimos a una matriz sostenible. La matriz minera da mucha
plata pero no da chamba, y depende de factores de los que no tenemos
control. La sostenibilidad y autonomía en el contexto global de nuestra
economía no son posibles sin desarrollo de la Ciencia y Tecnología, que implica redirigir algunos de los ingentes recursos de la minería a
la Inversión, lo que no se ve ni siquiera lentamente.
La triste realidad es que vamos hacia atrás; involucionamos,
no evolucionamos. Ello, más pronto o más tarde, se
reflejará en las cifras de crecimiento económico. Luego se dirá que el recalentamiento económico y que la estructura económica no está preparada
para el crecimiento. Crecer a lo bestia no sirve a no ser que hagamos algo útil
con esa plata, de eso trata el recalentamiento. Echémosle una
mirada a esa cosa de la ciencia en el Perú, lo más realista que podamos.
Las patentes son un indicador interesante de lo que pasa con la Ciencia y Tecnología en una
sociedad. Indican el grado de contacto y articulación que hay entre el sistema
económico y el desarrollo científico-tecnológico, es decir, en qué medida éste
impacta en aquél. Un alto grado de vinculación significaría que hay
emprendedores y/o empresas que, desde la Ciencia, encuentran potenciales aplicaciones
específicas para ciertos principios encontrados a partir del empleo del método científico.
En la actualidad el modelo del progreso científico está muy vinculado a la
empresa, y lo entendemos como una parte sustanciosa y potencialmente lucrativa
de su responsabilidad social. R + I (Research
and Development = Investigación y Desarrollo; I + D en spanish) es un componente esencial del
desarrollo empresarial moderno, esto muy aparte de la intervención del Estado. Vale
decir, el número de patentes es un indicador interesante de la capacidad de innovación
y de la participación del estamento de los científicos en el desarrollo
económico de la sociedad.
Nuestras cifras son bastante desoladoras
en este aspecto. Hasta donde sabemos, el número de patentes va en disminución –
50 en 1978, 34 en 1993, 28 en 2007. Si la tendencia es generalizada, como
aparentemente es el caso, pues eso indica que algo se pudre por
allí. Más allá de los discursos, lo cierto es que nos gana la inercia. Si no
producimos conocimiento, pues tenemos que comprarlo, y eso es tan inevitable
como caro.
Imaginemos el siguiente proceso:
Inviertes en Educación, digamos que poco y mal, pero inviertes. Metes plata de
donde no la tienes, te endeudas (PNUD) para ello, exprimes tus recursos y sacas
adelante la Educación, por más que no lo hagas óptimo, pero estás en el ajo cuando
menos. Como suele ocurrir cuando inviertes, en algunos
casos el asunto te liga y en otros te sale cuadra. Mi pregunta es ¿Qué diríamos
si la mayoría de nuestras inversiones exitosas termina trabajando y rindiendo dividendos a la competencia? Pues que estamos invirtiendo, gastando y endeudándonos
para favorecer, en un emprendimiento en exceso altruista, a otros
países. Esto, ni más ni menos es la fuga de talentos vista en plata. Y según
parece, en nuestro país la fuga tiene caracteres de chorro.
Cuando los estudiantes y egresados
de carreras científicas logran salir del país, no vuelven. Ni
tienen por qué, porque si para ser científico requieres una inteligencia
un poco más que mediana, y ser un individuo más o menos sensato, ambas te llevarán a constatar que la peor decisión que podrías tomar es
volver a tu país. Y debe ser duro pasar por ello, casa por casa
uno prefiere la suya. Pero si “por mejoría mi casa dejaría”, para
los científicos peruanos se voltea el refrán por “Si empeoraría … no regreso ni de a vainas”. Más de la mitad de los beneficiarios de becas
científicas no vuelven, porque mientras acá los maltratamos, en otros lugares indudablemente subdesarrollados (Estados Unidos,
Europa, Japón, Brasil, Australia, Chile, etcétera), se los quedan.
Es una superganancia para ellos que no
invirtieron en su educación. Los sonsonazos somos
nosotros que subsidiamos a otros países, incluso vecinos. Más de 2,500 científicos peruanos trabajan en el Brasil, por
ejemplo.
