miércoles, 30 de julio de 2014

CRÓNICA DE LECTURAS 90 - PAULA


CRÓNICAS DE LECTURAS – 90

LAS LECTURAS DE PAULA

Para Paula, mi hija

I

Paula

Para los que no lo saben ni tienen por qué saberlo, les comentaré que Paula es mi hija. Tiene ocho años de edad y es la mejor y más consecuente lectora y crítica de estas Crónicas de Lecturas. Y la cuestión del porqué de esta Crónica se reduce sencillamente a que el otro día agarró y me dijo sin advertencia alguna, y sin anestesia: Papi, ¿por qué no me haces una Crónica a mí? Yo lo pensé y aunque a veces es posible que dude de ciertas pertinencias, si mi hija me pide que le haga una Crónica, pues a mí no me queda más que rezongar un rato y preguntarme quién diablos me manda tener una hija, y luego obedecer sin dudas ni murmuraciones. Y ahí dejaríamos la cosa, porque después de todo para eso es que estamos los papis en este mundo, para obedecer los caprichos de nuestras vástagas. Claro que podría aprovechar para reclamar – ya sé que inútilmente - por la descarada manipulación que las hijas que se saben queridas ejercen sobre los padres. Es éste un abuso que clama al cielo, y que es preciso denunciar. Pruebas al canto, véase a modo de demostración el siguiente y esclarecedor diálogo, que arrojará luz sobre una situación invisibilizada de abuso familiar frente al cual las autoridades no pueden ni deben mantenerse indiferentes:

- Papi, ¿me compras una…?
- No.
- Ya pueeeessssss papi….
- Paula, yo te quiero mucho, pero tú – e – res – u –na – ma –ni –pu – la – do - ra.
- Eso no es cierto, Papi… - se enfurruña conmigo, frunce el ceño, se le colorean de rojo los cachetes, aprieta los labios en semisonrisa, entrecierra sus ojos para mostrarme su molestia, y se vuelve ipso facto hacia su madre, cambiando la expresión de su rostro mientras se vuelve para mostrar la más angelical de las sonrisas:
– Mami… ¿verdad que no soy manipuladora?
- No, Paulita, como se te puede ocurrir eso… - de ahí la jefa se vuelve a mí, con cara de Toma de La Bastilla y de cómo abusas de tu hija, mal padre - y tú deberías comprarle a Tu Hija (no me pregunten cómo, pero se distinguen las mayúsculas cuando ella las pronuncia) esa cosa que ella quiere, que ni que fuera tan importante, y total, qué te cuesta.
- Gracias, mami…. ¿ves, papi? Mami dice que sí. 

Así es, en apretado resumen, mi vida. Informo, pues, a mis pocos o muchos lectores, que los libros, fascículos y demás material escrito mencionado en la presente Crónica se determinaron en el transcurso de una complejísima negociación que sostuve con la susodicha Paula, y en la que el chantaje emocional y el bullying tuvieron parte principal. Sintiéndome por ello (y por muchos otros motivos) dañado en mis prerrogativas y derechos como Padre de Familia, acudí en consecuencia a la DEMUPANE (Defensoría Municipal de Papás Abusados por Niñas Engreídas) más cercana, con el único resultado positivo de constatar su inexistencia. Dada la futilidad de una resistencia que en el mejor de los casos solamente seria preludio de una derrota aún más vergonzosa, cedí a la violencia y decidí libremente escribir esta Crónica. Claro que esta decisión se vio reforzada por el hecho que mi hija es mejor lectora que la mayoría de personas que conozco, y que ya he hecho sobre ella múltiples referencias en estas Crónicas. Así que, Paulita, ahí se manda tu viejo con esta Crónica, esperando que te guste y te proporcione tanto gusto leerla como a mí escribirla.

II

Olivia, de Ian Woodward Falconer (Ridgefield, Connecticut, 1959)

Paula se familiarizó con esta deliciosa cerdita británica de seis años de edad no a través de sus dibujos animados (Welcome to the World of the Pig Olivia, emitida en su momento en los canales Nick y Disney), sino de sus libros, que fueron la base de la serie de animación, que duró en pantalla dos temporadas y treinta y tres episodios o capítulos, de los que no vimos ninguno sino mucho después de la lectura de dos o tres de ellos empleados para la compleja tarea de soporte para hacer dormir a la señorita. ¿Te has dado cuenta, Paula, que las voces de los personajes se hacen en nuestras cabezas cuando leemos los libros? Cuando las vemos en la tele no suenan igual, ¿no te parece? Piénsalo, cada vez que leemos un libro – ilustrado o no – la voz de Olivia u otros personajes como la Reina Roja, la Señora más mala del mundo o el Superzorro se escuchan en nuestras cabezas. Yo sé decirte que cuando vi Mafalda por TV hace años, las voces de ella y las de Libertad, Manolito, Felipe y Susanita no cuadraban para nada con los personajes de la Historieta de Joaquín Lavado (a) Quino. Y ni me preguntes por qué porque no tengo la más mínima idea. Pero sí me he dado cuenta que pasa más cuando conocemos la apariencia física del personaje, sea este Tin Tin, Astérix y Obélix, o Iron Man. Esto tú no lo sabes, pero para los que veíamos series como Los Picapiedra o la Familia Addams hace muchos años, la voz de los personajes era la de los actores mexicanos que los doblaban al castellano. Creo que por eso la Olivia de la pantalla (con voz de la actriz Emily Gray) no tuvo tanto éxito en casa como la Olivia de los libros de Ian Falconer.

Olivia vive en un mundo donde las personas son cerdos. Sus libros se parecen a las Fábulas que hemos leído de Esopo y otros, ¿te acuerdas?, en que los animales hablan como los seres humanos. Claro que en Olivia los sustituyen y viven en un mundo porcino, parecido al de Peppa y muy diferente al del cerdito Babe, en que animales y hombres coexisten pero no consiguen hablarse, como en el excelente cuento La Feria de los Animales, de Alfred Bester, que leerás dentro de poco. Los argumentos de los libros de Olivia giran en torno a situaciones cotidianas con las que la cerdita crece y se educa a sí misma al tratar con ellas. Los sueños de Olivia son llevados a la realidad en parte, en la medida que sus padres y hermanos viven sus propias vidas en la familia. La visita a la galería de arte genera en Olivia el sueño de ser una artista, por ejemplo, o el de organizar una banda con ella sola como integrante pues no puede haber celebración sin banda, o en el dulce sueño en el que Olivia hace ballet tras los fuegos artificiales, o en la impaciente espera de Santa Claus en Navidad. En este proceso nos enseña comportamientos adecuados y a compartir con amigos y familiares, así como a emplear nuestra imaginación, a mantenernos activos físicamente, y a estar seguros de nosotros mismos. Yo creo que no nos equivocamos contigo cuando decidimos que era mejor leer contigo que irnos a contemplar pantallas. Es mejor leer, nos hace más inteligentes y nos divertimos más. Tú ya sabes lo que siempre digo: Mucha pantalla vuelve a la gente brutita. Y yo no quiero que mi hija se ponga así. Ya te habrás dado cuenta que no tenemos todos los libros de Olivia, ya tú me dirás si quieres los que faltan, aunque el tiempo pasa y puede que ya no nos interesen tanto como antes ¿no?. En fin, los libros son éstos:
   
