miércoles, 13 de mayo de 2015

CONTRA LAS PARADOJAS


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CONTRA LAS PARADOJAS

Hace falta mucho, mucho tiempo,
 para ser joven 
(Pablo Picasso)

Todo hay que reducirlo a su máxima simplicidad, pero no a más, 
(Albert Einstein)

Me molesta la gente que no da la cara 
(Anónimo)

Esta frase es falsa.
(Yo, cuando quiero reventar  la Lógica)



Tiempo ha que no me doy mi vuelta por la Lógica, dado que parece haber cosas más urgentes: La Política y la Lectura y la Educación y hasta esa extraña sección de la Filosofía que llamamos Ética, a la que todos dicen venerar excepto cuando choca con los propios temores e intereses, porque es muy difícil chocar con Chocano, eso da miedo.

Hace buen tiempo una de mis más ágiles y brillantes corresponsales me planteó el tema de las Paradojas, sacándome como ejemplo algunas de las que están en el epígrafe. Las paradojas tienen el efecto de hacernos reír porque comparten con el Humor la interrupción repentina de un mecanismo de defensa que produce un supersónico efecto de vergüenza que nos pone en evidencia, más que no sea frente a nosotros mismos. Pero más allá del inmediato animus jocandi, en realidad lo ignoramos casi todo de ellas y nos quedarnos en babia de porqué nos reímos, aunque lo hagamos.

Para decirlo en corto y sin enredarnos: Una paradoja es una afirmación que puede considerarse a la vez verdadera y falsa. Claro que decir "a la vez" puede ser abusivo. Hay una suerte de operación de palíndromo percepto-conceptual, que sí, ya sé que suena complicado como el diablo, pero que en realidad es más simple: Te doy una proposición aparente, un enunciado en el que concentras sucesiva y muy rápidamente tu atención en una de sus dos o más facetas: Si yo te digo, pongamos por caso, la paradoja más famosa de todas - la del mentiroso - lo veremos con cierta claridad:

TODOS LOS CRETENSES SON MENTIROSOS
(firma) Un Cretense

Cuando te enteras que el enunciado te dice A es B (forma general de todo enunciado) te percatas de que tiene un Valor de Verdad, es decir que el enunciado es, o bien Verdadero, o bien Falso.

Pero al leer la firma te percatas que cuando la afirmación es Verdadera, tal valor V se invalida por haber sido dicho por un Cretense, es decir, si la afirmación era V, resulta F gracias a que el Cretense al que se refiere el enunciado es el que lo dice, y dice de sí mismo ser mentiroso.

El Valor de Verdad de la Paradoja pasa en consecuencia por dos facetas cuasi simultáneas, y esto es que va de una a otra secuencialmente según concentras tu atención en uno u otro Valor de Verdad.

Es obvio por lo tanto que el valor de Verdad de una proposición queda afectado por el contexto, por el quien lo dice, por lo menos en el caso de esta paradojas, y por ende el lenguaje no se bastaría a sí sólo, necesitaría de la situación en que se da.

Una Paradoja

Digo todo esto porque encontré una afirmación que me ha gustado y aprovecho para transcribir, cortesía de nuestra corresponsal Paloma Ruiz:



Un corto recorrido al respecto:

Primera Constatación:

El filósofo en cuestión debe haber sido griego o romano: Griego por lo de la ética como modo de vivir bien; y puede que romano pues ellos se concentraban en lo práctico del asunto, es decir en la aplicación del conocimiento a la vida cotidiana. De ahí la contraposición entre los bienes mismos y las apreciaciones acerca de éstos.

La Lógica, aplicada a estas afirmaciones, sería una suerte de Lógica de la Moral o los Valores.  

Segunda Constatación:

La cuestión de la "sorpresa". Imagino que esta es una afirmación retórica, un filósofo no debería dejarse sorprender por tan poco. Pese a la idea popular, el filósofo no es un bobo: La historia de Tales de Mileto cayendo al hoyo por tener la mirada en el firmamento no puede ser cierta para quien se hizo millonario monopolizando todas las prensas de aceite de oliva de Mileto. Más bien al revés.

