NI ESTUDIA NI TRABAJA NI NADA: GENERACIÓN FRUSTRADA
"Los jóvenes tienen que trabajar de manera
tan competitiva, que se acaban rompiendo (...) No están sólo desorientados, es
que, en realidad, no hay pistas, no hay camino, no hay derecha, izquierda,
adelante, detrás". (Alain Touraine)
“Si seguimos confundiendo lo que es el éxito
para una persona, si queremos pensar que alguien exitoso es aquel que en menos
tiempo hace más dinero, estamos equivocándonos, y eso tiene que ver con el
crimen organizado y con la búsqueda de salidas falsas que no llevan a ninguna parte”
(José Narro López, Rector de la UNAM de México)
“No son chicos que la que estén pasando genial
a expensas de los padres. Son chicos, chichas, grandotes, grandotas y
asustados.” (Alejandro Schujman)
"Lo que pasa es que rechazan el menú
laboral que les ofrecemos. El fallo es nuestro, de nuestra educación y nuestros
medios de comunicación (…) Se está produciendo una gran quiebra cultural. Los
componentes identitarios de los jóvenes no son ya las ideas, el trabajo, la
clase social, la religión o la familia, sino los gustos y aficiones y la
pertenencia a la misma generación y al mismo género; es decir elementos
microespaciales, laxos y efímeros" (Federico Jabaloy)
Empecemos con algunos testimonios
recogidos en red. Son jóvenes Ni-Ni y adultos preocupados que hablan de su
experiencia en posts anónimos sobre el problema. En algún caso he intervenido la
ortografía para hacer legible el post:
“(…) hace tres meses terminé mis estudios (…) la
empresa que me había prometió contratarme no me contrató. (…) después del
enorme esfuerzo que supuso para mí, estudiar (…) ya pasaron 4 meses desde que
terminé la escuela (…). Ahora que me entero de los NINI, me siento fatal,
porque (soy) de esa generación, y por más que ayude a las tareas domésticas y
trate de ser útil en mi hogar, (…) no estoy haciendo lo que a mis 21 años debo
hacer. Me siento muy mal y con mucho miedo, (…) tengo pánico de ponerme a
trabajar. Lo que estudié no es (…) lo que más me gusta, (…) lo estudié para (…)
conseguir trabajo (…), pero no contaba con que la empresa retiraría su
inversión e interés en mi, dejándome sin nada. Ahora me siento insegura porque
(…) tengo que buscar trabajo (en) lo que estudié, pero es terrible buscar
trabajo (en lo) que no te gusta y no puedo (en lo) que no estoy capacitada. (…)
queda la opción de (…) estudiar, pero no hay (lugar) en las escuelas públicas, (…)
y mis padres no me pueden pagar una escuela privada. No sé qué hacer, no quiero
trabajar por pánico a tener un trabajo (que) no me gusta (ni) motiva, no puedo (entrar)
en la universidad pública porque tiene un cupo super-extra limitado, (…) y no
estoy dispuesta a trabajar (…) donde me paguen una miseria (…). No sé qué
hacer, estoy bloqueada y ese bloqueo me hace ser parte de la nueva generación (…)
de los NINI. (…) me la paso leyendo libros y estudiando Italiano en línea, pero
sé que pronto eso no va ser suficiente y siento que una enorme depresión se
avecina....”
