jueves, 24 de noviembre de 2011

LECCIONES EDUCATIVAS DESDE CHILE


LECCIONES EDUCATIVAS DESDE CHILE

Mímesis, Póiesis y Techné

El viejo Aristóteles estableció hace luengos siglos que la obra de arte poseía tres aspectos que la conformaban y definían: La mímesis, es decir la imitación de la realidad, la póiesis, que es la parte propia y original, y la techné, que son las habilidades y medios que empleamos para plasmar la obra. En el Perú tenemos la mala costumbre de mirar para afuera para averiguar lo que debemos hacer, y parece que somos bastante buenos en eso de copiar – el copy and paste es una costumbre nacional -, pero fallamos, quien sabe si por falta de confianza en nosotros mismos, en la parte original, y terminamos por copiar lo que no deberíamos básicamente porque otros lo hicieron y les ligó, y naturalmente no nos funcionan porque nuestras condiciones son otras. Como todo chef sabe, una buena receta fracasa si el cocinero es malo. En todo orden de cosas nuestra admiración o inclinación nos lleva a apreciar en otras sociedades una serie de valores que supuestamente no poseemos y creemos deberíamos poseer. Es decir, es en el fondo un tema ideológico.

Adaptar la techné de otras realidades no es negativo cuando se tiene claro qué se quiere hacer. La mímesis y la póiesis son temas de equilibrio entre copia y creatividad y parten de comprender la obra de arte que queremos realizar y los valores que expresa, no los métodos para hacerla, cuestión técnica. Los valores no se copian, se forman, y en lo ideológico los países, como los modistos, se ponen de moda por cierto tiempo, por lo que no es rentable copiar lo que deberíamos formar. Resulta en una pérdida de tiempo y esfuerzo, e indica que confiamos en el pensamiento mágico. Durante nuestra historia hemos mirado en todo o en parte sucesivamente a España, Francia, Estados Unidos, Alemania, algunos a la Unión Soviética, a Japón, a los Tigres Asiáticos, a Corea, a Chile, a Brasil, entre otros. Parece que nuestra baja autoestima no nos da para pensarnos aparte y atacar nuestros propios problemas con nuestras propias armas. Mirar lo que se hace afuera debería más bien servirnos para crear buenas ideas e impedirnos inventar la pólvora. Una cosa es querer abrir un dique, otra es saber si usaremos pólvora para ello, y de qué tipo.

La Educación como Obra de Arte

La Educación no se libra del tema. Hay paradigmas que miramos con poca crítica, y anti-paradigmas que destrozamos sin piedad por razones bien poco racionales, guiadas casi siempre por nuestras simpatías y antipatías ideológicas. Los bien ganados prestigios de disímiles sistemas educativos como Cuba y Finlandia se basan en algo que tendríamos que copiar: El ser originales y basarnos sobre los propios rasgos para resolver los propios problemas. Claro que es complicado ver dónde termina la mímesis y donde empieza la póiesis, pero de eso se trata precisamente la creatividad. Frente a Chile nuestra mirada ha sido principalmente ideológica, porque el éxito de la educación chilena se produjo cuando era fundamentalmente pública. El masivo repudio popular al sistema actual tiene base en que el sistema anterior funcionaba, y fue desactivado para ser sustituido por un sistema autoritario, cuyo resultado fue el rechazo total por parte de la gente. Es que lo que se pretendía copiar no era la Educación, era el autoritarismo. Punto de partida equivocado, de hecho. Algunos creen o quieren creer que los regímenes autoritarios son mejores en esto de la autoridad y en imponer ciertos valores que algunos consideran valiosos, también en lo educativo. Chile ha desmentido claramente esta idea, y el modelo autoritario se está viniendo abajo.

Adelantarse al cambio

Claro, esto no se produce sin lucha. Estamos en tiempos políticos presupuestales, pues es época, aquí como en todas partes, de discutir los presupuestos del 2012. En Chile esto está pasando también, aunque a la sombra de las continuadas y musculosas protestas estudiantiles, de profesores y padres de familia. Las diversas propuestas poseen características comunes a tomar nota, la primera de las cuales es que la discusión de fondo no es educativa sino económica. Tras decenios de asistir al desmontaje de un modelo educativo por razones ideológicas, la estafada juventud chilena lideró un movimiento social que impone sus cambios, mientras los políticos de todas las tendencias tratan de convertirlos en medidas económicas más o menos adaptadas a un sistema de cosas que no está preparado, lo que hace saltar las costuras del modelo completo. Esto podría ser el preludio de lo que acá tendremos eventualmente que afrontar, a no ser que nos adelantemos. Aunque nuestra pulsión de copia muestra nuestra baja autoestima, también podemos aprovecharla para evitar el extremismo opuesto e igualmente pernicioso de considerar que todas las respuestas las tenemos nosotros.