Volviendo a la "sorpresa", esta viene de encontrar rasgos o caracteres esenciales opuestos entre sí en el mismo sujeto, cuando no se espera su presencia. Es decir, califica como sorpresa verificar que el ser humano - "animal racional" desde Aristóteles - tome decisiones irracionales.

Sin embargo nada nos autoriza a suponer que la racionalidad como differentia specifica elimine el genus proximum. Es decir, nada autoriza a suponer que el ser humano se define por "una sola cosa" y que esa sola cosa sea la racionalidad.

Es decir, el hombre también es emocional y/o llevado de sus instintos animales; y/o estúpido o capaz de cometer estupideces. En todo caso, lo primero - lo instintivo - es más evidente que lo segundo - la estupidez. Así que eso de la sorpresa me suena a un arcaísmo sorprendente, y no me la creo.

Tercera Constatación:

Primera paradoja: Pierdes tu Salud para Ganar un Dinero que usarás para recuperar la Salud.

Es decir, la Salud es a todas luces un bien precioso, y procedes a perderla para ganar - o cambiarla por - Dinero, otro bien precioso; el que a su vez vuelves a cambiar posteriormente por Salud.

La falla obvia en el razonamiento es que la "Salud", o el estado de la "Salud" no se conserva igual - no tiene el mismo valor - en todos los momentos de la vida.

Cuarta Constatación:

Metámosle Tiempo a la Paradoja: Por pensar en el Futuro olvidas el Presente (y el Pasado, ya que estamos en ello). Distinguimos aquí un entimema, es decir, un razonamiento compuesto del que varias de sus premisas - conclusiones, a su vez, de otras premisas - no se mencionan, sea por espacio o para impresionar al lector, al ir de las primeras a las últimas sin evidencia visible:

Dado que te angustias por el futuro (Premisa 1), 
te olvidas del presente (Conclusión 1 - Premisa 2);

por ende:

no vives ni el presente ni el futuro 
(uno por angustia, el otro por olvido)
(Conclusión 2 - Premisa 3)

Por consiguiente:

Vives como si nunca fueras a morir (Conclusión 3 - a)
Mueres como si nunca hubieras vivido. (Conclusión 3 - b)

Algunas Ideas:

A primera vista, no hay Paradoja acá y el Filósofo está equivocado: Cambiar Dinero por Salud es cambiar un bien por otro, lo que te deja donde estabas antes,  ni mejor ni peor.

Una segunda mirada introduce la cuestión del Valor relativo: Uno de ambos bienes es más valioso que el otro. Si lo es la Salud, cambiarla por Dinero no parece inteligente, mejor será no hacer Dinero si con ello pierdes la Salud.

Pero la inversa no es falsa: Si el Dinero es más Valioso que la Salud, perder la Salud por ganar Dinero no es irracional, sobre todo si hay una necesidad por medio, si necesitas del Dinero para comer o para contratar un médico o para comprar medicinas, porque la Salud no es un Valor Constante. También por la presencia de un Valor Superior: Vendes un riñón para salvarle la vida a tu hijo pagándole con eso a los secuestradores que se lo han llevado.

Pero a equivalencia de Valores, tener Dinero es un requisito para tener Salud, y perder un poco de Salud para tener Dinero _ por ejemplo, trabajando horas extras o cambiando trabajo por sueño - para ganar más y con eso garantizar más Salud en el futuro, es en apariencia una inversión sensata, ceteris paribus.

Así, tener Dinero es un requisito para tener Salud.

CONCLUSIÓN

La paradoja presentada funciona como tal si y sólo si se entiende que SALUD y DINERO son bienes intercambiables, que poseen el mismo valor.

Si son intercambiables, entonces son axiológicamente lo mismo, y no hay paradoja.

Si no son intercambiables pero tienen el mismo valor, tampoco hay paradoja, porque se requieren los dos, no uno solo, para la vida. Salvo Error u Omisión.

Al decir de Víctor Hugo en Los Miserables: Si tienes dinero, vendrá el Doctor, y te curarás. Si no, te morirás. Y no hay más. 

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