“Hola, no soy bienbenido aqui, estoy pidiendo
ayuda, aqui estoy en mi casa sin aser nada pero no por huevon, yo quiero
estudiar y trabajar para darme mis lujos, pero no puedo, mi problema es que soy
flaco, feo con lentes, un poco chaparro, tengo 15 años, cada ves que salgo la
mayoria de la gente se burla y se rie, no quiero salir, ademas me jusgan sin
siquiera conoserme, que me creo mucho, que tengo cara de pendejo, entre muchas
cosas mas. Me sacó mi madre por que hiba a reprobar, trabaje en un restaurante
en donde casi todos me trataron mal, me tuve que salir de ai y a mi si me
gustaba mi trabajo, mi ermana me trata mal pero no la culpo soy un parasito, haora
aveses estoy tratando de buscar como estudiar y trabajar pero aun no encuentro
nada. “
“
.. usted sabe
que cuando encontró empleo fue sin experiencia, igual que toda la gente grande
que comenta aquí. No nos hagamos tontos, la verdad yo ahorita trabajo de chalan,
aunque soy ingeniero de software y tuve que pasarme por empleado por que pedía
trabajo como ingeniero y no me daban, según los empresarios por que no tiene uno
mucha experiencia. Que se vayan al carajo esos vejetes, ellos mismos entraron
sin experiencia y con conocimientos nulos”
“Hace días explotó mi relación con mi pareja en
parte por este problema, yo nunca vi justo (que sus) dos hijos (…) (de) 24 y 22
años -no soy el padre biológico- no estudien no trabajen, exijan comodidades y
lujos y hasta vehículo último modelo, no ayudan a levantar ni un papel del
suelo, ah, pero sí beben alcohol y fuman. Ellos dicen porque es obligación de
la madre hacerlo …”
“Yo tengo un sobrino de 21 años y no hace nada, ni
trabaja ni estudia ni da golpe como dicen en mi tierra, no sabemos qué hacer,
cuando dejó de estudiar mi esposo y yo lo intentamos motivar con apoyo económico
como "premio", pero nada ha funcionado, al principio pensamos que por
haber "salido del closet" tenía choques emocionales pero ahora ya no
sé qué es lo que tiene. Sacarlo de casa y quitarle el apoyo no creo que ayude
mucho, su papás nunca han tenido mucho así que mi pregunta es ¿tienen algún
reportaje guía, comentarios, o algo que nos pueda guiar a sacarlo de esa
actitud? Es un desperdicio de vida, capacidades y tiempo la actitud que toman.”
"Miramos con descrédito la vida que nos ofrece
la sociedad. Nuestros padres trabajaron mucho y se hipotecaron de por vida,
pero tampoco les hemos visto muy felices. No es eso lo que queremos. La gente
tiene pocas prisas para hacerse mayor"
En este Blog hemos tocado reiteradamente
el problema de los Ni-Nís, centrándonos en advertir la existencia de este grupo
generacional, que abarca gran número, y algunos de sus rasgos, aunque en
realidad sobre los Ni-Nís los estudios no abundan y poco sabemos fuera de
hipótesis más o menos astutas y testimonios como los que muestro líneas arriba.
El fenómeno, por cierto, no es privativo de los países subdesarrollados o
emergentes, en verdad pasa en todos lados, aunque con diferentes modalidades e
intensidades. Lo único de lo que podemos en verdad estar seguros es que el
problema social ya está aquí, pero no lo vemos.
Agendas Políticas
En general a los problemas
sociales en nuestro medio se los invisibiliza. Esto en parte refleja un conflicto
entre Agendas políticas. Las agendas periodísticas están sesgadas hacia
intereses ajenos a los grandes problemas de la sociedad. Existe un lenguaje que
oculta, así como hay un lenguaje que muestra, y parece que la agenda
periodística oculta muchísimo más de lo que muestra, y cuando muestra lo hace
muchas veces para ocultar. La Agenda Pública la establecen los gobernantes, que
tienden a ver los problemas según los criterios de lo que se puede hacer, la
legalidad disponible para hacerlo y la posibilidad real de lograrlo. A su vez,
hay una Agenda Ciudadana con muy limitados medios de expresión, pues la Agenda
Periodística muestra poco interés en ella, y la Agenda Pública está limitada
por las leyes, los presupuestos y las inercias institucionales.
Estereotipos Públicos
Hay temas que el discurso de los
medios solamente toca desde sus estereotipos, que a su vez articulan un
lenguaje y una visión de la realidad destinadas a lograr objetivos políticos
dictados desde las alturas de los poderes fácticos. En apariencia se trata de
fomentar el temor difuso y mantener lo más aislado posible en compartimentos
estancos a ciertos grupos sociales. En el discurso de los medios los niños y
jóvenes Ni-Ní se representan en sus estereotipos de vagos, pandilleros,
delincuentes juveniles y mendigos de la calle; las Personas con Discapacidad
como cieguitos, cojitos y niños Down objetos de lástima y requeridos de asistencia;
los Excluidos sociales como pobretones, vagos, cholos, indios y nativos
amazónicos protestones, informales, invasores y perros del hortelano; los
alumnos y profesores que necesitan educación como senderistas y sindicalistas,
resentidos, culpables de la decadencia de la educación, revoltosos y manipulados.
