CRÓNICAS DE LECTURAS – 85
Carteles
I
Historia para Diseñadores Gráficos
En la práctica educativa te
sueles encontrar con retos que hacen el oficio más interesante. He dictado tantas
clases en tantas partes, sobre todo lo que hay en el Cielo y en la Tierra, a
veces pagado con alguna decencia, a veces mal pagado o sin pago. He educado en
el rol de promotor, de asalariado de terceros, como voluntario y por la libre…
¿por qué? porque eso es lo que hago, es el oficio que elegí y del que vivo, y
por ello no soy tan malo en eso como seguramente lo soy en otras cosas. Un
amigo bienintencionado me dijo una vez que desde que opté por la Educación me
vine abajo, pero no se lo puedo creer pues siempre quise hacer lo que hago, y
los bienes y males que el Karma arrojó
sobre mi cabeza han sido entre bienvenidos y tolerados como parte del contenido
que viene en el dichoso paquete. Así que por todo puedo pasar, mientras enseñe. En
alguna ocasión caí en un Instituto de Diseño Gráfico donde viví la intensa y
estresante oportunidad pedagógica de enseñar un curso de Historia Contemporánea
para estudiantes de Diseño Gráfico. Ya tenía yo amplia experiencia en trabajar
por competencias para las carreras de Traducción e Interpretación, como para
las de Turismo y la Hotelería. Pero yo me sé mis idiomas y también mi Administración y mis Hoteles, en cambio de Diseño Gráfico no sabía por entonces ni
michi. Claro que sí me sé mi Historia Contemporánea, y como mi experiencia me
la tengo, mi primera pregunta fue qué demontres necesitan saber de Historia
Contemporánea los Diseñadores Gráficos. No un tema de “cultura general” por
cierto, aunque así me lo plantearon los bienintencionados pero algo despistados
promotores. A veces he dado clases y conferencias a grupos motivados por la
curiosidad de enterarse de algo más sin aparente necesidad de ello. El asunto este
de la Historia Contemporánea tiene sus fans y hay hasta canales de TV dedicados
al tema. Pero era otro cantar ver el asunto por la académica, pues las
preocupaciones culturosas de los Diseñadores Gráficos me eran desconocidas, y
un Instituto Superior Tecnológico no es una Universidad.
Se me ocurrió que podría hacer
una Historia del Diseño Gráfico, pero eso me volvía a la dificultad original de
no saber ni michi de Diseño. Además sólo pateaba el problema más allá: Pues para qué
le puede servir a un Diseñador Grafico saberse la Historia del Diseño Gráfico. Intuía la necesidad de abrir la cancha y no de cerrarla. La Historia es
importante en sí misma, hay buenos motivos para que los Diseñadores conozcan el
devenir histórico universal, en cuanto personas así como en cuanto Diseñadores. Pero no
podía abordar el asunto a la clásica, tendría que innovar si quería hacer algo que
realmente cubriera una verdadera necesidad, porque siempre hay restricciones, y
si no entiendes eso, profe, es que andas perdido. El Tiempo disponible es la
principal restricción, y la Historia y demás disciplinas poseen un montononón
de contenidos, todos supuestamente importantes. Además a los estudiantes de hoy no les gusta leer, y menos a los
de Instituto, que por eso están en el Instituto y no en la Universidad. No hago juicio moral alguno, entiendo que
estos chicos quieren diseñar y no estar leyendo más de lo que se puede
considerar necesario. Sin embargo, yo no puedo con mi genio y sí me interesa
que mis alumnos lean, probablemente por personal prurito intelectual, pues a
la fecha no he visto jamás que a alguien le haga daño leer. Pero qué lío, Dios
de Israel, para combinar las habilidades de la lectura con las necesidades de
los diseñadores gráficos. Y así, piensa que te piensa, me crucé de repente con el afiche
que preside esta Crónica, y vi la Luz en la mirada coqueta de Marilyn Monroe. Hacer un Curso de Historia Contemporánea
para Diseñadores Gráficos requiere – oh, by
Jove, qué obvio - de gráficos y diseños. Porque algo que tanto los Diseñadores
como los profes de Historia Contemporánea pueden hacer es leer imágenes. Las
habilidades para “leer” alfabetos y para “leer” otras imágenes no están en
conjuntos de intersección vacía. Con ese punto de partida consulté el perfil de
salida del Diseñador Gráfico, instrumento básico de gestión educativa,
constituido por el conjunto de conocimientos, habilidades y valores que el
Diseñador Gráfico egresado ha de tener, y que por lo general es elaborado por los
Directores y Promotores de la Institución Educativa; y sobre estas bases
construí.
