miércoles, 8 de enero de 2014

CRÓNICAS DE LECTURAS 70 - FUTUROLOGÍA Y ADMINISTRACIÓN

CRÓNICAS DE LECTURAS – 70
Futurología y Administración

I
El Riesgo de Quedarse Atrás

Cómo serían de antediluvianos aquellos tiempos en que este humilde servidor estudiaba Administración que no existía siquiera la Administración Hotelera, la cual ejercí posteriormente durante algunos años con regular éxito. Los cursos, los profesores, las prácticas, las ideas y las proyecciones no habían cambiado demasiado desde los tiempos en que Frederick Taylor y Henri Fayol establecieron sus célebres principios sobre Administración, y estudiarlos constituía la base misma de dicha Ciencia. No había computadoras en aquellos días, las calculadoras eran exóticas y las reglas de cálculo comunes. Los libros de Administración solían ser una aburrida repetición con mayor o menor profundidad de los mismos y constantes tópicos. Incluso si cambiabas de país los tópicos seguían los mismos, con la variante del idioma en que estaban expuestos. Pero aunque las cosas no cambien mucho en siglos, cuando irrumpe una época revolucionaria a todo lo que no cambió en centenares de años le da por cambiar cada pocos meses, y a veces menos. Ello lo enfrenta a uno con dificultades de diverso tipo, de las que solamente menciono dos: En cuanto a las tendencias y modas te quedas irremediablemente retrasado; y de cajón tienes que hacer algo inmediata y rápidamente para recuperar el terreno perdido. En sociedades estamentarias como la latinoamericana en general, y la peruana en particular esto significa irremediablemente pagar algún tipo de cupo a alguien que controla la entrada de algo, tanto para poder mantenerte más o menos vivo y en el mismo estatus mientras te renuevas (costos indirectos), como para pagar lo que cuesta renovarse y ponerse al día (costos directos). Ello constituye parte inevitable de tus obligaciones laborales y profesionales, y por ellas descuidarás a tu familia, tus hijos y tu mujer. Lo previsible es que la susodicha al final o se irá con otro que tenga tiempo y plata para atenderla, o se quejará que no la atiendes lo suficiente, a ella y a tus hijos, a los que dejarás de ver por estudiar para no quedarte atrás y por trabajar más para ganar la plata que los mocosos esos gastan. Luego ellos crecen y se convierten en extraños que dejaron de identificarte como referente, y que te pasarán la factura del abandono en la adolescencia. Esos costos nadie los ha medido ni clasificado en la estructura de los mismos, en que la vida se ha transformado para mal.

Otro efecto mucho más cercano al tema de esta Crónica, es que por la normal un proceso súbito de cambios revolucionarios e irreversibles significará encontrarse con cierto tipo de libros cuya lectura es considerada imprescindible para poder mantenerte en la cresta de la ola y aumentar tu competitividad, libros cuya lectura te debería guiar por las nuevas anfractuosidades de la Innovación y la Creatividad, libros cuyos conceptos e ideas prevén el futuro y extraen las conclusiones que deben guiar la Administración de toda Organización (Hoy a eso le llaman Buenas Prácticas y Lecciones Aprendidas, con mayestáticas mayúsculas). Para remontar el oleaje del Cambio hay que mirar Adelante, Prevenir para Dominar, cuál metafórico surfer, las diversas Olas de lo que se viene, a la prepo y con todo. Y es a esto a lo que hoy se le llama Futurología, que ha sustituido con gran ventaja en mi modesta opinión, a la Quiromancia, la Lectura de las Hojas de Té y la Astrología. Por cierto que esto de la Olas viene a cuento, pues en la época en que este humilde servidor era joven, feliz e indocumentado se puso de moda un libro que pareció marcaría la pauta para el resto que se vendría después: La Tercera Ola  de Alvin Toffler (Nueva York, 1928), que reseñaré ahorita. Esta obra tuvo como efecto el empezar a numerar las Olas del Cambio y la Innovación, de modo que a estas alturas debemos estar en la Ola decimoquinta o decimonovena, porque tras Alvin Toffler los gurús de la Futurología de la Gestión y la Administración surgieron literalmente como los hongos después de la lluvia, cabalgando cada cual a la manera de su preferido Jinete del Apocalipsis, aunque siempre con un aire positivo que de alguna manera recuerda a los libros de autoayuda. Leí muchos de estos libros, precisamente porque trataba de no quedarme atrás, y aprovechaba mi ventaja comparativa de leer más y mejor que la mayoría. Entre los principales autores que abordé estaban Peter Drucker, William Deming, Stephen Covey, Jay Forrester, Vance Packard, Russell Ackoff, Peter Senge, Buckminster Fuller, Arthur Clarke, etcétera. No sé cuando empezó todo esto, cuando llegué me encontré con muchos libros que había que leer de todos modos porque si no te quedabas irremediablemente atrasado. Probablemente uno de los primeros sea Los Trepadores de la Pirámide, de Vance Packard, publicado en 1964 y que alcanzó muchísimas ediciones, dedicado al análisis de la carrera de los ejecutivos y que a diferencia de Toffler poseía un pespunte predictivo más o menos limitado.  
 
