INNOVACIÓN Y
GENERACIÓN NINI
Uno de los problemas de la innovación en Educación es análogo al que Descartes detectaba para el Sentido Común: Que todos creen estar tan bien provistos de él que nadie siente que realmente le falte. No se dice así de dientes para afuera, sin embargo, pero en el fondo se cree que la Innovación siempre la tiene uno, nunca el resto. Parte del palo encebado que nos caracteriza, por supuesto, que se distingue cuando empezamos a pontificar y tratar de adaptar la realidad a nuestra subjetiva medida, en vez de tratar nosotros de adaptarnos a la objetiva realidad más amplia que nos rodea y nos supera.
Esto se distingue con enorme claridad cuando tratamos los problemas educativos en nuestro país, cosa que creemos exclusiva de educadores y especialistas - y muchas veces de los que por tener espacio periodístico creen saberlo todo-, que sabemos lo que al resto le conviene y aspiramos a ser Autoridades. La Autoridad es uno de los grandes enemigos de la Innovación en el planeamiento y trato de los problemas educativos. Los que padecen los problemas no son escuchados, porque "sabemos lo que les conviene". Hablamos de ellos, y sobre ellos, pero no con ellos, y si les consultamos es casi siempre un saludo a la bandera que hacemos con desgano, porque ya que le preguntamos a otros, hay que incluirlos a ellos. Llámesele estudiante o alumno, el común denominador es que el niño, niña, adolescente, joven es un paciente, no un agente.
Creo que a pocos en nuestro país se les ocurre que uno de los principales problemas educativos a los que hay que aplicar la capacidad de la Innovación es el aburrimiento de los alumnos. Pero parece obvio que hay que combatir su desgano y desmotivación. Así parece que se le ocurrió a Geofrey Mulgan allá en las Británicas Islas. Veamos el video y saquemos nuestras conclusiones.
Geoff Mulgan: A short intro to the Studio School | Video on TED.com
Un aspecto de la Innovación en este aspecto es ver qué requieren aquellos que proporcionan empleo a los alumnos egresados. La parte de los conocimientos tiene sentido en cuanto a ciertas habilidades cognitivas que los alumnos tienen que lograr (leer y comprender lo que se lee, escribir con sentido, etc.), pero lo que los empresarios y emprendedores parecen requerir más de los egresados del sistema es que posean ciertas habilidades no cognitivas, de carácter ético-moral-político, que a veces llamamos actitudes. Creo que están tratando de enfrentar desde su perspectiva el serio problema de la Generación NINI (Que NI estudia NI trabaja) con los estudiantes, no para ellos.
La principal pregunta que yo y muchísimos otros profesores hemos oído durante años de los alumnos más perspicaces - y que por cierto hemos sido incapaces de responder convincentemente - es para qué diablos sirve todo lo que enseñamos. Parece que proporcionar un contexto como el que las Escuelas-Estudio presentan orienta a los alumnos, y responde implícita y explícitamente a esa pregunta.
Además, la propuesta de Mulgan y las Escuelas-Estudio presenta lecciones interesantes: La Inclusión es absoluta, no tratan de seccionar por "méritos", como hacen los Colegios Mayores de nuestro país - pálido reflejo nacional de estas Escuelas-Estudio -, donde evaluar es tan fácilmente convertido en un proceso arbitrario. Que el 80 % de la currícula se ejecute en base a proyectos se parece bastante a lo que queremos hacer en los CETPROS, pero ellos no parecen tener empacho alguno en hacerlo en el equivalente de nuestra Secundaria. Tratan de reproducir la jornada laboral y las operaciones propias de los oficios y ocupaciones realmente existentes, y ello en coordinación con los emprendedores y empresarios de las localidades donde se ubican. Y en esto se parecen a lo que estamos haciendo en nuestro país con PROJOVEN.
Con el egregio Maestro Jirafales, Norte y Guía de la Educación en América Latina, me pregunto por qué razón, motivo o circunstancia nosotros tenemos descuartizado en Colegios Mayores, CETPROS y PROJOVEN lo que ellos juntan en las Escuelas-Estudio. Parece más directo, más económico y más práctico unirlo que tenerlo separado. Y además tiene una virtud mayor aún: Funciona. Tengo la sensación que esta experiencia podría hacernos repensar cómo enfrentamos la Educación para el Trabajo en función de esa generación NINI aún tan invisible.
No parece tan difícil aprender de esta experiencia. Algunos pasos se están dando en esa dirección en nuestro país. Aprender sin complejos de las experiencias exitosas, y a la vez sin calco ni copia, debería ser una de nuestras consignas. Y punto por el momento.
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