II
Lectura de Imágenes
Hay buenas, muy buenas razones,
por las que muchos estudiantes no quieran ir a las Universidades, aunque hoy tantas han bajado su nivel por debajo de los IST s que la pregunta se quedó obsoleta. Sin pretender
agotar el tema, la idea es, digamos, adquirir rápidamente ciertas
competencias básicas de un determinado oficio o profesión para lanzarse con
rapidez al mundo del trabajo. Estos estudiantes trataban de evitar los costos
universitarios en tiempo y dinero, y hay oficios que no requieren para su
ejercicio de demasiada formación académica, en especial entendiendo que la
formación académica en general es sistematización de la experiencia
pasada de los profesionales del tema, y puede sustituirse por la experiencia directa, más o menos. La
perversión de esta idea, expresada en la inflamación certificatoria de las proliferadas universidades con fines de lucro, suele redirigir a éstas a sus defectos en
vez de a sus virtudes. Creo que no es momento ahorita de hablar de ello, pero
la tremenda tendencia a los MOOC (MASSIVE OPEN ONLINE COURSE, o Cursos en línea masivos y abiertos)
está derrotando la contra tendencia a la exclusión de las argollas universitarias, y el futuro me parece pertenece a los que abren la cancha y no a los que la
cierran. Pero no nos perdamos. Yo debía desbrozarle la cancha a mis alumnos de Diseño Gráfico y
no poblársela, no debía imponer muchas lecturas, las que debería dirigir a lo propedéutico y/o historiográfico más que a los datos históricos, que plantearía en términos de imágenes
gráficas. Un ejemplo de lo que las imágenes – mejor aún si están ordenadas para
ser pasadas sucesivamente, y acompañadas de música, lo que a veces denominamos
Cine – pueden hacer lo hallamos en esta película alemana de propaganda producida
en 1940, Deutsche Panzer, de Walter Ruttman: http://www.youtube.com/watch?v=VtjdSYsf8V4. Verla nos da una buena idea del potencial de las imágenes. En aquellas
épocas, claro está, no teníamos YouTube
a la mano pero sí podíamos pensar en emplear imágenes estáticas, en "leer" Posters o Afiches o Carteles. Hoy, la ampliación de la www y la
creciente potencia de los medios y procedimientos permite que vayamos
directamente a las fuentes, lo que hace las cosas mucho más fáciles, pero a la
vez necesitadas de ser sabiamente dosificadas, porque de no hacerlo comprometemos el pensamiento
previo, la necesaria reflexión, la capacidad de establecer regularidades. Si
hay algo en lo que se necesita poner refuerzo pedagógico es en los procesos
y procedimientos mentales que se trabajan en clase.
Había que tratar a los carteles
como las fuentes históricas que son, junto a su intención original. Por ello recurrí
a los que se emplearon en diferentes momentos y etapas históricas y fueran además fáciles de obtener: Los posters
dirigidos al Frente Interno, de hechura estadounidense, británica, rusa (o
soviética) y alemana durante la Primera y Segunda Guerras Mundiales (1914-1918
y 1939-1945) permiten comparar a los diversos sistemas en el
contemporáneo fenómeno de la propaganda, cuya comprensión resulta de enorme importancia
para los Diseñadores Gráficos. Los posters
soviéticos de la Revolución Rusa, la Gran Guerra Patria y la época estalinista ayudaban a comprender procesos y hechos como el culto a la personalidad. Los Carteles
nacionales y republicanos de la guerra Civil Española (1936-1939) eran ocasión privilegiada para el análisis del choque político e ideológico. Los Afiches oficiales de la China de Mao Ze Dong evidenciaban los caracteres
de etapas históricas fundamentales y poco comprendidas como la Revolución Cultural o El Gran Salto Adelante. Los afiches de
personajes íconos de los años ´50 como Marilyn
Monroe, James Dean, Marlon Brando y Elvis Presley introducen el muy actual concepto de los íconos
representativos de culturas o subculturas. Así fue que encontré que la lectura de imágenes era una
magnífica manera de enseñar historia. Y aunque mi conocimiento de los posters cuando emprendí este trabajo era
simplemente inexistente, pues así es como uno aprende, y hoy me sé algo más.