· Olivia, 2000 – ganó el Premio Caldecott Honor del 2001 / · Olivia Saves the Circus, 2001 - 2002 Este fue el Libro Infantil Ilustrado del Año de Booksense Illustrated / · Olivia's Opposites, 2002 / ·  Olivia Counts, 2002 / ·  Olivia...and the Missing Toy, 2003 / ·  Teatro Olivia, 2004 / ·  Olivia Forms a Band, 2006 - 2006 Premio del Mejor Libro para Niños de Child Magazine / ·  Dream Big (starring Olivia), 2006 / · Olivia Helps with Christmas, 2007 - 2008 Con este Ian Falconer ganó el Premio de Ilustrador del Año en el Children's Choice Book Awards / ·  Olivia Goes to Venice, 2010 / · Olivia and the Fairy Princesses, 2012. Fíjate cuáles tenemos y cuáles no. Y por cierto, si hay más libros de Olivia aparte de éstos, yo no sabo.

III

Princesas Olvidadas o Desconocidas, de Phillip Lechermeier (Strasbourg, 1968), y Rébecca Dautremer (Gap, 1972)

Déjame, Paulita, que te cuente algunas cosas sobre las princesas y lo que papá y mamá piensan sobre ello. A mí las princesas Disney nunca me gustaron, en esto somos iguales papá y mamá, aunque a mamá más le molesta Barbie, producto de la Corporación Mattel, que desde 1959 vende muñecas de figura física adulta, buscando que las niñas la imiten. El “nombre completo” de la muñeca es Barbara Millicent Roberts, y tanto ella como Ken se inspiraron en la hija (y su novio) de Ruth Handler, esposa del dueño de Mattel, creadora de Barbie. El concepto de venta era colocar la muñeca y luego la ropa diseñada especialmente para ella, y se han vendido así más de mil millones de muñecas, cuyos modelos se van modernizando. En 1968 aparecen Francie y Christie, Barbies afroamericanas; en 1971 se cambió la mirada lateral propia de una modelo, a una mirada frontal más natural; en 1997 aparece una Barbie con discapacidad. Tú dirás que somos muy críticos, después de todo heredaste las Barbies de tus primas y no parece que te hayan hecho daño. Pero tampoco vivimos en un mundo perfecto, y lo que en verdad nos disgusta es que para ser Barbie hay que ser un poco brutita, y como te dije antes, a mí no me gusta que las niñas piensen sólo en ser flacuchentas, en vestidos y maquillajes. Algunas niñas se esfuerzan tanto en parecerse a la Barbie que dejan de comer y se enferman de Bulimia y Anorexia Nervosa. Hay países que han prohibido la muñeca, imagínate: En 2003 Arabia Saudita prohibió la Barbie por razones de cultura y religión, pero en este país y sus vecinos se venden muñecas más modosas como Fulla, Dara y Sara. La Barbie, además de bonita y flaca llega, no sé cómo, a ser “princesa”. Desde 1980 se producen películas en 3D cuyas princesas son los distintos modelos de Barbie, que incluso aparecen en “papeles” menores en Toy Story 2 y 3. Tú conoces bien esas películas: Las tienes todas.

Ahora te cuento de las Princesas Disney, que son caso aparte: Los personajes femeninos clásicos de Disney se crearon, uf, en los años ´30 a ´50 (yo ni había nacido), y los cambios sociales de entonces acá les afectaron tanto como a otros personajes de otras empresas (Popeye y Olive Oil, Superman y Lois Lane). Por ejemplo, Minnie, Daisy y Clarabella tratan de ser chicas del siglo XXI en las series de hoy con cintitas en la cabeza e incómodos zapatitos de tacón. Las Princesas Disney son una franquicia (un contrato) para un mercado de niñas y adolescentes, muy distinto al de Mickey y su banda. Estas princesas se adaptaron de cuentos infantiles universales: Blancanieves, Tiana y Rapunzel (Hermanos Grimm), Cenicienta y Aurora (Perrault y Grimm), Ariel, Elsa y Anna (Andersen), Bella (Leprince de Beaumont), aparte de Jasmín, Mulán, Mérida y Pocahontas, cuyos referentes son difusos o abiertamente inexistentes. Las películas (a veces las series de TV) tratan de presentarlas en un entorno monárquico pero centrado en las obligaciones que la realeza tiene con el pueblo, que se muestra poco, dando la ilusión de un mundo rosa que se basta a sí mismo. Incluso el discurso Todas las niñas son princesas es coherente con ello. Por otra parte, los guiones de cine se basan en obras de calidad, adaptadas por competentes guionistas, en lo que se diferencian notablemente de las producciones 3D de las Barbies como de seguro te has dado cuenta. Estas películas también las conoces, varias las has visto en el cine, y algunas las tienes en casa.

Y tras esta larguísima y algo aburrida explicación, entramos en materia: Cuando tu mamá apareció con este libro, Princesas Olvidadas o Desconocidas, lo miré con alguna prevención, pese a que era muy bonito de ver: ¿Más princesas, todavía? Ya pues. Pero me equivoqué: el joven y talentoso narrador francés Lechermeier y la excelente ilustradora Dautremer unen sus talentos en esta obrita encantadora, publicada en 2004: Princesses oubliées ou inconnues (En inglés es The Secret Lives of Princesses y en castellano ya sabes). Lechermeier habla simple, como tantos papás inventores de cuentos, y no es raro, porque relataba los cuentos a sus dos hijitas para dormir, y de ahí los pasó al libro, que imaginó como una enciclopedia informal sobre el mundo de las princesas, sobre los diferentes aspectos de su vida y sus rasgos de personalidad, y con profusa información concreta sobre muchísimas Princesas efectiva, injusta y decididamente olvidadas o desconocidas. Entre ellas están Tragaldabas del Peloponeso, Rayo de Luna, Zulú Zazú, o las muchas y exóticas Princesas Efímera de China, y sobre todo mi preferida, por varias semejanzas de personalidad contigo: La Princesa Mirameh. Ahora espero que no pretenderás que te narre ese libro que ya te conoces de memoria, lo he hecho ya incontables veces para hacerte dormir – y me he quedado dormido a veces yo mismo – que espero me ahorrarás ese trabajo… ¿cómo…? ¿Otra vez…? ¿más tarde…? Está bien. Por ahora déjame terminar diciéndote a ti y a nuestros lectores que este libro cuenta con una bonita página web interactiva: http://secretlivesofprincesses.com/