II
La Tercera Ola, de Alvin Toffler

La Tercera Ola fue publicada entre 1979 y 1980, como parte de una serie de obras que constituyeron verdaderos y justificados best-sellers, como El Shock del Futuro y El Desafío Mundial (que retomaba, volteaba, refundía y superaba al vetusto El Desafío Americano de Jean Jacques Servan-Schereiber) y al revés de la mayoría de los textos que le sucedieron establecía una perspectiva básicamente macroeconómica, o quizá deberíamos decir simplemente macro u holista. Su trascendencia resultó inmensa, las perspectivas fundamentales del post-industrialismo se establecen no por vez primera por supuesto, muchos otros habían estado trabajando el tema; pero sí era novedad la llegada al gran público con explicaciones accesibles en ediciones masivas. La Tercera Ola está dedicada a predecir – o mejor previsionar – el futuro que se viene, empleando al efecto herramientas de análisis provenientes de la Historia, la Economía y otras Ciencias, en un momento en el que las apuestas generales se inclinaban a prever la sucesión de crisis económicas globales por sobrecalentamiento producto de los inmensos gastos que la Guerra Fría exigía, si es que no por una Tercera Guerra Mundial que, además de resolver radicalmente el tema económico, mandaría todo lo demás al traste. La Tercera Ola presupone obviamente Dos Olas inmediatamente anteriores: La Revolución Agrícola del Neolítico y la Revolución Industrial del Siglo XVIII, consideradas como procesos continuos, lo que era ciertamente una novedad. Se consideraba el desarrollo en cada una de estas etapas históricas de las fuentes de Energía, las comunicaciones, la economía y los procesos productivos, amén de la conformación social derivada de estos. Como es obvio, la Segunda Ola modificaba las características fundamentales de la Primera, en un proceso de cambio, revolución o vuelta de tuerca que desataba modificaciones en los aspectos antedichos, así como nuevos procesos futuros.       

La Tercera Ola se refiere a los cambios que el mundo pasó entre 1939 y 1979. En este período los cambios, se postula, no debieran ser desmoralizadores o propendentes a la destrucción de la civilización, sino que se limitan a poner en cuestión y romper paradigmas de la Segunda Ola que parecían sólidos e inamovibles, y de ahí el patatús que provocan. Rasgos fundamentales de la Tercera Ola son así la personalización de los productos industriales de consumo, con el impacto subsecuente en el desarrollo y crecimiento de los mercados de competencia monopolística; la explosión del marketing; la descentralización de la producción y el notabilísimo cambio desatado en los sistemas de gestión y administración debidos al surgimiento de la Cibernética, la Computación y las Comunicaciones Globales, entre otras cosas. Asimismo los cambios en el aparato y estructura económicos rebotan en la sociedad, que se adapta a ellos planteando una cultura “sin hijos”, con la consiguiente reducción de la explosión demográfica y la tendencia a largo plazo de la estabilización de una envejecida población mundial. La familia nuclear propia de la Segunda Ola se desdobla en diferentes tipos de familia más abiertas y funcionales a la economía. La soledad se convierte en un problema social mayor. Quizá la previsión más interesante es la desaparición o reducción significativa del problema ideológico, aunque Toffler no preveía el colapso de la Unión Soviética sino la transformación de su aparato económico en una dirección industrialista. En todo caso, aunque ciertas predicciones están aún en proceso y otras adoptaron formas diferentes e incluso extrañas, el libro se estudió a conciencia como  punto de partida en el novísimo campo de estudio de la Futurología. Encontrarás el libro en http://www.frrg.utn.edu.ar/frrg/apuntes/cmasala/La%20Tercera%20Ola%20Toffler.pdf.

