jueves, 30 de mayo de 2013

ALFABETISMO Y CIUDADANÍA DIGITAL o El Perú, País de Chocanos

ALFABETISMO Y CIUDADANÍA DIGITAL o El Perú, País de Chocanos

El problema con la religión de la ciencia es que funciona
 (Isaac Asimov)

Digital citizens are individuals who intuitively understand that high quality information is easily available, either freely or for a fee, and who bristle when information that is public is hidden or not available in a digital form (…) Digital citizens are not necessarily individuals with advanced technical skills, but instead are people who are comfortable using technology as a tool to accomplish their work. These individuals often use a search engine as a browser, but are skeptical of much of the information that is presented in the search results.
 (Gerry McCartney, profesor de Tecnología de la Información
 - Universidad de Purdue)


Todos queremos ser modernos, incluso postmodernos. Y todos tropezamos más o menos con los mismos problemas que nuestros antepasados con las nuevas tecnologías: Aunque en los últimos 30 años el adelanto tecnológico es muy notable, el arsenal intelectual que las personas requieren para afrontarlo no ha mejorado. Los cambios se enfrentan hoy en día más o menos del mismo modo que lo hacían los abuelos y bisabuelos, y es posible que por eso aún no la pesquemos, el carro se nos pasa y nos quedamos varados en Babia, país lleno de desconcertadas gentes de cuyas abiertas y sorprendidas bocas derrámase profusamente la saliva. Es patente haber un tema generacional en ello, se necesita amplitud de mente para asumir cualquier nueva tecnología, y así debe haber pasado en otras sociedades, pues la creatividad y la innovación requieren de cierta libertad mental, casi siempre propia de adolescentes y jóvenes. 

El Ciudadano Digital


Pero no puedes atribuir todo a la actitud de amplitud mental, eso ya se hace en nuestro país a modo de autoayuda, y se sigue tapando el sol con cualquier dedo para así dejárselo cómodamente todo a las entidades metafísicas: Las ánimas benditas del purgatorio, la iniciativa privada, San Benito de Palermo y la mano invisible del mercado. Gracias a ello somos una suerte de Uruguay setentero, pero en grande. Es decir, nos despoblamos de nuestra gente más capaz, inteligente o audaz a ritmo de unos 150 por día, según cifras de emigración. O simplemente se van los que alcanzan a aprender a leer, a pesar de todo el aparato en contrario. Y lo digo así porque obtener un 72 % que a los 15 años no comprende lo que lee debe ser producto de alguna clase de política, no me lo puedo explicar como producto espontáneo del orden social, aún de éste. Por otra parte no nos pasa solamente a nosotros: Colombia, México y otros países registran  estos resultados, la diferencia con nosotros está en que lo dicen. 

El Alfabeto Digital

Pero tratemos de ser positivos. Digamos que para que haya Ciudadanía Digital tiene que haber campo libre para la creatividad y la innovación. Campo libre significa ausencia de obstáculos, en especial los de las estructuras cognitivas anquilosadas reflejantes de estructuras sociales anquilosadas. Cuando se les acuerda a los jóvenes de edad y de espíritu la libertad y la posibilidad de cambiar el mundo suelen hacerlo, y con muy pocos medios además. Testigo, Steve Jobs. Pero esto es posible si y sólo si la estructura social se los permite y no se los estorba. Nuestros Steve Jobs para serlo tienen que emigrar a donde les dejen ser Steve Jobs, y no es sólo por falta de plata, sino que lo verbalizan empleando la palabra “oportunidades”. 

El alfabetismo digital, como el de la lectura tradicional, tiene condicionamientos sociales en lo cognitivo, es decir, el llegar a ser plenamente alfabeto depende de ciertos rasgos de la sociedad en que vivas. Y si quieres llegar a ser plenamente ciudadano tienes que ser plenamente alfabeto, porque leer es condición sine qua non para la ciudadanía. Y la extrapolación acá funciona: para llegar a ser Ciudadano Digital necesitas ser Alfabeto Digital. 

País de Desconcertadas Gentes

Una condición absoluta de la Ciudadanía es poder acceder a la información relevante. Los liberales clásicos lo entendieron de tal manera que inventaron las Libertades, entre ellas la libertad de información y la libertad de prensa. El estado de la cuestión en nuestro país en este aspecto es paupérrimo, dado el Bloqueo Informativo, la concentración del control y la posición de dominio obtenidos por los Barones de la Prensa sobre el espectro electromagnético y la prensa escrita. Para buscar noticias los periodistas van a Twitter, lo que puede entenderse como “el colmo” del Bloqueo.  

Datos

Desde fines de la última década del siglo pasado el acceso a la información y la capacidad de difundirla ha crecido espectacularmente. Los datos nos dicen más o menos esto:

  • En el Perú la penetración aproximada de Internet – es decir, el porcentaje de la población que tiene acceso – es consistente con el promedio latinoamericano de 34 % a 35 %.
(Pero las medias engañan: Colombia está en 50 %, Uruguay y Chile en 58 %, Costa Rica en 47 %, Puerto Rico en 55 %. Más cerca de nosotros están Brasil – 38 %, Venezuela – 37 % y México - 34 %)

  • La media latinoamericana de 34 % esconde una brecha continental: Estados y Canadá registran 78%, Alemania 80 %, el Reino Unido 83 %, Japón 78 %.
(Es decir, aproximadamente el doble de ciudadanos europeos, norteamericanos y japoneses acceden a información por Internet. En América Latina ello indicaría una segmentación social y cultural)


Nos quedaremos con esta data por ahora, porque aunque hay información disponible sobre usos de Internet y variabilidad de éstos, y sobre muchas otras cosas a nivel de casi todos los países de América Latina, la información sobre el Perú parece más o menos pasmada. Esta situación no es nada extraña, pasa en muchísimos aspectos y es uno de los principales obstáculos para determinar políticas. Es muy difícil obtener data en el Perú sobre casi cualquier cosa, en especial temas modernamente relevantes, creemos que porque no son útiles, no son visibilizados, están manipulados o simplemente no les interesan a los decisores políticos.  