IV

Érase una vez el hombre, de Albert Barillé

Como no todo ha de ser contar cuentos, Paula, y como de alguna manera has de empezar a aprender Historia, la palabra mágica es “aprestamiento”. Y aprestarte es como llevar el curso, pero más fácil y sin exigencias. Me temo, hija, que la Educación en general no es como la ves en casa y en tu colegio, que elegimos por ser amable y acogedor y cercano a tu hogar. Pero ya tendremos tiempo de hablar de estas y otras cosas desagradables, entretanto metámonos en la Historia de los seres y de las cosas. Como en todo hay una historia atrás, veamos la de Albert Barillé (1920 – 2009), creador de Érase una vez… el Hombre, en cuyo mismo título Il était une fois... l'Homme (ya te enseñaré a pronunciarlo) se distingue la intención de tratar a la Historia como lo hubiera hecho el gran sabio francés Voltaire, como un cuento bien contado. Es que Barillé era una buena persona, Paula, de esas que hablamos siempre, que quería mucho a los niños y se esforzaba siempre por hacer las cosas bien. Originalmente era dibujante y se dio a conocer en los dibujos animados con un personaje llamado Colargol, un osito bailarín que viajaba alrededor del mundo enseñándole cosas a su hijo. Luego Don Albert creó la empresa Procidis para llevar a la realidad su gran idea: Il était une fois (Érase una vez). Y empezó creando los personajes que ya conoces: El Maestro, Pedro (Pierre), el Gordo (que te gusta tanto cuando resuelve las cosas con sus puños y una gran sonrisa), Flor, Pedrito (Pierrette), Florcita y el Gordito, protagonistas en todas las aventuras, con el Canijo (Nabot) y el Tiñoso como antagonistas. Y así Don Albert empezó con Érase una vez … el Hombre (1978), y siguió con Érase una vez … el espacio (1982), Érase una vez … el cuerpo humano (1987), Érase una vez … las Américas (1991), Érase una vez … los inventores (1994), Érase una vez … los exploradores (1996), Érase una vez … la ciencia (2000 – aquí combinó las dos anteriores en una sola serie), Érase una vez … la Música (2007 – Colección de 13 libros, producidos y distribuidos solamente en España) y Érase una vez … nuestra Tierra (2008).

Bastante, ¿no? Es bonito saber enseñar y a la vez entretener, Barillé no era de los que creen tontamente que Saber más y Entretenerse son cosas diferentes. Cada serie animada tenía 26 episodios, cada uno de unos 25 minutos, y tú te conoces varios de los de Érase una vez… el Hombre porque están en YouTube y se encuentran con gran facilidad. El éxito de la idea de esta serie francesa hizo que otros países como España, Italia, Canadá, Noruega, Japón, Bélgica, Países Bajos, Suecia y Suiza colaboraran en hacerla para pasarla a sus niños. Apareció en nuestra América Latina hacia 1980, y yo coleccioné sus fascículos, los que te regalé hace ya algún tiempo, y que desde entonces te encanta tanto leer, o mejor aún, que te los lea. Los fascículos son los siguientes:  1. Nace la Tierra / 2. El Hombre de Neanderthal / 3. El Hombre de Cromañón / 4. Los Valles Fértiles / 5. Los Primeros Imperios / 6. El Siglo de Pericles / 7. La Pax Romana / 8. Las Conquistas del Islam / 9. Los Carolingios / 10. Los Vikingos / 11. Los Constructores de Catedrales / 12. Los Viajes de Marco Polo / 13. La Guerra de los 100 Años / 14. El Hombre del Renacimiento / 15. El Siglo de Oro Español / 16. Isabel y el Gran Siglo Inglés / 17. El Esplendor de las Provincias / 18. El Gran Siglo de Luis XIV / 19. Pedro el Grande de Rusia / 20. El Siglo de las Luces / 21. América del Norte / 22. La Revolución Francesa / 23. La Primavera de los Pueblos / 24. La Belle Epoque / 25. Los Años de la Locura / 26. Erase una vez la Tierra y me parece gracioso que los leas sin seguir su orden cronológico. Los personajes muestran de modo didáctico y divertido las diversas épocas: El Maestro hace de inventor en todos los capítulos, así como de eminente genio de todas las artes y ciencias en ciertos momentos, como en el Renacimiento donde se le ve como Leonardo Da Vinci de viejo; así como de inventor de la guillotina en la Revolución Francesa. Pedro y el Gordo son guerreros y soldados en los capítulos en los que aparecen guerras y combates, y en todos se enfrentan con sus antagonistas el Tiñoso y su eterno ayudante el Canijo dentro de las diferentes etapas históricas. Creo que a estas alturas me podrías decir cuáles te gustan más y por qué.

V

Colofón


Me ha encantado cumplir con tu deseo, Paulita, y por ello te estoy agradecido, me ha encantado escribirte esta Crónica y espero que, como decía el buen Tradicionista peruano Don Ricardo Palma, te aproveche como si fuera leche. Hasta otra. 

Peru Blogs

miércoles, 23 de julio de 2014

CRÓNICAS DE LECTURAS 89 - WINSTON CHURCHILL Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


CRÓNICAS DE LECTURAS – 89
Winston Churchill y La Segunda Guerra Mundial

I have nothing to offer but blood, toil, tears and sweat. ("No tengo nada que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor")
Winston Spencer Churchill

I

La Segunda Guerra Mundial, y yo

Cuando yo era chico había los “tíos de cariño”, que para variar hoy se llaman igual. Óscar Chávez Tafur, papá de mis casi hermanos Cilette, Kuno y Óscar Felipe, calificaba como tío y poseedor de una tentadora biblioteca en la que no podía leer mucho porque cuando íbamos de visita no se suponía ello habiendo tres primos de mi tonelaje prestos a cuanto juego había en el cielo y en la tierra. Mi buen tío Óscar era celoso de sus libros, así que seguro los leía, y tenía una colección que historiaba completita la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945), escrita por Winston Spencer Churchill (1874 – 1965), fallecido el mismo año que mi abuelo. La colección constaba de seis gruesos tomos encuadernados en color rojo, era la Historia de la Segunda Guerra Mundial, de la que yo escuchaba mucho por la familia de mi madre, descendiente de croatas venidos al Perú como súbditos austrohúngaros. La seguridad de los parientes que quedaron en Dubrovnik preocupaba dado que la región era tan inestable entonces como ahora: Al viejo régimen monárquico de Yugoslavia le siguió la invasión nazi y el  desmembramiento sobre bases étnicas, luego vino una feroz guerra de resistencia y el régimen comunista de Josip Broz (a) Tito. Sentía curiosidad al respecto, se trataba de la familia, sin embargo nadie hablaba de ello y no los culpo. Por suerte yo estaba habituado a leer con rapidez y devorar libros, y tras gestiones de alto nivel mi tío Óscar accedió a prestarme sus volúmenes uno por uno, de modo que yo devolvía lo leído y sólo entonces mi tío soltaba otro. Recuerdo poco lo leído (aunque la disfruté mucho) porque fue una lectura apremiada, si bien la agilicé no leyendo notas ni pies de página.