Es una visión infantil de la realidad.
En el discurso de los medios así
como hay los Malos de la película no pueden faltar los Buenos, tan
estereotipados como los Malos, pero con estereotipos cuyos rasgos se consideran
deseables en la republiqueta de fantasía que alguien por ahí pretende vender:
Los emprendedores y empresarios que dan trabajo y hacen que El Perú Avance por
puro patriotismo; los peruanos pobres pero honrados que sobreviven felices con
unos cientos de soles al mes y no se quejan porque quejarse es de resentidos; los
buenos trabajadores que son buenos precisamente porque no protestan nunca, ya
que entienden los problemas de la empresa y no necesitan más que el sueldo
mínimo e incluso menos; los buenos alumnos que estudian calladitos la boca,
chancando sus cursos, rezando sus oraciones y obedeciendo a sus superiores; y los
deportistas que sacrificada y ocultamente le dan lauros al Perú sin pedir nada
a cambio. Los problemas sociales los tienen estas personas, y son presentados
en los medios como, sin ironía, “casos humanos”.
El estereotipo Ni-Ní
Los adultos tenemos grandes
prejuicios hacia los jóvenes, como si los adultos fuéramos lo máximo. Es así
que construimos una serie de estereotipos, porque la vaca se olvida de cuando
fue ternera, y los estereotipos a veces hablan más de los propios temores que
de las reales características de a quienes se refiere. Los adultos ven – vemos
- a los jóvenes como eventuales competidores laborales, y saben – sabemos - que
se viene una avalancha de muchachos y muchachas pertrechados de montones de
papeles a nombre de la Nación que dicen que son esto y lo otro, aunque sabemos
que muchos de ellos son, por desgracia, analfabetos funcionales pobremente
formados en universidades públicas y privadas que los han procesado como latas
llenas de caballa, pero que dice atún en la etiqueta.
En lo laboral los jóvenes son
repudiados, minimizados, odiados y manipulados por adultos atrincherados detrás
de un escritorio y una suficiencia que ostenta supuestos conocimiento y
experiencia. Olvida la vaca que un día fue ternera y el adulto que un día fue
joven. Me he cansado de escuchar a muchos cuánto trabajo les costó llegar a
donde están, cuando en su realidad de jóvenes consiguieron la chamba en la
empresa de papi, o de un amigo de papi, o encaramándose sobre el apellido, la
plata y/o las relaciones sociales de papi, mami o el abuelito, y por ende con
un ingreso laboral de alfombra roja, pues menos no se mereció el hijo, sobrino
o nieto de Fulano de Tal. Hoy en día se mantienen muchos rasgos del pasado,
pero las estructuras sociales han colapsado por el crecimiento demográfico, y
los tarjetazos y posibilidades laborales se han reducido y hecho más caras, y
si no has marcado el paso, ya fuiste. Es sabido que un profesional recién
salido en realidad sabe muy poco de la profesión que ejerce. Los noveles
ingenieros civiles - anécdota escuchada a un ingeniero que heredó una de las
fábricas más importantes del Perú – saben menos que los maestros de obra, pero
tienen que aprender el arte de disimularlo, no vaya a perder valor el cartón
colgado en la pared. Pero la pregunta es cómo los trabajadores jóvenes o que
recién entran en el mercado laboral van a obtener la experiencia que todas las
empresas solicitan de sus nuevos trabajadores, pero que ninguna está dispuesta
a dar. Nadie nació sabiendo y la experiencia laboral es como el sexo, que no
sabes lo que es hasta que no lo experimentas por ti mismo.
Los Ni-Nís del Perú
El Latinobarómetro 2011 registra
un porcentaje de alrededor del 18 % de los jóvenes peruanos entre los 14 y los
29 que ni trabaja ni estudia, lo que está aproximadamente dentro de los
parámetros para toda América Latina. En términos sociales implica que varios
millones de jóvenes están desencuadrados de los mecanismos de ubicación social
y laboral.
Ser parte de la Generación Ni-Ni
en el Perú significa muy probablemente que vives en una ciudad; que estás fuera
del sistema educativo sea porque desertaste de él porque no te llegó a absorber
(pobres rurales, personas con discapacidad), o porque desertaste antes de
terminar el colegio, o si lo culminaste no te encuadraste en una chamba o en la
educación formal superior. También significa que es muy probable que tu
situación familiar sea vulnerable y precaria en lo económico, lo emocional, lo
social o varias. Hay Ni-Nís en todas las clases sociales y en todos los niveles
de remuneración de las familias, aunque es obvio que debe haber muchos más en
los sectores pobres y entre las familias colapsadas o altamente disfuncionales.
Las válvulas de escape por fuera
del sistema que se le ofrecen a los Ni-Nís pueden ser la migración - forma de
encajarle el problema social a otro país-; el ingreso al lumpenproletariado por
las vías de la mendicidad organizada, la prostitución, el bricherismo, la
informalidad, las redes de narcotraficante e incluso los remanentes de sendero
luminoso; combinado con distintos niveles de vagancia y permanencia en casa en
una interminable adolescencia que los hace eternamente dependientes,
compartiendo con la Tercera Edad el ser una carga económica para el resto de la
familia, no producir y por lo tanto carecer de decisión dentro de la familia. Por
ello, tampoco cuentan con decisión en su vida personal, como en la formación de
pareja. Resulta ser, pues, la escuela más difundida de formación de sociópatas.
¿Qué se siente ser Ni-Ní?
Los problemas de los estereotipados
Ni-Nís en el caso del Perú son invisibles para las gentes, y la preformación a
través de medios tiende a aislarlos y hacerles sentir que su problema es
individual y responsabilidad absoluta de ellos mismos. Se sienten en crisis
permanente, estagnados, paralizados; sensación que se extiende al resto del
grupo familiar, aumentando su disfuncionalidad y añadiendo presión y estrés a
los productores de la familia. Pero los Ni-Nís no son vagos que tratan de
pasarla bien, excepto tal vez en los casos en que la situación económica
familiar es razonablemente buena.
Un tema psicológico social se vincula
a la angustia de ser Ni-Ní: La tendencia social generalizada a buscar logros
inmediatos que centra los objetivos en los resultados y no en los procesos. Si
algo no se obtiene de inmediato es desechado con la misma inmediatez, medida del
valor del logro, reforzado por la inmediatez de las necesidades, que al estar
en creciente aumento requieren de mayor y más rápido financiamiento. El abuso
de los medios tecnológicos que la realidad ofrece – un clic permite obtener
productos intelectuales terminados – abstrae el esfuerzo que costaron dichos
productos intelectuales y no se es consciente que detrás del producto hay
muchísimas horas-hombre. Si los propios objetivos no son obtenidos por el joven
de manera automática, o casi, entonces se frustra, se estanca y entra en estado
de eterna adolescencia, de la que no sabe cómo salir. No hay cultura instalada
de esfuerzo ni concepto de que las cosas cuestan tiempo, trabajo y esfuerzo
físico e intelectual. El esfuerzo no es valorado ni posee sentido, y al no
lograr el objetivo planteado inmediatamente la frustración se convierte en
costumbre. Aunque no lo sabemos de cierto, podemos suponer con solidez que la
sobreprotección y la ausencia de límites familiares desde la infancia contribuye
a este hecho, con el efecto de que el joven no sabe controlar ni manejar sus
estados de frustración, que se van instalando permanentemente en la psique.
Como nuestra sociedad se ha
inestabilizado profundamente en lo económico y en lo emocional, y eso es
percibido por todos, los jóvenes no ven emocionalmente rentable comprometerse
en un proyecto de vida definido por estar casi definido su fracaso o
relativización. Como los beneficios de hacer algo no son seguros, por lo tanto
mejor no embarcarse y no comprometerse. Se instala el presentismo y se
aprovecha el momento en una suerte de “carpe diem” hedonista que deriva en un
pragmatismo neutro axiológicamente, es decir sin valores involucrados. Total, sólo
el momento cuenta, pues el mundo, se dice, se acaba el año 2012.