III
Breve Historia de los Carteles
Las claves de la lectura de
imágenes no son muy diferentes de las de la decodificación lectora, son apenas
más abiertas. Afiche es un galicismo que proviene de la palabra affiche y antes del latín affictum -fijado o pegado a-. Es
decir, es lo mismo a lo que habitualmente llamamos en castellano cartel, aunque
el significado de afiche / poster
rápidamente se le ha independizado un tanto. La historia del affiche comienza en el París de la Belle Epoque. El pintor Jules
Chèret quería crear formas agradables a la vista, pero a la vez le parecía
muy importante que todos los que observaran dichas formas entendieran el
mensaje impartido. En suma, trataba de crear un lenguaje, y fue el primero en
emplear técnicas litográficas para ello. El conocido pintor postimpresionista Henri de Toulouse-Lautrec (1864 – 1901)
le añadió arte al asunto y le modificó así hasta cierto punto el tema del
lenguaje, difuminándolo hacia lo artístico. La Belle Epoque debió ser una maravilla vital, muchos aún en nuestra época le viven una
nostalgia hecha de recuerdos de recuerdos y de contrastes con las masacres que vendrían después. Podemos decir sin errar que una parte
sustancial de dichos recuerdos está en los posters
que Toulouse-Lautrec hacía para
ganarse unos francos. Los cabarets de Montmartre (Moulin Rouge, Le Mirliton,
Le Chat Noir) se peleaban los posters del pequeño pintor, de
originales colores y encuadres, en los que aparecía su amiguita Jane Avril. El bohemio (natural de
Bohemia) Alfons Mucha (1860 – 1939),
metido hasta el tuétano en el Art Nouveau, elabora carteles para la actriz Sarah
Bernhardt, el joyero Fouquet y
la diva Leslie Carter, y terminaría
de cartelista político para su gobierno. Esto nos conduce al cartelismo
político, inventado en apariencia en la por entonces reciente Unión Soviética, y habría aparecido originalmente en los ROSTA de Mikhail
Ceremnyikh, inspirado tanto en el cartelismo francés y centroeuropeo, como
por los cómics de la época. El
cartelismo es sumamente efectivo para transmitir contenidos en sociedades aún no alfabetizadas, y en
consecuencia se diseminó por todo el mundo con notable facilidad. Las ideologías tienen
en el cartel un poderoso medio de expresión y las facciones políticas y los estados lo pueden usar para propaganda:
El nazismo alemán, el fascismo italiano, el falangismo español, el comunismo soviético, los nacionales y los republicanos en la guerra civil
española, incluso el Perú de la "Patria Nueva" en el que el excelente pintor indigenista José Sabogal realizará carteles educativos. Ello sin desmedro de sus posibilidades en otros campos, véase como el arte de los carteles llegará incluso a los anuncios de
corridas de toros, en los que estableció un formato clásico que continúa hasta hoy.
El Cinematógrafo parecería
quitarle preponderancia propagandística al cartel, aunque en la práctica
coexisten dadas sus diferentes características, y los carteles para publicitar
películas son en sí mismos una forma de poster que conocerá sus buenos
momentos. Los discos fonográficos también necesitan carátulas, así que el
futuro del cartel pareció continuar asegurado. Y la teoría también avanza, la
publicidad se convierte en una ciencia y ve en el cartel enormes posibilidades,
probablemente por la razón más simple del mundo: No hay negocio tan pequeño que
no necesite un cartel para publicitarse y que no pueda pagarlo, dado su costo relativamente
bajo. Los Estados Unidos, país cuyo negocio son los negocios, desarrollarán la
práctica y la teoría de la publicidad en los pósters
hasta niveles insospechados, incorporando además los avances tecnológicos y artísticos en la fotografía.
Y si el Cinematógrafo redujo de alguna manera las opciones del Cartel, la
introducción de la Televisión produjo una cierta y relativa retracción definitiva debido a la mayor potencia de las imágenes sucesivas (las motion pictures), que hacía pasar a los carteles a un segundo plano. Sin embargo, el avance
tecnológico abarató costos al sustituir la vieja técnica litográfica (que favoreció
la reproducción de carteles) por la más eficiente fotomecánica. En los años ‘50 en Suiza se revalora y formaliza esta industria con el empleo del llamado estilo tipográfico
internacional, pero con la postmodernidad llega una reacción desordenada, con
el resultado de un estilo de carteles más iconoclasta y complejo. Esto en el arte, porque
el cartelismo en la publicidad sigue parámetros mucho más rígidos y toma la ruta de menor
resistencia.