Educación y Generación Ni-Ní

El problema educativo es solamente una de las puntas del iceberg de un problema más grande: la invisibilización de la problemática de la Generación Ni-Ní. El tema de fondo es de qué van a vivir las personas en el futuro, lo que lleva a determinar cuestiones de base: Qué educación se imparte, para qué, con qué nivel de calidad, cómo se va a financiar. Imaginemos por un momento que la movilización estudiantil chilena no rebotara en el sistema político y económico, ello provocaría algo mucho más serio, contestatario y maximalista.

Imaginemos el problema de Conga presente y multiplicado por 25 regiones. Imaginémoslo además desarrollándose durante meses y meses, entre tejes y manejes, tiras y aflojas. ¿Qué le haría eso a las inversiones y a la estabilidad política y social? Los medios no podrían taparlo ni minimizarlo ni desinformarlo, la crisis llegaría a ser evidente, y lo más gracioso es que tenemos en la mano las herramientas para preverlo. Aunque nuestro carácter nacional no es muy previsor que digamos, de todos modos conviene precisamente, aprender del vecino, por aquello de que si sobre la casa de tu vecino ves llover…

Los problemas álgidos en Chile

Supongo que todos saben que la educación es el problema álgido en el Chile de hoy. La durísima rebelión de los estudiantes forzó al gobierno conservador de Sebastián Piñera a negociar aspectos fundamentales del modelo económico. No se juega aquí solamente la Educación vista como una necesidad social, sino como objeto de ingentes intereses económicos, representados por una banca que tiene endeudado a vastos sectores de la población chilena por muchos años por venir, con préstamos realizados para financiar una Educación privatizada y semi-municipalizada. Que esto es importante para nosotros es patente desde que imitamos los mismos procesos, fracasados allí y acá. Que la Educación chilena – y la peruana – necesitan de reformas estructurales es obvio. Veamos cuales son los temas básicos y cómo se reflejan en nuestro país.

Reformulación del crédito educativo y aumento de becas

El financiamiento y el crédito educativo en Chile se amarran a la “excelencia académica”. Esto lleva al tema de la evaluación de los estudiantes, y a las diferentes oportunidades de aprendizaje de que gozan. En países desiguales este es sin duda un elemento de exclusión social, y eso que Chile es mucho más homogéneo comparado con el Perú. Además los métodos vetustos de evaluación se resisten a morir, y eso significa que tienen que reformularse. La evaluación, si vamos a usarla como elemento decisorio para crédito y financiamiento, tiene que ser tratada seriamente, mejorando de raíz los estándares de evaluación para que ésta signifique algo en relación con los logros que los alumnos realmente obtienen. Y para nuestro caso, además, debemos considerar lo heterogéneo de nuestra realidad educativa. Por el lado de las becas, nuestro sistema real creado en base a criterios anti-técnicos– el de los Colegios Mayores - es extraordinariamente caro, como ha remarcado nuestro amigo José Rouillion en el Foro Paulo Freire. Es mucho más barato que el Estado otorgue becas a los estudiantes más capaces en colegios y universidades privados de prestigio, lo que además fomenta la integración social, y convierte al Estado en “miembro” de la APAFA, lo que de seguro tendría efectos importantes.

Regulación de los pagos en la Educación Superior

En el Perú se sostiene aún el principio de la gratuidad de la enseñanza, aunque bien perforado por todas partes. Esto no es un contrasentido, pero entraña un malentendido, el de que la educación no tiene costo, y es que sí lo tiene, pero resulta que es asumido por todos los buenos peruanos que pagan sus impuestos indirectos y directos. Esto tiene que regularse, porque tampoco se trata, como es la tendencia, de seguir constituyendo negocios universitarios de pésima calidad. Y en esto hay que tener la mano bien firme, porque muchísimas carreras están repletas de profesionales, y hay otras en las que hay una lamentable escasez. Que se gasten los recursos del estado y las Familias en seguir formando más abogados es ridículo, cuando hay tantas otras necesidades. Si el valor de la plata que el pueblo y el estado se sacan de la boca para educar a la juventud no reditúa, entonces estamos ante un delito de malversación de fondos públicos, y es así como debería ser tratado. Y solamente requiere que el estado se ponga los pantalones y regule.

Aumento de los estándares de Calidad

Caballito de batalla de todo el mundo es éste. Ya nos hemos referido en parte al asunto, pero vale la pena insistir en la pertinencia de los estudios escolares y de las carreras universitarias. Acreditar las instituciones educativas es un trabajo por hacer, y que requiere más tiempo, recursos y sobre todo, voluntad política de la que se está poniendo. Mejor hacerlo desde ahora que frente a movilizaciones de miles de personas. Y que esa acreditación se someta a los estándares internacionales es imperativo.