Años después mi conocimiento de las Guerras Mundiales aumentó mucho, en la adolescencia uno es excitable y quiere saber todo sobre la Guerra, parece un rasgo que define ese período. Leía colecciones de Historia y me gustaba entrar en el detalle. La parte militar la sentí más o menos superada gracias a los fascículos de Así Fue la Segunda Guerra Mundial de Anesa Noguer Rízzoli. Pero a Churchill no lo volví a leer hasta que heredé la colección de mi padrastro: Allí estaba, misma encuadernación y color, misma cantidad de tomos, mismo acabado, la diferencia era que estaba en inglés, así que me propuse leerlo en sus originales seis tomos y 6000 páginas. Como mis trabajos me obligaban a moverme, el tiempo no abundaba y leía en los sitios más inverosímiles. Leía libracos de 900 páginas en transportes públicos, restaurantes, parques, paraderos; y más de uno preguntó sobre ello. Además consultaba el Diccionario, imagínense cómo estaba de lleno el portafolio o lo abultado de la mochila de aquellos días. Cuando lees en inglés debes usar el diccionario bilingüe si y sólo si las circunstancias son desesperadas, es decir si no entiendes realmente ni papa. Porque si aprendes inglés de veras tienes que sumergirte y ahí no hay tu tía: Inmersión significa exactly what its mean: No more, no less. Y eso implica un masivo uso del diccionario monolingüe cada vez que es necesario, lo que puede ser entre 2-3 y 8-10 veces por página. Parece pesado porque casi lo es, pero uno se acostumbra. El diccionario monolingüe que mejores servicios me presto fue el Oxford Advance Learner´s Dictionary, cuyas sucesivas ediciones lo mejoran más, si eso es posible. Aclaro que todas las traducciones del inglés en esta Crónica son mías de mí, incluyendo por supuesto los eventuales errores.

La obra de Winston Churchill posee continuidad excepcional, él la consideraba lo último de su narrativa sobre la otra Guerra de los Treinta Años que marcó a Europa y el Mundo. Winston se reconoce en el Daniel Defoe de Memorias de un Caballero, que narra los hechos tejiéndolos en la vida de una persona, en este caso él mismo, y con buenas razones: Soy tal vez el único hombre que ha atravesado los dos más supremos cataclismos de la Historia registrada en altos cargos en el Gabinete. Claro que en la Segunda Guerra él fue Primer Ministro (Y Ministro de Defensa) de una de las naciones involucradas, vencedora a un costo terrible en esta Guerra como en la otra. La fuente principal que utiliza – incompleta pero valiosísima – son los documentos generados por el Gobierno de Su Majestad Británica, y por ello no reclama su obra como Historia – ello pertenece a otra generación - sino que confía en que esta contribución a la Historia de su época será útil en el futuro. Churchill es intelectualmente honrado, cosa rara en un político más aún si está en el Poder o cerca de él por casi medio siglo y dos conflictos globales, la tentación de "adornar" la verdad debe haber sido casi invencible. La obra le valió el Premio Nobel de Literatura, en 1953, y en ella motejó a la Segunda Guerra Mundial como la Guerra Innecesaria: Nunca hubo una guerra más fácil de detener (…) La tragedia humana alcanza su clímax en el hecho que después de todos los esfuerzos y sacrificios de cientos de millones de personas y de las victorias de la Justa Causa, no hemos aún encontrado Paz o Seguridad, (…) estamos en el aprieto de incluso peores peligros que aquellos que hemos remontado. Qué falta hacen hombres de este temple y lucidez, conservadores sin anteojeras. La Segunda Guerra Mundial posee seis volúmenes, cada uno de ellos dividido en dos Libros, lo que hace en total doce, todo con notas, minutas, tablas y otros documentos integrados en los apéndices, en los que basa sus apreciaciones. Leerlos es fundamental para entender el texto y la participación de Churchill, alguna editorial trató de aligerar la lectura eliminando esas partes – eso hice en mi primera lectura – y si bien ello se consigue, la pérdida no justifica la ganancia. 

Moral del Libro: 
En la Guerra, Resolución. En la Derrota, Desafío.
En la Victoria, Magnanimidad. En la Paz, Buena voluntad.


II

The Gathering Storm y Their Finest Hour

(Volumen Uno: Se cierne la tormenta y Volumen Dos: Su hora más gloriosa)

Tema del Volumen 1 Se cierne la Tormenta: De cómo los pueblos de habla Inglesa por su imprudencia, descuido y buen natural permitieron rearmarse a los malvados. Churchill inicia el Primer Volumen con este título, que preside a su vez dos Libros: el Uno, From war to war 1919- 1939 (De una Guerra a la Otra, 1919 - 1939), y el Dos, The Twilight War (La Guerra Crepuscular), que da cuenta del período del 3 de setiembre de 1939 al 10 de mayo de 1940. El Primer Libro trata de los prolegómenos, causas y antecedentes de la Segunda Guerra Mundial, en la medida que fueron consecuencias de la Primera (1914 – 1918), donde Churchill participó como Primer Lord del Almirantazgo. La narración abarca algunas cuestiones económicas basadas en el libro de la época Las consecuencias económicas de la paz, del joven y talentoso John Maynard Keynes; pero se centra en realidad en lo Político: Los Tratados de Versalles, Saint Germain y Trianón y sus consecuencias; las Reparaciones; la desmembración del Imperio Austro – Húngaro; la República de Weimar; el aislacionismo norteamericano; el desarme; el fin de la hegemonía naval  británica; el fascismo y el Mein Kampf de Adolf Hitler, tratado de Filosofía Política: nuevo Corán de Fe y Guerra. Las circunstancias de Winston hacen parte de la obra entera: Se sabía de veinte mil alemanes organizados en Inglaterra al tiempo (…) No tenía protección oficial (…) ni deseos de solicitarla; pero me creía suficientemente prominente para tomar precauciones. (…) Hitler me reconocía como enemigo. El Segundo Libro empieza con la Invasión a Polonia y termina con la Invasión de Francia y la crisis política que coloca al propio Churchill como jefe de un Gobierno Conservador de Unidad Nacional, junto a Laboristas y Liberales: Durante los (…) últimos días de la crisis política, mi pulso no se aceleró en ningún momento. Tomé todo como venía. Pero no puedo ocultar al lector (…) que cuando fui a dormir (…) era consciente de una profunda sensación de alivio. Al fin tenía la autoridad de dar directivas sobre la escena entera. Sentí como si estuviera caminando con el Destino, que toda mi vida pasada no había sido sino una preparación para esta hora y esta prueba. (…) Creía que sabía mucho sobre todo esto, y estaba seguro que no fallaría. Y así, aunque impaciente porque llegara la mañana, dormí profundamente sin necesidad de sueños animosos. Las realidades son mejores que los sueños (Facts are better than dreams).   