Hacia 2011 había más becas para Ciencia y Tecnología
que cuerpos calientes para llenarlas. En el 2009 la Oficina de Becas y Crédito
Educativo del Ministerio de Educación informó que solamente se llenó el 30 % de
becas disponibles para estudios fuera del Perú, algo menos de 2000. Nos
gustaría saber cómo evolucionaron estas cifras, y además qué pasó con la plata dispuesta para las más o menos 4000 restantes. La situación es más
crítica en las Becas de Post-Grado, su reducción es notabilísima – 72 en 2002,
7 en 2007, según CONCYTEC. Qué curioso, yo creía que teníamos un problema
educativo. Y no es que no lo tengamos, en especial en las carreras que se
ofrecen, aparentemente más adecuadas para el exterior que para nuestra realidad
económica. Probablemente haya además un tema institucional, pero eso solo
podemos suponerlo. Lo que sí parece obvio es que las becas están amarradas a retornar
a nuestro país, es decir, en el actual estado de la cuestión, a autocondenarse
al desempleo. Y los suicidas tienden a ser pocos, lo que dice bien de la salud
mental de nuestros estudiantes.
Según parece, el tema de fondo es
que nuestra estructura laboral no es adecuada para absorber a los científicos,
y eso nos lleva a la estructura económica. Creo que corregiré mi
percepción original de que la beca debería necesariamente amarrarse a retornar
al Perú, a no ser que se enfrente el problema laboral con alguna sindéresis.
Parece importante que, como ocurre con los programas de empleo juvenil, debiera
preverse los puestos en que se podría encuadrar a los jóvenes
científicos, hay procedimientos adaptables, pese a nuestra estructura
económico-laboral. Pero aparte de esto los sectores que emplean
tecnología de punta son pocos y pequeños, y el sector servicios,
bajo en innovación tecnológica y alto en cholo barato, sigue siendo la fuente
principal de empleo.
El Estado del Perú gasta, y ya hemos
visto más o menos cómo, menos de cuatro dólares anuales per cápita en R + I
(Investigación y Desarrollo, I + D). Estados Unidos de Norteamérica gasta 1200 al año,
pero ellos son ellos. Brasil, con veleidades de gran potencia y objetivos claros,
destina más de 60 machacantes, en tanto que Argentina 30 y Chile 25. Solo superamos a Haití en el concierto latinoamericano, patético. Y el científico peruano gana cuatro veces menos de lo que gana en Chile. Así no la hacemos.
Sesgos educativos
Nos
preguntamos qué diablos pasa con la enseñanza de las matemáticas y las
ciencias en nuestro país. Nuestro sistema produce analfabetos
funcionales en lectura, y también analfabetos
matemáticos y científicos. Las carreras universitarias “de letras” están
repletas porque son – cito a innumerables estudiantes – “más fáciles”. Y como se trata del "cartón", de cualquiera, ahí vamos. La
Investigación está ausente en la gran mayoría de las Universidades, con
excepción de las públicoas Universidad Nacional de Ingeniería, Universidad
Nacional Mayor de San Marcos y Universidad Nacional Agraria; y las Privadas
Cayetano Heredia y Católica, según la Academia Nacional de Ciencias. La misma
fuente señala menos de 500 Doctores en Ciencias, con edad promedio
de 60 años, lo que indicaría, obviamente, que los menores deben estar fuera del
Perú. Graduamos más o menos diez doctores al año, diez veces menos que Chile. Y
según la misma fuente, menos del 10 % de los Docentes Universitarios hace algún
tipo de Investigación. No extraña, la supervivencia se mide en horas
trabajadas, mientras más horas enseñas más ganas. La Investigación está subvaluada
y se hace en horas libres y sin remuneración, así de simple.
Colofón
Para variar, no agotamos el tema.
Pero tratamos de contribuir a que se le vea. Hay múltiples propuestas,
algunas mejores que otras, pero la necesidad de políticas
claras y medios para implementarlas parece esencial para avanzar. Necesitamos
una masa crítica de gentes que se compren el pleito y fastidien a los decisores
políticos con el tema. Dejamos aquí el tema por hoy. A
ver si empezamos a dejar el lamento de lado y empezamos a fregar con ganas. El
que tenga ojos, que oiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario