CONTRA LA POLÍTICA DE LAS MAFIAS
Asistimos a un espectáculo útil y necesario, aunque cínico y nauseabundo:
todos los hombres públicos, valiéndose de documentos fehacientes, se arrojan a
la cara el lodo que amasaron en su camino. Parece la sacada al Sol de todas las
inmundicias almacenadas en un hospital de sifilíticos y leprosos. Sólo falta
que la nación arroje una buena dosis de ácido fénico.
(Manuel González Prada
– Horas de Lucha – Nuestros Beduinos -
1889)
Los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los
hijos de la luz (Lucas 16:8)
Mafia y Política
Las elecciones a gobiernos locales
y regionales en todo el Perú hacen saltar chispas políticas que normalmente se
esconden. Es momento para deconstruir discursos falaces o mentirosos, y tal vez
elevar el debate. En el Perú los términos Mafia y Política devienen sinónimos,
abundan cuestionamientos por Corrupción de Presidentes y Consejeros Regionales,
Alcaldes y Regidores Provinciales y Distritales, Congresistas de la República,
Ministros de Estado, Jueces y Fiscales, Policías y Militares, y demás
instituciones. La cosa no mejora en el sector privado, la Derecha Económica busca
frontalmente lobistas expertos y hábiles que gobiernen directamente para ellos –
no parece haber más que los chapuceros de siempre – y las estructuras de la corruptela
se desinforman en los medios de comunicación concentrados y parametrados. Leo los
ensayos de Horas de Lucha de Manuel González Prada, y me sorprende la
similitud de las situaciones, las que salvo
dos o tres nombres propios son tan aplicables a la situación de hoy que de
hecho me pregunto si en verdad algo ha cambiado en los últimos cien años.
Estructuras mafiosas
Incuestionable es que en la
política peruana hay Capos y Dones, e incluso capi di tutti di capi, lo que sugiere estructuras largamente
establecidas del tipo famiglias y argollas.
No diré nombres por motivos de supervivencia y flotamiento, pero son tan obvios,
tan conocidos y tan protegidos que son capaces – ya ha ocurrido en México – de acallar
incluso aparentemente inofensivos Blogs con mandatos judiciales debidamente
remunerados. A tales Capos se les
reconoce rápido, acaparan titulares y acumulan medios defensivos. Y, hay que
decirlo, actúan con mayor habilidad que los hijos
de la luz. Pero entendámonos, acá no creemos en una moral de dibujos
animados, con los buenos de un lado y los malos del otro, menos aún en una
sociedad donde la sotana esconde la alianza con los aparatos de corrupción más documentados
de toda la Historia peruana (Ver al respecto mi Crónica de Lecturas 47 –
Historia de la Corrupción en el Perú: http://memoriasdeorfeo.blogspot.com/2013/08/cronicas-de-lecturas-47-historia-de-la.html). Por ello siempre me ha parecido que amarrar el tema de la Corrupción con el
de Valores es un truco barato para esconder los árboles dentro del bosque.
El aceite que lubrica
Por si alguien en el Perú aún es
tan caído del palto que duda de la
procedencia del aceite que lubrica el asunto, éste se reparte entre la delincuencia
directa y el empleo de la caja fiscal. Entre sus formatos está la mayor o menor
permisividad con que se saben conectar. Dentro de las industrias ilegales destaca
el Narcotráfico por los montos que maneja, su internacionalización y el
silencio que lo recubre, que también tiene su costo. Hablamos acá más o menos
de unos 6,000 millones de dólares anuales, que requieren una economía en crecimiento
para lavarlos bien lavados. El sistema de la Corrupción no es, pues, un
conjuntito de aisladas argollas sin contactos entre sí y con islas de “Bondad”
y “Honradez” entre ellas en donde se puedan esconder los ciudadanos que no quieren
hacerse problemas. La complicidad asume muchas formas, entre ellas la de votar
por los candidatos de la Corrupción que todo el mundo conoce, y por lo tanto ya
no es posible a estas alturas aducir ignorancia. Hoy no quedan más que dos
alternativas en ese respecto: O se es imbécil o se es cómplice.
Un Sistema Corrompido
No hay, pues, donde esconderse, la
realidad nos alcanza. Por más mentolátum que
le echemos al cáncer sigue siendo cáncer. Un sistema de Corrupción implica
organizaciones (unificadas o no), modus operandi,
protocolos de acción, funding, dispersión
tentacular y códigos como la ley del
silencio, entre otras características. Usar la ley con fines de corruptela
es más conocido que los agujeros de las orejas, e incluso su lenguaje retorcido
rememora la Camorra siciliana y
calabresa: No hay mafioso que no se reclame “honorable” y “cavaliere” como Berlusconi. Son, por supuesto, hombres (y mujeres) que
defienden su honor, a los que en
Sicilia recibirían ni más ni menos que como mafiosos. Manuel González Prada les llamó hace más de un siglo Los Beduinos, en memoria de los asaltantes
de Caravanas.
Cómo se combate la Corrupción
No nos interesa acá ser
específicos y detallistas. También es verdad que es facilísimo hablar, pero si
se tiene cierta claridad en ver los problemas, se tiene cierta claridad en ver
las soluciones. El problema más grave de la Corrupción es su enquistamiento en el
Estado, la Empresa y la Sociedad Civil. Un Sistema corrompido desde la médula
solo puede atacarse de dos modos: Desde Dentro o Desde Fuera. La solución “Desde
Fuera” se ha probado muchas veces, y ha chocado con poderosas resistencias, y
aunque parece más efectiva y tentadora, hoy ya no está de moda. La solución “Desde
Dentro” es condenadamente fácil, pero lo fácil es difícil: Es tratar a los
delincuentes como delincuentes y combatir al fuego con fuego, y esto no se
consigue de la noche a la mañana. Como en todo, hay que comenzar por el
principio, y el principio es una cuestión política: que la gente señale a los
delincuentes con el dedo y diga: Estos son delincuentes.
Condena Política
La Corrupción carece de sentido
del Humor, salvo ciertos cavalieres. Por
ello no sabe ni puede defenderse de la vergüenza pública, responderá primero
con el silencio y el acallamiento, que para eso controlan los medios. Sólo en
segunda instancia serán agresivos con el sarcasmo, la ironía, la burla y la
superioridad intelectual. Recurren ahí a “argumentos”: Falacias, calumnias y
mentiras. Crecer en un ambiente de silencio es más fácil que crecer a la luz
del día, la gente ve juntarse tipos cada vez más impresentables, y las
reputaciones se erosionan y derrumban. Las redes clientelares
mafioso-delincuenciales-periodísticas son cada vez menos capaces de engañar a
una cantidad respetable de la población, a no ser convenzan que todos son lo mismo a punta de machaconas
insistencias y de llevar la gente al hartazgo. La Condena Política empieza por
decir del pan que es pan y del vino que no es aceite: Si una encuesta dice que para
un 40, 50 o 60 % de la población el “Hacer Obra” es tan valioso como “Robar”,
pues dejémonos de tonterías y digamos directamente que hay gente que es o
Estúpida o Cómplice, y que si esa población es coherente que se deje de bobadas
y le enseñe a sus hijitos lo importante que es ROBAR, y les envíe a colegios donde
se enseñen estas habilidades. Total, lo que importa son los Valores.
Colofón
En realidad, si fuéramos coherentes,
deberíamos dejarnos de lo que en México ya llaman “diatribas semánticas” y
lanzarnos de frente a una Operación
Manos Limpias de desmantelamiento de argollas y mafias. Pero parece que aun
no estamos preparados para semejante grado de desarrollo social, y que la situación
deberá empeorar antes de mejorar, y llegar
primero a un punto de crisis insoportable. Que el que tenga Oídos, Vea. Que el que
tenga Ojos, Oiga. Y después, que no se quejen.
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