Tema del Volumen 2 Su Hora más Gloriosa: De cómo el pueblo británico sostuvo el fuerte POR SÍ SOLO hasta que aquellos que hasta allí habían estado medio ciegos estuvieron medio preparados. Por supuesto, Churchill se refiere al obvio objetivo de su estrategia política: Atraer a los Estados Unidos a la Guerra. Todas sus acciones se orientaron a ello, y parece fue la única esperanza de vencer en la confrontación con Alemania y sus aliados. Entre el 10 de mayo de 1940 y el 21 de junio de 1941, el Reino Unido y sus aliados indios, canadienses, neozelandeses y australianos lucharon solos contra Alemania e Italia. El Libro Uno, The Fall of France (La Caída de Francia), detalla la derrota y ocupación de Francia y sus consecuencias para la Gran Bretaña, destaca la épica evacuación de la Fuerza Expedicionaria Británica de Dunkerque, en la que participaron 861 buques y se rescataron 338,226 soldados. En su discurso al Parlamento Churchill al respecto dijo ser imperativo explicar (…) a nuestro propio pueblo (y) al mundo que nuestra resolución de combatir se fundaba en sólidas bases y no era un mero esfuerzo desesperado. La parte final de este Discurso es un clásico de la oratoria: Aunque (…) muchos antiguos y afamados estados han caído o pueden caer en las garras de la Gestapo y el odioso aparato del régimen nazi, no nos rendiremos ni desmayaremos. Iremos hasta el fin, combatiremos en Francia, combatiremos (…) en el aire, defenderemos nuestra isla a cualquier costo; combatiremos en las playas, combatiremos en las pistas de aterrizaje, combatiremos en los campos y en las calles, combatiremos en las colinas; nunca nos rendiremos, e incluso si (…) esta isla o buena parte de ella fuera subyugada y pereciera de hambre, entonces nuestro Imperio más allá de los mares, armado y guardado por la flota británica, continuará la lucha, hasta que en el buen tiempo de Dios, el Nuevo Mundo, con todo su poder y fuerza, se levante a rescatar y liberar al Viejo. Claro que el discurso es una cosa y la realidad otra. En el Libro Dos Alone (Solos), se desarrolla la Batalla de Inglaterra, ocasión para que Churchill escriba sus mejores páginas y algunas de sus frases más afortunadas (Nunca, en el transcurso de los acontecimientos humanos, tantos le debieron tanto a tan pocos). Pero aunque Inglaterra resiste, se debilita y retrocede en los frentes de guerra del Mar Mediterráneo (donde enfrenta a la poderosa flota italiana); en los territorios controlados por la colaboracionista Francia de Vichy; en el norte de África, donde con escasos medios alcanza grandes victorias sobre los italianos; en Grecia y Yugoslavia, invadidas y ocupadas; y por sobre todo en la defensa de su “línea de la vida”, las rutas del Atlántico donde los convoyes de abastecimientos se enzarzan con U-Boots y los acorazados de bolsillo germanos en corso: La Batalla de Francia estaba perdida. La Batalla de Inglaterra estaba ganada. La Batalla del Atlántico se debía combatir ahora.   
  
III

The Grand Alliance y The Hinge of Fate

(Volumen Tres: La Gran Alianza y Volumen Cuatro: El Gozne del Destino)

Tema del Volumen 3 La Gran Alianza: De cómo los británicos combatieron con dificultad hasta que la Rusia Soviética y los Estados Unidos se vieron envueltos en el Gran Conflicto. En el prefacio del volumen Churchill advierte que la Guerra a estas alturas es tan amplia que no puede narrar las operaciones soviéticas y estadounidenses en la misma extensión que las británicas, tarea que deja a sus historiadores. Apenas menciona campañas y operaciones si no es en relación con las acciones británicas. En el Libro Uno, Germany Drives East (Alemania se dirige a Oriente), no detalla las campañas alemanas y soviéticas en oriente, aunque lista al detalle la ayuda británica a los soviéticos acá y en el capítulo 5 del Libro Dos. Detalla el Blitz sobre Inglaterra y la guerra en sus teatros de operaciones: el Mediterráneo; África Oriental y del Norte; Grecia, Creta y los Balcanes; Siria e Irak; y en especial el Atlántico (tres de 20 capítulos). En política es fundamental el doble juego británico con la Francia de Vichy y la Francia Libre de Charles De Gaulle; así como en los Balcanes, obsesión de Churchill, donde prevé el posterior dominio comunista. El capítulo 20 (El Némesis Soviético) – y el 1 del Libro Dos – trata de justificar las medias tintas británicas con comunistas y nazis antes del Pacto Molotov-Ribbentrop y la Operación Barbarroja. Es cierto que Churchill convence de su apoyo sin reservas a la URSS: ¿Pero puede alguien dudar de cuál podrá ser nuestra política? (…) Todo hombre o estado que marche contra Hitler tendrá nuestra ayuda. Todo hombre o estado que marche con Hitler es nuestro enemigo. (…) daremos toda la ayuda que podamos a Rusia y al pueblo ruso. En el Libro Dos, War comes to America (La Guerra va a América), Churchill en cierto modo se regodea con justicia por la victoria política que obtiene del Presidente de USA, Franklin Délano Roosevelt, en especial la Carta del Atlántico, en la práctica una Alianza USA - Reino Unido. Como siempre, lo político predomina sobre lo militar, aunque Tobruk, Persia y Pearl Harbour tienen su espacio. Se produce el ataque japonés: “Señor Presidente, ¿Qué es esto sobre Japón?” “Es cierto” – replicó (Roosevelt) – “Hemos sido atacados en Pearl Harbour. Estamos todos en el mismo bote ahora” (…) Ningún americano pensará mal de mí si proclamo que tener a los Estados Unidos de nuestro lado fue para mí la más grande alegría. (…) sabía que (…) estaban en la guerra hasta el cuello y hasta la muerte (up to the neck and in to the death). El detallado recuento del viaje de Churchill a Estados Unidos y Canadá completa el Libro.