III
Peter F. Drucker

… brillan por su ausencia los hombres (…) efectivos en las tareas ejecutivas. (…) Abundan en el plano ejecutivo los muy inteligentes. La imaginación no escasea. El nivel de conocimientos es, en general, muy elevado. (…) Muchos individuos brillantes (…) no comprenden que su notable intuición no es por sí misma un logro. Ignoran que ésta sólo se torna efectiva mediante un trabajo duro y sistemático. (Peter DruckerEl ejecutivo eficaz),

Peter Ferdinand Drucker (1909 – 2005) es tal vez el autor que más me gusta de esta Crónica, sea porque me lo encontré primero, sea por tener la invalorable virtud de ir directamente al grano cuando hay que ir al grano. Como administrador de hoteles y otros negocios me he encontrado muchísimas veces en las circunstancias donde más que un conocimiento profundo de ciertos contenidos académicos necesitas pensar rápido, calcular diversas opciones, todo ello desplegando cualidades de astucia, paciencia, audacia y fortaleza. El Ejecutivo, el Director, el Jefe, el Mandamás, el Que la Mueve, el Capo, el Boss, el que da órdenes y crea las condiciones para que se cumplan es uno de los factores principales estudiados a cabalidad por el principal Filósofo de la Administración del Siglo XX. Y es que ser Filósofo de una especialidad – el famoso Ph. D. (Philosophy Doctor o whatever) que tantos matan por tener tras su nombre por el prestigio que aporta - no es más fácil que ser filósofo a secas, debe ser mucho más complejo. Digamos en simple que todas las superempresas ultramodernas de hoy en día son impensables sin las ideas de Drucker y su compadre e invisibilizado socio intelectual Fritz Machlup. Ahora bien, cualquier Filósofo que se respete escapa de las anteojeras ideológicas y de los estados de pérdidas y ganancias y se concentra en un aspecto que el profesional utilitarista a secas no distingue bien: Los seres humanos, el mismo tuétano de toda organización y empresa humana. La gestión de las organizaciones, los sistemas de información y sobre todo el gran concepto de la sociedad del conocimiento, descubierto y/o inventado por Drucker, han cambiado espectacularmente la realidad de la gestión y administración del siglo XXI. Drucker fue alumno de Keynes y de Schumpeter, recogió de ellos más que las teorías – productos que suelen ser fusibles –, la actitud y la capacidad del pensar económico. De hecho, Peter Drucker no se hallaba a sí mismo en las disertaciones sobre política económica, su orientación fue siempre hacia la empresa, la organización, lo que estudia esa rama del conocimiento que llamamos la microeconomía.    

Mucho escribió el hombre, y no lo he leído todo. En todo caso mi primer encuentro con Drucker fue a través de la transcripción de sus Seminarios dictados en Madrid y Barcelona hacia mediados de la década de 1970 Reflexiones para un Director, en el que delinea sus ideas fundamentales. Sus capítulos nos dan una idea de las preocupaciones que Drucker trataba de manejar con los administradores y gestores y con el público en general durante toda su obra: La eficacia puede aprenderse, Los Problemas de Crecimiento de la Empresa; Qué sabemos sobre guía y conducción de hombres; Panorámica Mundial de la Dirección; El Dirigente del Futuro. Su concentración en el tema humano y no en entelequias es, nos parece, la marca del verdadero Futurólogo y el Buen Administrador: No es imprescindible que seamos amados, pero sí que seamos respetados. Y esto lo necesita tanto el que manda como el que trabaja, porque si éste último no respeta a sus directivos no puede respetarse a sí mismo. No hay nada  peor que tener que decir que trabaja uno con un director incompetente. Entre sus obras hallaremos libros de texto para Administradores, como Management: Tasks, Responsibilities and Practices, y conjuntos de ensayos dedicados a la previsión futurista, tales como Tecnología, Gerencia y Sociedad, El management del futuro, La sociedad post-capitalista, Desafíos de la Gerencia en el Siglo XXI; en este último Drucker desarrolla a profundidad el auto-management, la auto-gestión personal, a través de conjuntos de interrogantes que cada persona se puede dirigir a sí misma y desde cuyas respuestas se puede tomar decisiones: ¿cuáles son mis puntos fuertes?, ¿cómo me desempeño?, ¿soy lector o soy escucha?, ¿cómo aprendo?, ¿cuáles son mis valores?, ¿a dónde pertenezco?, ¿cómo puedo contribuir?. Las respuestas a estos interrogantes por las mentes postmodernas de hoy estoy seguro le hubieran intrigado mucho más. Para aproximarnos algo más a Peter  Drucker podemos acceder a http://administracionenred.edu.do/descargas/uasd/ADM%20112131551/PETER%20DUCKER%20LECTURA.pdf