Alfabetización lectora y alfabetización digital

Hablando en general, saber leer es una condición para el ejercicio de una ciudadanía coherente. País con analfabetismo rampante es país a-democrático. Y el analfabetismo funcional es tanto o más peligroso que el analfabetismo decodificador. Creer que se sabe es más peligroso que no saber. Es más, la alfabetización digital presupone que se poseen las habilidades tradicionales de la lectura – decodificación y comprensión. Así que podemos afirmar sin temor a equivocarnos demasiado que incorporar los conceptos cibernéticos y digitales en una sociedad iliterata funcional es meter vino nuevo en odres viejos. Y eso nos da dos extremos de un amplio abanico digital: Un extremo: Los odres aguantan, la cosa sigue más o menos igual, pero con la creencia de que se sabe y se avanza; o en el Otro Extremo, los Odres se rompen, y tenemos entre manos crisis y cambios violentos o cuando menos rápidos de alguna clase.

Plazos

Diferenciemos entre procesos de corto y de largo plazo. En el corto plazo, ingresar el digitalismo en una sociedad no preparada para ello implica que éste se incorpore como mecanismo de dominio y exclusión, es decir, se reserva el pleno conocimiento a las clases superiores, y pasa a ser “magia” para las inferiores. Pero como nosotros como sociedad no somos capaces de producir conocimiento ni tecnología, estamos a la dependencia de los procesos exteriores. Y los grupos dominantes, incapaces de formar “élites” ilustradas, no pueden bloquear el ingreso de la tecnología, ni pueden eternamente impedir que el conocimiento se difunda. Y así, en un proceso de mediano plazo, el bloqueo de los grupos dominados se debilita en el aspecto científico-tecnológico. Así pasamos de un Estado que daba soporte a los grupos dominantes en la egregia tarea de mantener bestia a la gente, a un Estado en teoría promotor de la educación y de la cultura. Aunque como es patente esto no pase de palabras. Un factor de gran importancia en el proceso migratorio interno vivido en el Perú desde los ´30 del siglo pasado fue la búsqueda de oportunidades educativas, es decir, de acceso a la Ciencia y Tecnología. Cuando los migrantes no la encontraron en las ciudades peruanas, se fueron del Perú. Buscar educación en serio debe estar entre los tres primeros motivos de la emigración peruana al exterior. Y tenemos tres millones de peruanos afuera cuando menos.

Problemas de concepto

¿Y por qué se nos fueron esos tres millones? Maticemos lo dicho antes: Hemos adelantado la hipótesis de que buscaban Ciencia y Tecnología, y esto no es tan exacto. Lo que buscaban – y buscan – eran y son medios de supervivencia no disponibles en nuestra sociedad, y pensaron que eso pasa por una Educación en serio que en el Perú no existe, o que de existir tampoco pesa a la hora de conseguir chamba. Sumemos a esto un hecho incontrovertible: Si tienes un título de la Universidad de Katanga en Ciencias Ocultas, y has pasado por el aro de pagar tu cupo en la Asamblea Nacional de Rectores, te has posicionado maravillosamente bien en el mundo ocultista nacional y ganarás más que un ocultista con maestría de la Universidad de Las Huaringas. Claro está que ello supone que la educación afuera es efectiva, lo que no siempre es cierto, pero lo creemos a rajatabla dada la informalidad de la Universidad de Las Huaringas y otras. 


Que nuestra Educación se equivoca de medio a medio es demostrable de tantos modos que en realidad es ocioso repetir lo que ya se ha dicho bien de tantas maneras y por tantos especialistas. Nos quedamos con dos cositas nomás: 

1. Solamente uno de cada cinco egresados de la secundaria entiende lo que lee; 
2. Sólo cuatro de cada cinco egresados de secundaria odian las ciencias y matemáticas en diversos grados.

Añado además otro hecho, quizá no tan evidente: No hay puestos de trabajo para los científicos peruanos, lo que demuestra que hablar de fomento de la Ciencia y Tecnología hasta la fecha es básicamente una burla, a no ser que alguien meta la mano al respecto, con lo que chocará con Chocano. Y no alargo más este artículo, que quiero que me lean


Colofón

Una consecuencia de todo lo dicho es que los peruanos no somos analfabetos digitales - y de los otros - por inspiración divina, sino porque se trata de mantenernos así. Otra es que el actual gobierno no consigue gobernar porque se está percatando - recién - que el Perú es un país de Chocanos. Tendrán que poner en remojo muchas ideas y conceptos, pues todo el aparato conceptual con el que trabajamos está contaminado. Si un Gobierno quiere hacer algo, inevitablemente le pisará los dedos a alguien, inevitablemente el propietario de esos dedos gritará que va contra la Hoja de Ruta, e inevitablemente habrá que adoptar una Cultura de la Resistencia, so pena de quedarse aislado. El que tenga Oídos, que Oiga. Hablaremos más de esto.  

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