Tema del Volumen 4 El Gozne del Destino: De cómo prevaleció el poder de la Gran Alianza. El Libro Uno The Onslaught of Japan (El Ataque de Japón) empieza con la vuelta de Churchill a Gran Bretaña, y el inicio del período más oscuro de su gobierno. Aunque el relato pretenda reducir el impacto de esos terribles días, no disimula la depresión que produjo la caída de Tobruk en el norte de África en manos alemanas, ni el trauma de la caída de Singapur frente a inferiores fuerzas japonesas en febrero de 1942, que se toca en el capítulo 6: Juzgué imposible sostener una investigación (… sobre …) las circunstancias de la caída de Singapur mientras la guerra estuviera en su apogeo. (…) El parlamento aceptó este punto de vista; pero ciertamente pienso que en justicia para los hombres y oficiales concernidos debía hacerse una investigación una vez las hostilidades terminaran. La investigación no fue de interés para el posterior gobierno laborista, y Churchill no insistió en ella en su segundo gobierno (1951 – 1955). Probablemente hubiera removido muchos conchos, pues al tiempo que los norteamericanos levantaban dos fuerzas armadas para Europa y el Pacífico, y equipaban a británicos, rusos, chinos y resistentes de una docena más de países, el Eje contraatacaba en Rusia y el Atlántico, mientras Japón llegaba a las mismas puertas de la India. Sólo los americanos obtenían triunfos (Mar del Coral, Midway), y los rusos reclamaban cada vez más agriamente un Segundo Frente que aliviara la presión del rodillo alemán. Para remate, la larga sucesión de desventuras militares produjo una Moción de Censura contra Churchill y su Gobierno de Coalición Nacional. En junio 25 de 1942 la moción presentada por algunos conservadores recalcitrantes (John Wardlaw-Milne, Roger Keyes, Leslie Hore-Belisha) arguía que Esta Cámara, mientras rinde tributo al heroísmo y resistencia de las Fuerzas Armadas de la Corona en circunstancias de excepcional dificultad, no confía más en la dirección central de la guerra. Sin embargo, la alternativa de un Duque para Generalísimo de las Fuerzas Armadas y Primer Ministro no agradó al Parlamento y la votación la ganó Churchill por 475 a 25. El Libro Dos, Africa Redeemed (África Redimida) muestra más logros, mostrando efectivamente que el gozne de la puerta giró y se salía del túnel oscuro: La operación Torch vincula a británicos y norteamericanos en la invasión del Norte de África, mientras el 8vo Ejército de Montgomery derrota a los alemanes en El-Alamein. A la vez los rusos detienen la progresión alemana en Stalingrado y empieza la contraofensiva. Churchill viaja por segunda vez a América y por primera a El Cairo y Rusia para reunirse con Roosevelt, Stalin, Chiang-Kai-Shek, De Gaulle, porque entiende que es necesario ponerse de acuerdo cuando se inician las victorias. Además, Stalin está molesto, siente que los anglonorteamericanos forman bloque y contemplan a rusos y alemanes matarse y debilitarse entre sí, y exige un Segundo Frente, pero ya. Churchill apacigua con dificultad al líder soviético, y en su tercera visita a Washington, y con la victoria aliada en Túnez, empuja un Pequeño Segundo Frente contra el eslabón más débil de la cadena del Eje: La Italia de Mussolini.   

IV

Closing the Ring y Triumph and Tragedy

(Volumen Cinco: El Círculo se cierra y Volumen Seis: Triunfo y Tragedia)

Tema del Volumen 5 El Círculo se cierra: De cómo la Alemania Nazi fue aislada y asaltada desde todas partes. El volumen relata los hechos de junio de 1943 a junio de 1944, justo antes del Día D. El Libro Uno, Italy Won (Italia Ganada), narra la historia de las campañas militares en Italia y su complicada situación política, así como los problemas con la Francia Libre por la ocupación de los territorios de África del Norte. El objetivo de la invasión de Italia era provocar la caída del gobierno fascista del Duce Benito Mussolini, débil como toda autocracia en retirada. La derecha italiana no fascista, con el Rey y el Ejército, se unieron con fascistas disidentes para poner fin a la dictadura de 21 años del Duce en julio de 1943, y nombra Primer Ministro a Pietro Badoglio, que mantiene una desmayada alianza con Alemania. La visión de Churchill es simpática hacia el gobernante caído: Así terminaron veintiún años de dictadura en Italia, durante los que levantó al pueblo italiano desde el Bolchevismo en que se hundía en 1919 a una posición en Europa que Italia nunca había gozado. (…) La alternativa a su régimen bien pudo haber sido una Italia Comunista, la que hubiera traído peligros y desventuras de diferente carácter sobre Italia y Europa. El error de alinearse con Alemania y el Eje terminó cuando en Setiembre de 1943 Italia se vuelca a los Aliados, Hitler ordena así la ocupación del país y envía comandos a rescatar a su compinche y llevarlo a fundar la esperpéntica República Social Italiana (RSI). Otros temas tocados en el Libro son la Conferencia de Quebec, las armas secretas de Hitler (La V1 y V2), los avances tecnológicos y la preparación de la Conferencia de los Tres Grandes en Teherán, narrada en detalle en el Libro 2, Teheran to Rome (De Teherán a Roma). La importancia de esta Conferencia se ve en que abarca casi cinco capítulos de los 18 del libro, que además abunda en las Conferencias de El Cairo; la durísima campaña italiana (en particular la Batalla de Monte Cassino); la situación de Grecia y Yugoslavia, y el rol jugado por Draza Mihailovic, el Rey Pedro y el mariscal Tito en la muy compleja trama política balcánica, a la que Churchill siempre prestó atención y que explica al detalle, si bien con un sesgo a favor del Real Gobierno Provisional de Yugoslavia en El Cairo, y contra el Gobierno Antifascista de los partisanos, establecidos incuestionablemente como los elementos dirigentes de la Resistencia en Yugoslavia, particularmente desde la rendición italiana. (…) era importante que ninguna decisión política irrevocable fuera tomada acerca del futuro régimen en Yugoslavia en la atmósfera de la ocupación, la guerra civil y la política de los émigré. Otros temas son la creciente ofensiva aérea sobre Alemania; la estrategia contra Japón y la campaña de Birmania y los preparativos de la Operación Overlord, el Día D. Culmina el Libro y el Volumen con la ocupación de la primera capital del Eje: Roma.  