Las Computadoras y sus imágenes generadas trajeron de vuelta una forma de cartel al facilitar enormemente su elaboración en una forma que se puso muy de moda: La Infografía, pensada como medio para traducir y transmitir información escrita a imágenes, con el objetivo de informar. Al modo de los Organizadores Gráficos, la Infografía siempre tiene atrás un texto base, es decir constituye una forma de redistribuir una información escrita previamente. Por supuesto muchos postmodernos toman el rábano por las hojas y tratan de sustituir el lenguaje escrito con referentes exclusivamente visuales. Para el que trate de conocer un poco más sobre el tema, acá este enlace: http://www.ull.es/publicaciones/latina/z8/r4el.htm
Las Computadoras y sus imágenes generadas trajeron de vuelta una forma de cartel al facilitar enormemente su elaboración en una forma que se puso muy de moda: La Infografía, pensada como medio para traducir y transmitir información escrita a imágenes, con el objetivo de informar. Al modo de los Organizadores Gráficos, la Infografía siempre tiene atrás un texto base, es decir constituye una forma de redistribuir una información escrita previamente. Por supuesto muchos postmodernos toman el rábano por las hojas y tratan de sustituir el lenguaje escrito con referentes exclusivamente visuales. Para el que trate de conocer un poco más sobre el tema, acá este enlace: http://www.ull.es/publicaciones/latina/z8/r4el.htm
Las imágenes: Arte y Ciencia de lo Manifiesto y lo Latente
A diferencia del arte, el diseño
gráfico no es una disciplina libre. Esto quiere decir que lo primero que se le
puede analizar desde la perspectiva histórica es su intención: Los contenidos
de la imagen de un conjunto “cartel” nos dan como mínimo dos cosas: Lo que existe
y se presenta en la imagen, y lo que se sugiere por la vía de dichas imágenes.
Es decir, el mensaje de un poster
tiene facetas manifiestas y latentes que aprovechan de las características
psicológicas de los seres humanos para su decodificación. Tanto los periódicos
como la publicidad se leen en Z, lo
que nos recuerda el formato de Lectura en
F que se presenta hoy en día en las pantallas y sugiere ciertos parentescos. Y
este rasgo - y otros - de la “lectura publicitaria” se aprovechan para llegar
más rápido y mejor al público objetivo. Y ello incluso considerando lo común que es que el arte
invada la publicidad: En la fotografía publicitaria se sigue la regla de los tercios, la
descentración y otras técnicas de la fotografía artística como una suerte de marca de fábrica del fotógrafo,
al margen muchas veces del requerimiento publicitario. Pero como de lo que se
trata al final es de vender, el cartel que anuncia es en verdad una herramienta
de comunicación publicitaria, cuyo objetivo es transmitir eficazmente un mensaje, vale decir bien comprendido y asimilado, y pueda por ende ser evocado exitosamente
cuando se vuelva a presentar un estímulo
específico. Una obra de arte, en cambio, puede no relatar nada y sólo transmitir emoción y
sensibilidad, incluso puede no decir nada a nadie, excepto a su propio creador. Una Infografía no tiene necesariamente finalidad comercial y su uso es básicamente informativo y/o educativo. En
cambio, un anuncio está en la obligación de conducir al espectador hasta el objetivo que el
anunciante desea, llevando de la nariz al cliente en un orden orientado a la
“lectura” de un mensaje que muestre producto y marca.
Naturalmente existen reglas y la creatividad para aplicarlas, o no, según el caso. Los anuncios en los carteles o posters se pueden componer según ciertas ideas sugeridas por los estudios de psicología de la percepción. En comunicación publicitaria, la visión se condiciona a grupos de elementos presentes: encabezado y subencabezado, imagen central, texto explicativo, logotipo. Entre las reglas de composición hay planteamientos como el que las líneas rectas da sensación de rigidez y rectitud, y asociaciones con la dureza y solidez e incluso con la rectitud moral y la masculinidad, de donde a su vez avanzas al orden y la seguridad. Por el contrario, lo curvo te remite a lo femenino, delicado y estéticamente bello. Lo Horizontal es tranquilo y estable mientras que lo inclinado es agresivo y fuerte. Lo cuadrado habla de unidad y formalidad mientras el círculo es menos formal y más móvil. Sorprende en cierto modo el cómo a estos parámetros se les somete un tanto artificialmente a una univocidad lógica y al uso del tercio excluido, comprensibles en la Lógica como principios axiomáticos, pero más bien algo sorprendentes en lo estético. Otra de las reglas básicas se deduce del patrón que sigue la vista humana en la observación de una página impresa, denominado “la Z” o el “Zigzag”, que si se sigue en la elaboración del cartel normalmente significará el ordenamiento del contenido en una estructura Mensaje – Explicación – Cierre, y aunque ello no es una regla fija se observa incluso en los leads de la redacción periodística clásica.
V
Colofón
Tratamos de abrir horizontes y
hacer espacio en el tema de la Lectura, tratando que no se quede simplemente en
la decodificación del alfabeto. Desde que abordamos la Comprensión Lectora como
parte indisoluble del acto de leer no queda otra que replantearnos las cosas,
lo que es una ruta arriesgada, porque entonces los límites se difuminan y
corremos ciertos riesgos conceptuales y académicos. Pero se abre a la vez un campo de
inmensa riqueza, pues nos enteramos que lo que creíamos que era leer no es solamente leer, y que no son
solamente libros lo que se lee. Hasta la próxima.
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