La virtualidad de las redes
sociales juega en contra de los Ni-Nís. El mundo artificial de la pantalla es
vehículo de las relaciones interpersonales, y cuando el computador se apaga el
joven se halla en la más absoluta de las soledades existenciales, con la que no
saben cómo lidiar, ante el desconcierto de los padres y docentes. Los
psicólogos ya hablan del Síndrome Ni-Ní, dada la generalización en grandes
sectores de jóvenes de rasgos de apatía, astenia, pragmatismo, indefinición,
presentismo, nihilismo, regresiones a la adolescencia, la pubertad e incluso la
niñez, observada en jóvenes en diversas latitudes. Quizá estos caracteres
tengan más tiempo instalándose de lo que creemos, y posiblemente formen la
estructura psíquica básica de los miembros del movimiento de los Indignados. Es
un hecho que la juventud chilena está reaccionando contra la sociedad gracias a
una mayor madurez política de su sociedad. Se ha dicho abiertamente que la columna
vertebral de la rebelión árabe han sido los Ni-Nís. Del alpinchismo a la
protesta y el rechazo hay un pasito corto de dar. Parafraseando la maldición
china, si no hacemos algo al respecto, pero ya, se nos vienen tiempos
interesantes.
¿Conclusiones?
Los Ni-Nís están, en
consecuencia, en la condición social de marginación, discriminación y exclusión
social; obligados a mantener una situación forzada de ocio frustrante,
obligatorio, impuesto, incómodo, improductivo y, por supuesto, angustiante y
doloroso. Son jóvenes desocupados que buscan acomodo, que tratan de encontrar
un lugar en el mundo, que luchan para obtener alguna migaja pero que no lo
logran, simple y sencillo. Se les encuentra por manadas en busca de trabajos, maestrías
y diplomados, fantasmas con sus currículum vitaes bajo el brazo, haciendo
eternas colas, llenando montones de formularios, entrando a entrevistas y dando
exámenes, para sólo recibir en la inmensa mayoría de los casos la negativa más
absoluta. La frustración acumulada es clara, el desencanto sobrecogedor, el
temor creciente y la situación cada vez más crítica. La autoestima se hace puré
y la confianza en sí mismo desaparece. El maltrato social es evidente, y es más
grave porque ocurre en la etapa más delicada de la vida, al inicio del
desarrollo profesional y la inserción social, cuando se fabrican los primeros
proyectos personales y se chambea en función de los sueños. La dura realidad
envía a los Ni-Nís al despeñadero emocional y quedan a la deriva, sin rutas abiertas
ni posibilidades a la vista, y en esto están acompañados por sus núcleos
familiares, que a los problemas de la supervivencia añaden la propia angustia y
ansiedad del no saber qué hacer.
La condición del joven es por naturaleza vital, combativa y llena de capacidades para la superación. Pero esta especie de desánimo general visible desde hace muchos años pero invisibilizado por la incapacidad de la sociedad de percibir y observar sus propios problemas, hace que uno se pregunte por el futuro. Las soluciones que se plantean parecen pequeñas y desarticuladas, sin impacto profundo. Los efectos del desánimo generalizado pueden ser duraderos e instalarse en la sociedad como un pesimismo generalizado y el pasmo de las posibilidades de cambio. A no ser que se tome el toro por las astas. El que tenga ojos, que vea.
La condición del joven es por naturaleza vital, combativa y llena de capacidades para la superación. Pero esta especie de desánimo general visible desde hace muchos años pero invisibilizado por la incapacidad de la sociedad de percibir y observar sus propios problemas, hace que uno se pregunte por el futuro. Las soluciones que se plantean parecen pequeñas y desarticuladas, sin impacto profundo. Los efectos del desánimo generalizado pueden ser duraderos e instalarse en la sociedad como un pesimismo generalizado y el pasmo de las posibilidades de cambio. A no ser que se tome el toro por las astas. El que tenga ojos, que vea.
Amigo, si quieres profundizar en este asunto, te recomiendo revisar esta reseña de un libro que me pasó hace poco un profesor de San Marcos: http://www.presseurop.eu/es/content/article/953991-los-jovenes-precarios-jornada-completa
ResponderEliminarEstimado César, gracias por el artículo, aunque este se refiere más bien al origen y perspectivas de los jóvenes en Europa que, aunque tiene sus gravedades, no se parece tanto a la de América Latina y el Perú. Sin embargo se puede reconocer una causa análoga, que es el colapso del sistema económico frente al crecimiento demográfico. En el Perú el Estado de Bienestar no puede colapsar debido a que nunca hubo un Estado de Bienestar, y la economía es ampliamente informal, lo que es una especie de colchón, así como el hecho que menos de un 25 % de la población esté asegurada.
ResponderEliminarRecién lo leo,y veo que es un excelente articulo,...... Refleja la realidad de amplios sectores juveniles, desconocidos (o no quieren aceptar que lo conocen), para la clase política y los medios de comunicación.