Tema del Volumen 6 Triunfo y Tragedia: De cómo las Grandes Democracias triunfaron, y así fueron capaces de reanudar las tonterías que estuvieron tan cerca de costarles la vida. El Volumen abarca desde el Día D (Desembarcos canadiense, británico y estadounidense en Normandía) hasta la rendición de todos nuestros enemigos catorce meses más tarde. El Libro Uno, The Tide of Victory (La Marea de la Victoria), se abre con los Desembarcos Aliados, el avance sobre París y el ataque de las V1 y V2 sobre Londres, que rememoraba los peores días del Blitz de 1940. Con Normandía, los desembarcos en el sur de Francia (a los que Churchill se oponía pues prefería una operación sobre los Balcanes que nunca se produjo), y las Ofensivas en Italia y el Frente Ruso, la suerte de la Alemania Nazi estaba echada, y Churchill abunda en el papel de Gran Bretaña en Birmania contra los nipones y en Grecia contra los alemanes y el gobierno comunista. Se perfilan aquí las líneas de lo que será el enfrentamiento entre los Aliados occidentales y el coloso soviético, preludio de la Guerra Fría posterior. Esto se evidencia en el capítulo 9, El martirio de Varsovia, donde Churchill protesta contra la calculada inmovilidad soviética durante la rebelión de dicha ciudad. Inglaterra entró en la guerra en 1939 por las garantías acordadas a Polonia, y el prestigio británico se hundiría si libraban a Polonia de los nazis para regalarla a los comunistas. En político, el conflicto se agudizaba entre el gobierno polaco pro-occidental de Londres y el gobierno pro-soviético de Lublin, por el tema de las fronteras ruso-germanas negociadas en el Pacto Molotov-Ribbentrop. Churchill trató de mejorar su posición reforzando su alianza con USA influyendo en Roosevelt, a la vez que trata de ser interlocutor entre los soviets y Stalin y los norteamericanos. En el Libro Dos, The Iron Curtain (La Cortina de Hierro), se describe la situación escapada de las manos de la diplomacia británica, y se distingue cierta amargura y desilusión por los resultados de la Conferencia de Yalta, con un Roosevelt enfermo y cansado, que moriría poco después, y un Churchill solo frente a los agresivos Soviets, mientras Harry Truman se preocupa más del Pacífico y es más bien suspicaz frente a sus aliados. Los Soviets ocupan toda la Europa Oriental y se asientan de modo que parece no se irán en el corto plazo (Y no se fueron hasta 1989), Alemania se rinde y se deshace la Gran Alianza URSS – USA – Reino Unido. La combinación USA – URSS se une contra Japón, aún no se sabe que el arma atómica será suficiente, y deja de lado al León Británico. Tras el fin de la guerra en Europa los laboristas se apartan del gobierno, y se convoca a elecciones generales para julio de 1945, que Churchill y los conservadores pierden frente a los laboristas. Su digno mensaje a la Nación pone fin al relato: He rendido el cargo que fue colocado sobre mis hombros en tiempos más oscuros. Lamento no se me permita terminar la tarea contra Japón. Sin embrago, los planes y preparativos para ello ya se hicieron, y los resultados pueden llegar mucho más rápido (…). Inmensas responsabilidades en el extranjero y en casa caerán sobre el nuevo Gobierno, todos debemos esperar que tenga éxito en abordarlas. Sólo me queda expresar al pueblo británico mi profunda gratitud por el apoyo sin desvíos ni titubeos que me fue dado durante mi tarea.

V

Colofón

Es toda una experiencia recorrer la Segunda Guerra Mundial guiado por uno de sus principales protagonistas, a la vez Escritor, Historiador e Historiógrafo de sí mismo, genial autodidacta gracias a sus insaciables lecturas de Macaulay, Clarendon, Mommsen y Gibbon. Churchill se veía a sí mismo como Escritor y casualmente también M.P. (Miembro del Parlamento), escribía por placer tanto como por la más plebeya razón de la falta de plata, de la que no heredó gran cosa pese a ser aristócrata, y su conservadurismo no era pantalla para justificar la explotación del hombre común, al que dirigió y sirvió en la guerra y en la paz. A pesar de su educación victoriana y sus ideas anacrónicas sobre el Destino Manifiesto de la Gran Bretaña y los Pueblos de Lengua Inglesa, como servidor público su desempeño fue excepcional. Parece que en aquel entonces se fabricaban hombres de una aleación hoy día perdida, al margen del acuerdo o desacuerdo que se pueda tener con las ideas que inspiraron su obra política y literaria. Pecó de subjetivismo, quién no lo hace, pero pecó con carácter, incluso con elegancia y buen gusto. Fuera de la obra reseñada, destacan sus biografías (Vida de Lord Randolph Churchill; Marlborough, Vida y Tiempos), sus obras autobiográficas (La Guerra del Río; De Londres a Ladysmith por Pretoria; etcétera) y las narrativas (La Crisis Mundial, La Segunda Guerra Mundial y la Historia de los Pueblos de Habla Inglesa). Y aunque el desacuerdo con Winston Spencer Churchill pueda darse en muchos aspectos, indudablemente es de admirar su condición humana y su británico humor. Terminemos este colofón con una historieta: El Parlamento Británico como sede de picantes discusiones y ataques se ve en un debate durante el cual una diputada laborista espeta a Churchill: Si usted fuera mi marido, le pondría veneno en el café. Churchill interrumpe y retruca: Señora, si usted fuera mi mujer… me lo tomaba.   


Puede uno encontrar La Historia de la Segunda Guerra Mundial, por lo menos por ahora, en: http://es.scribd.com/doc/228271929/La-Segunda-Guerra-Mundial-PDF. Hasta otro día.

Peru Blogs

martes, 15 de julio de 2014

CRÓNICAS DE LECTURAS 88 -AJEDREZ


CRÓNICAS DE LECTURAS 88
AJEDREZ

“Dios mueve al jugador / y este a la pieza / ¿Qué Dios detrás de Dios, / la trama empieza?”
(Jorge Luis Borges)

I

Contra el Ajedrez

Qué extraño sonará a los que me conocen (en especial a Fito) que dispare contra los trebejos y los 64 escaques, cuando soy ajedrecista de  décadas atrás. Más extraño aún sonará a los que compartieron ese tiempo feliz en que nos reuníamos los sábados por la tarde y noche a organizar no apoteósicas francachelas (esas vendrían después), sino campeonatos de Ajedrez con Sistema Suizo y todo, y reuníamos jóvenes de diversas generaciones con adultos de diversos tonelajes. El amor a los Gambitos, las Aperturas y los Fianchettos unía este conjunto, aunque no todos asistían siempre, lo que hacía que uno tentara la posibilidad de alzarse con la “chanchita” (las cuotas de inscripción) hecha mediante pequeña erogación de cada jugador al inicio de cada match. Fueron buenas épocas que colapsaron por rudas y sucesivas crisis económicas, políticas y sociales, y pasó cada cosa que a estas alturas mejor no meneallo. A los jóvenes de hoy el Ajedrez no los convoca como antes, puede que les resulte demasiado difícil, aunque ello no es consistente con la complejidad y dificultad de los juegos de computadora o de naipes que están de moda, por ahí no va la cosa. Yo lo atribuyo a que el Ajedrez ha perdido su aureola de brillantez intelectual desde que el campeón mundial Garry Kasparov cometió el horrible desatino de perder ante una Computadora Deep Blue especial de IBM por 3,5 – 2,5 en 1997. En definitiva, el Ajedrez ni era tan intelectual ni los ajedrecistas tan genios como se pensaba. Si las reglas del Ajedrez y un número suficientemente grande de partidas y jugadas podían programarse en computadoras, y éstas vencer a Campeones Mundiales (el dicho Kasparov y Vladimir Krámnik en 2006), las funciones intelectivas del Ajedrez se ponen en cuestión, y no es descaminado pensar en abandonar la práctica del Ajedrez y mejor expectar campeonatos que enfrenten a las computadoras y sus soportes de silicio. Y esto es por una razón de enorme peso relativo a la naturaleza misma del juego del Ajedrez, que a diferencia de muchos otros - como el Bridge o el Backgammon - es puramente racional y no permite al azar entrar por ninguna parte previsible.