Financiamiento de la Escuela y la Universidad Públicas

Revitalizar – dar nueva vida – a la Educación Pública, parece imperativo. El languidecimiento de la escuela pública debe ser revertido. Esto es aumentar gasto, gasto y más gasto. Gastar en infraestructura; gastar en la formación, actualización permanente y sueldos de los profesores; gastar en alimentación escolar; gastar en materiales educativos de primera, y en textos, etcétera. Además es reducir el número de alumnos por aula y de escolares por colegio, tenerlos durante más horas y atenderlos más y mejor. Es imperativo por lo menos poner nuestro gasto educativo al nivel del resto del continente. Eso es pisar callos, y sí, de hecho es obvio que no hay recursos para todo a la vez. Pero lo cierto es que se desperdician demasiados, produciéndose conflictos de interés gravísimos, en especial cuando vemos que la Asamblea Nacional de Rectores es, en la práctica, un cuerpo estamentario que defiende sus propios intereses, incluso con su propia bancada en el Congreso. En la práctica estos grupos de interés terminan por emplear recursos del Estado y la Sociedad que se podrían emplear mejor en la educación pre-escolar, de donde sale el contrasentido de que los niños subalimentados y subeducados de nuestra patria subsidian la educación superior. También hay que considerar la diversidad de nuestro país y las diferentes necesidades de los diversos grupos que conforman nuestra patria, cuyos requerimientos están limitados por el magro presupuesto que se les asigna.

Priorización de la formación en tecnicaturas

Este tema está siendo visibilizado en diversas partes, en función de la Generación Ni-Ní. No lo es lo suficiente en nuestro país. En Chile este tema se está tratando de llevar hacia la Prioridad País, lo que muestra que lo están viendo. Reza para esto lo mismo que reza para la educación secundaria: Gasto, gasto y más gasto. En infraestructura, en formación, actualización y sueldos de docentes, etcétera. Tratemos de recuperar el sueño de sacar a los alumnos de la secundaria titulados y en capacidad de ganarse la vida. Y en esto, como en varias otras cosas, necesitamos destrabar la burocracia y hacer de una buena vez las cosas bien. A mis otros artículos sobre la Generación Ni-Ní remito para más propuestas.

Aumento de la cobertura y reforzamiento de la educación preescolar

Si no alimentamos, aprestamos y protegemos de la contaminación a nuestros niños para que entren en la vida con alguna oportunidad, apenas nos mereceremos el titulo de sociedad civilizada, y esto es mucho decir de un pueblo que estuvo entre los que inventaron la civilización. Aquí reza de nuevo la receta de los acápites anteriores: Gasto, gasto y más gasto.

Gasto, Inversión y sostenibilidad

Frente al tema que he levantado de gasto, gasto y más gasto, me caben dos reflexiones. Uno, que decir gasto en educación es decir Inversión, pero Inversión de largo plazo, aunque algunos indicadores puedan reflejar mejorías más o menos rápidas. Pero en esto, como en todo, no debemos dejar que el árbol nos tape el bosque. Y en segundo lugar, que si consideramos la inversión educativa también debemos considerar el Retorno. Nuestra educación en este aspecto posee un retorno muy bajo, es decir, no es sostenible. Hay varias razones para ello, algunas de carácter estructural. Más de cien personas dejan nuestro país diariamente, buscando quedarse en el exterior, y la inversión educativa hecha en ellos favorece a los países que los reciben, y ahí hablamos de dos millones de peruanos que aportan afuera, y si bien las remesas en algo retornan esa inversión, es obvio que hay una pérdida. La baja calidad educativa no es una inversión, es gasto puro y simple, equivalente a tirar los billetes por la ventana. Cuando miremos la educación desde esta perspectiva tenemos que ver nuestra sociedad como un todo. La inversión en Educación no puede ser manejada con criterio mercantilista, porque el cortoplacismo ejerce un vicioso sobrecosto sobre las familias, y quien más gana con la privatización de la educación es el sistema financiero, que presta crédito de consumo a altísimas tasas de interés para una Inversión que es de largo plazo. El tratar con tasas de interés de corto plazo las inversiones de largo plazo es una violación terminante de las reglas del mercado, e INDECOPI debiera hacer algo al respecto de este abuso. Así que la sostenibilidad de la educación no puede ser vista como un negocio. El lucro, por lo tanto, no es una opción.

Colofón

¿Se podrá en cinco años hacer todo esto, y prevenir la Conga estudiantil? La tendencia es muy clara, se trata del acceso igualitario a la educación de calidad y del fortalecimiento de los sistemas pre-escolar y escolar públicos. No parece tanto, pero hablar es fácil. No pretendo haber agotado el tema, porque seguramente hay mentes más viejas y más sabias puestos en esto. La cosa es hacerlo antes que tengamos a los Ni-Nís encima. Y punto.


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