ResponderEliminarLos Ni-Nis no fueron creados en un año, ni en cinco o diez. Fueron creados en décadas por medio de las cuáles los polìticos, militares, terroristas y agnòsticos solo se preocuparon de quitar, quitar, quitar y quitar. Ahora tenemos a los Quita-Quita quejándose del producto que ellos mismos han hecho. ¿No sería ya hora de parar de llorar y de echarse la culpa el uno al otro y empezar programas de aprendizaje de valores humanos, humanidades, relaciones matrimoniales, disciplina y órden en las escuelas? Yo tengo un programa de charlas y terapias educacionales que sería la respuesta para estos problemas. ¿Por qué nadie me hace caso? Porque preferimos lloriquear y tirar el dedo a otros que solucionar el problema. Y si es meter la mano al bolsillo...se fregó Roma porque ahí es donde todos dicen, "NO ES MI PROBLEMA."
ResponderEliminarJuan Arévalo, Profesor de Inglés
Facilitador Anti-Violencia y Educación del Hogar
Hola estimado Javier:
ResponderEliminarQuiero que sepas que aunque no te responda, siempre leo los
artículos tan interesantes que nos envías.
Quisiera en ésta oportunidad, felicitarte por el artículo que acabo
de leer. Recuerdo que hace un tiempo escribiste al respecto. Te
comento que hace poco, tuve la ocasión de ver un reportaje sobre el
tema, me parece que fué en Canal 5. La realidad que describes, es sin
duda algo que deberían tomar en cuenta el Estado y sobre todo las
empresas que ofrecen trabajo. Para nosotros las personas con
discapacidad, es mucho más frustrante todavía, ya que si bien es
cierto hay ONGS que nos capacitan para la reinsersión laboral, de nada
nos sirve tener certificados de estudios, si a la hora de presentarte
te ponen cualquier pretexto para no contratarte, o como en mi caso
cuando me presenté a CONASEV, habiendo ya calificado en el concurso
público, me dijeron que no tenía una carrera Universitaria, cuando mi
puesto era para la central telefónica, además de que INICTEL,
instituto donde estudié mi curso, se negó a darme la carta de respaldo
que CONASEV solicitaba.
Dicho ésto, cabría preguntarse entonces: ¿De qué me sirve haber
estudiado un curso de centrales telefónicoas en un Instituto que
cuando uno le pide una carta de respaldo para hacer prácticas
profesionales en una empresa de prestigio se niegan a dártela?.
No sabes cuánto me gustaría nuevamente hacer periodismo Político o
tratar el tema discapacidad, pero recibiendo honorarios. No obstante,
sé que éso es imposible, ya que los medios no te contratan si es que
no tienes empresas que te auspicien tu espacio. Créeme que ésa es una
frustrasión. Quisiera trabajar en un call center, pero no en un call
de ventas ni en cobranzas. Lo que me gustaría, es trabajar en el área
de atención al cliente, como lo que hacía en Aló Táxi.
Ojalá y pudieses seguir tocando éste tema, ya que es importante en
nuestras sociedades.
Saludos y una muy buena semana para tí.
Seguimos en contacto:
Johanna.
Yo no soy una Ni Ni. He estudiado una licenciatura con toda la ilusión de dedicarme a lo que siempre ha sido mi vocación. He trabajado de manera intermitente en todo lo que he podido antes y durante mis estudios y posteriormente .... bueno encontré un trabajo y el contrato finalizo. Ahora soy una personas que tenía ilusiones y que se encuentra frustrada, es cierto, ni estudio ni trabajo pero no tengo la culpa que todas mis puertas estén cerradas. Al final terminaré trabajando en algo que detesto que es básicamente cualquier cosa que no sea para lo que me he preparado. Mi trabajo no me hará feliz ni me realizará como persona. Muchos dirán que como mucha gente, que si al menos tengo la posibilidad de trabajar que ya puedo estar contenta.
ResponderEliminarPues no, no lo estoy, no estoy contenta. Tengo derecho a ser feliz y hacer de mi profesión algo importante en mi vida, me lo he ganado, me lo he "currado". Yo no soy parte de una generación NI NI soy parte de una generación de profesionales frustrados.
Gracias.
Un saludo.