IV
La Quinta Disciplina 
de Peter Senge

Si hay algo que resulta difícil para todos es definir qué es o qué se entiende por buena educación. Algo en lo que todos podríamos estar de acuerdo – si es que todos hiciéramos cabal e igualitario uso del pensamiento - es que no hay viento favorable para el que no sabe adónde va. Y eso es parte de nuestro inmenso desconcierto cuando tratamos de hablar de Administración y Gestión, tanto en general como particularmente de la Educación. Porque cuando lo hacemos no lo hacemos desde nuestras seguridades sino fundamentalmente desde nuestras incertidumbres. Y la mayor de nuestras incertidumbres es qué va a pasar con nuestro entorno, nuestro país, nuestro mundo en el futuro. A nadie se le ocurriría zarpar con un buque o iniciar un proceso de producción sin una idea clara del destino o del producto a fabricar. Es decir sin planificación orientada al objetivo. Pero como tendemos a confundir la Realidad con el Indicador, entendemos que un chico o chica estarán bien educados si están “listos para la Universidad”, lo que quiere decir poco más o menos que están “bien” si consiguen ingresar, hacer amigos suficientemente bien ubicados, pasar los cursos y muy especialmente pagar las pensiones; para que les den al final el Indicador - Cartón o licencia que les permitirá posicionarse adecuadamente, sea eso lo que sea. Podemos con esto avanzar hacia Peter Senge (1947 - ), gurú moderno que desde la Administración y la Ingeniería trata de entender con algo de solvencia las principales líneas de desarrollo y desempeño de los profesionales en el futuro. Peter Senge es Ingeniero de Sistemas procedente del Massachussets Institute of Technology – M.I.T. (Instituto Superior Tecnológico de Estados Unidos que se lleva de encuentro a todas las Universidades de América Latina juntas), y con estudios en la Universidad de Stanford.

En su libro La Quinta Disciplina - que pueden encontrar y bajar sin remordimientos desde: http://www.alumnos.inf.utfsm.cl/~vpena/ramos/ili260/textos/La_Quinta_Disciplina.pdf) ha estudiado un problema fundamental que se puede resumir así:  Cuando ingresé en la escuela de graduados del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en 1970, ya estaba convencido de que la mayoría de los problemas que enfrenta la humanidad se relacionan con nuestra ineptitud para comprender y manejar los sistemas cada vez más complejos de nuestro mundo. Los hechos no han alterado esta convicción. En la actualidad, la carrera armamentista, la crisis ecológica, el tráfico internacional de drogas, el estancamiento del Tercer Mundo y los persistentes problemas del presupuesto y la balanza comercial de los Estados Unidos dan testimonio de un mundo donde los problemas son cada vez más complejos e interconectados. Esto evidencia el proceso mental seguido: Una o varias intuiciones sobre los problemas, que se procede a falsear de acuerdo a los principios del método científico, y a los que se aplican herramientas mentales de análisis para encontrar sus implicancias y establecer modelos de acción que se opongan a los que Senge llama modelos mentales, que son básicamente el pre-juicio elevado a la categoría de sentido común por presencia de anteojeras ideológicas y/o axiológicas irracionales. Podríamos hacer mucho más acá con estos conceptos, pero creo que la tendencia está clara y lo podemos dejar ahí. Si sientes que te falta algo, chequea el gráfico y saca tus conclusiones.

V
Colofón


Por supuesto todo lo que estamos tratando acá tiene sentido en el contexto de un entorno en el que se haya producido por lo menos una Revolución Social más o menos acorde con la revolución industrial, se haya desplegado el sistema de valores del liberalismo económico y en consecuencia obliterado la mentalidad colonial y mercantilista que caracteriza a los grupos dominantes hispanoamericanos y particularmente al peruano. Como por nuestros lares ésto no ha ocurrido, por esta parte del camino el liberalismo es un pretexto para lograr acumulación y mantener la exclusión económica, social y política a como dé lugar. Si no me creen hagan el esfuerzo de leer la aburridísima página editorial del decano de la prensa peruana, que repite los mismos contenidos ideológicos sobre Educación publicados antes en El Mercurio de Chile, con los resultados conocidos. En fin, el tema de los gurús da para más y a ver si lo vuelvo a tocar. Ya saben chicos, vayan a los que saben, no a los que creen que saben; vayan al autor, no al comentarista.       

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