jueves, 16 de febrero de 2012

MOTIVACIÓN: UN VIDEO TED

"Soy abogado, no creo en los sentimientos ... soy norteamericano, no creo en la Filosofía ... Esto es un hecho." (Dan Pink)


La discusión actual sobre la promesa electoral de la elevación del salario mínimo vital en el Perú me lleva a una pequeña digresión sobre el más amplio problema de los incentivos para trabajar, o las razones por las que le dedicamos tanto tiempo a la supervivencia, o para ponerlo en términos de psicología laboral, la Motivación. En el presente video TED Ideas worth Spreading (Ideas dignas de difusión), el analista laboral Dan Pink se dirige a una selecta concurrencia con la sorprendente tesis de que los métodos tradicionales de recompensa no son tan efectivos como se cree. Veamos el Video y tratemos de pensar como pensaría un emprendedor y/o un gerente. Después de todo, muchos están en sus manos. Tal vez nos ayude a replantear algunas ideas sobre el tema laboral, en especial esa idea del "sobrecosto laboral", tan bien reflejado en el "problema de la vela".  

Dan Pink on the surprising science of motivation | Video on TED.com

Se ha aducido seriamente que el problema de la productividad está en relación con la Calidad Educativa del trabajador peruano. Parece algo sencillo de plantear: Como el sistema educativo está hasta las cangallas, entonces el trabajador peruano es ignorante y carece de habilidades consideradas elementales para el desempeño laboral. Sin embargo, los sistemas educativos en general nunca han sido extraordinarios, y esta afirmación solamente funcionaría a plenitud para los sectores donde se emplea mayor cantidad de tecnología moderna, que no es casualidad son los de mejores salarios. ¿Qué pasa con el incentivo, del que el salario es considerado el más importante?

Según se desprende de los experimentos narrados por Dan Pink, parece que, dada la preocupación de la supervivencia resuelta, el rendimiento del trabajador no depende tanto del incentivo económico - bonos, horas extras, "el propio reality-show" - como se ha creído. Se sabe que por encima de un determinado salario el rendimiento tiende a decrecer, y la pregunta que me sugiere es: ¿No estaremos equivocando de medio a medio nuestra política laboral al hacerla tan dependiente de la ganancia por productividad? O visto de otro modo, ¿No es el aumento del salario mínimo un colchón que permite una disminución general del "índice de la preocupación por la supervivencia" y libera la creatividad en el desempeño laboral?

Los motivadores externos - palo y zanahoria - parecen ser los motores fundamentales de la motivación laboral tal como los piensan los principales decisores económicos y los líderes de empresa en nuestro país. No parece que esto corresponda con los hallazgos de la ciencia de la motivación. Ni con lo que los jóvenes en general, y en especial los NINI (Que NI estudian NI trabajan), esperan de su entorno laboral. Me arriesgo a decir que tanto los jóvenes por razón generacional, como los maestros de avanzada - por su contacto con jóvenes y con la pedagogía moderna - están mucho más adelantados que los emprendedores y cabezas de empresa en cuanto al conocimiento de la Motivación laboral.

El enfoque palo-y-zanahoria, como señala Pink, parece funcionar bien para las tareas del siglo XX - masivas en cholo barato -, pero en cuanto al desempeño laboral tipo Siglo XXI, parecen estar quedando desfasadas a alta velocidad. Cuando los movimientos y tareas son simples y están, por así decir, "masticadas", parece que la atención puede concentrarse con mayor facilidad y el sistema de palo-y-zanahoria puede funcionar razonablemente. Pero cuando se trata de creatividad, intuición e innovación, es más bien perjudicial y contraproducente. No lo digo yo, lo dicen Pink y Glucksberg y no sé cuantas más autoridades. Los trabajos mecanizados los pueden hacer chimpancés bien entrenados, computadoras o ser subcontratados a menor costo en países como el nuestro. Lo que las empresas - y el estado, de paso - necesitan y necesitarán cada vez más son habilidades diferentes, habilidades tipo Siglo XXI. Como señalan Pink y el London School of Economics, el trabajador del siglo XXI se desempeña mejor cuando posee autonomía, dominio de su área, y propósito orientado por una escala de valores.  

Y aquí puede avizorarse una brecha entre lo que el sistema educativo reformado puede ofrecer, y lo que la empresa y/o emprendimiento suelen creer que necesitan. ¿Queremos un país de subcontratistas mecanizados, mecanógrafos automatizados de computadoras y/o chimpancés bien entrenados? ¿O uno de dinámicos jóvenes y adultos creativos, innovadores, autónomos, entrenados en el trabajo duro y con una escala de valores propia? Claro que estos trabajadores no serán más fáciles de manipular ni engañar para que trabajen el triple por la mitad y sin horas extras. Pero según parece ese es el precio que las empresas tendrán que pagar por una alta productividad, la de verdad, la del despegue. Cualquiera puede darle palo al burro para que ande, no se necesitan especiales habilidades empresariales para ello. ¿Se reorienta la vieja Lucha de Clases hacia el interior de la Empresa? ¿Es que las contradicciones no solamente no han desaparecido, sino simplemente transformado? ¿Es ésta, como jocosamente se pregunta Pink, una conspiración socialista? Necesitamos menos folklore y más ciencia. Dése su respuesta a estas preguntas, amable lector, en especial si es usted empresario o emprendedor.        

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