Claro que en nuestro país y en América Latina en general, salvo en círculos muy reducidos, creemos que los chanchos vuelan y consideramos la inteligencia con temor reverencial, la asociamos con la memoria y los despliegues eruditos, y nos parece que el Ajedrez es muy importante. Sabemos por experiencia que la inteligencia cuesta plata – tantos siglos de desigualdad de oportunidades se cobran peaje – y para tener la opción de poseerla hay que tener apellido. Hoy ello desaparece, menos mal, aunque la exclusión económica se ejerza con inconsciente ferocidad pero con menor tolerancia social. De todos modos el Ajedrez ha perdido vigencia y si bien se continúa jugando, ya no es lo que solía ser en tiempos de Lasker, Alekhine, Capablanca, Tal, Petrosian, Spassky y Bobby Fischer. Dediqué muchísimas horas al Ajedrez, que practicaba diariamente y traté de aprender lo más posible, y me convertí en un jugador regular, con los amigos incluso jugábamos ajedrez a ciegas, sin tablero y usando la notación clásica. Me gustaba el Ajedrez, y no creía en lo que Miguel de Unamuno opinaba sobre éste en Contra esto y aquello. Pero conviene detenernos un tanto en el porqué Unamuno escribió contra el Ajedrez: Comentaba una carta que el presidente del Club Argentino de Ajedrez le remitía al Rector de un colegio para incorporar la enseñanza y la práctica del Ajedrez a los planes de estudio. El artículo tiene algo menos de un siglo, pero la aspiración de integrar el Ajedrez en la Currícula escolar es vieja y siempre pondera las muchas ventajas que la práctica del Ajedrez poseería para la formación de los jóvenes, ya vimos lo vacío de estas afirmaciones. Lo real de esta solicitud, como otras análogas, está no en hacer de nuestros muchachos eximios practicantes del juego-ciencia, cuanto dar trabajo a los profesores de Ajedrez más o menos vinculados a la argolla de turno. Claro que la plata está más en el Fútbol, y a no ser que seas Atahualpa y te aprendas el juego de memoria, el Deporte Ciencia en el Perú dependerá no del inexistente interés estatal y/o privado, sino del esfuerzo de las familias de los jóvenes ajedrecistas. ¿Qué queda del Ajedrez tras todo esto? Pues lo que siempre ha habido: Un hermoso juego, en cuya práctica se puede encontrar alegría, que suele permitir el despliegue de la concentración, el cálculo y el análisis; además de enseñarte el valor del respeto a las reglas de juego.  

II

Aperturas

Una partida cualquiera de ajedrez suele dividirse en tres etapas diferenciadas: El Principio, el Medio Juego y el Final. Y la Literatura ajedrecística al respecto es ingente. Yo aprendí de mi tío Lucho de los Heros los primeros rudimentos del juego, y cuando a principios de los ´70 el Ajedrez se puso repentinamente de moda con motivo del Match del Siglo entre el estadounidense Bobby Fischer y el soviético Boris Spassky, empecé a jugar con mis amigos y llegamos a los campeonatos de los sábados que he mencionado líneas arriba.  En el aprendizaje y práctica del Ajedrez se evoluciona de la Táctica a la Estrategia: Los aprendices se inician con juegos que son sólo una sucesión de episodios tácticos, y van adquiriendo con el entrenamiento la percepción de la partida como un todo estratégico. Cayó en mis manos – no recuerdo cómo - el Ajedrez del Gran Maestro argentino Ricardo Grau, y ese fue mi primer manual, por donde andará ese libro. Desde allí en adelante me compré más libros, empezando por Conocimientos Básicos del Ajedrez, de Julio Ganzo, que igual que Grau, empezaba por el final, es decir por los llamados Mates Elementales, método y práctica que yo también empleo cuando enseño Ajedrez: Matar con Rey y Dama, con dos Torres, con Torre y Rey, con dos Alfiles y Rey, y con Alfil, Caballo y Rey. Así se adquiere un sentido algo más estratégico del juego, eso de empezar por el principio no funciona cuando el objetivo final es capturar o matar al Rey adversario, no desplegar las piezas ni comerse los peones. En Ajedrez se comete fácilmente el error de sobredimensionar la importancia de las Aperturas, claro que es verdad que pocas partidas superan el Medio Juego, los Finales aparecen poco a no ser que seas buen ajedrecista y tu oponente también lo sea, en la mayoría de los casos se gana la partida si la apertura permitió un mejor desarrollo de las piezas y una adecuada ocupación del centro. En ABC de las aperturas, del ruso V. N. Panov, se dice: La partida de ajedrez viene a ser una batalla, por cuanto en ella, como en la guerra, combaten dos ejércitos. Y como en cada batalla, primero se movilizan las fuerzas, lo que en ajedrez se llama indistintamente evolución o desarrollo de las piezas. En todos los libros se hace hincapié metodológico en la importancia de analizar partidas de los grandes maestros, así como en la de realizar ejercicios. Y hacerlo así de verdad que enseña mucho.

Pero por otra parte, como uno no es computadora, se necesita jugar muchísimo y con diferentes tipos de jugadores para poder conocer y controlar un número suficiente de aperturas y sus muchísimas variantes. Del autor Máximo Borrell adquirí todos sus libros de Aperturas de la Editorial Bruguera, pues era el compendio de éstas que estaba por entonces más a la mano, y porque parecía terriblemente importante disponer de ellas: Aperturas Abiertas, Aperturas Semiabiertas, Aperturas Cerradas, Aperturas Semicerradas y Aperturas de Flanco. Pocas compras como ésta resultaron tan inútiles, lo que necesitas acá no es compendios de aperturas, es muchos jugadores con los que jugar y practicar. Y más funcionales me resultaron los tratados de variantes, como La apertura española de Max Euwe; La estructura de peones centrales, de Boris Persits; y How to win in the chess openings (Cómo ganar en las Aperturas), de I. A. Horowitz. Si me lo preguntaran (nadie lo ha hecho, pero igual meto cuchara), yo limitaría el estudio de las aperturas a las variantes de movimiento de apertura de peones de AR – R – D – AD y su influencia en la ocupación de las casillas del centro del Tablero. O para seguir la nomenclatura, las aperturas conocidas bajo los nombres de Giuoco Piano o Apertura Italiana, la Apertura Española – conocida también como Ruy López, y diferente del Giuoco solo en una casilla de movimiento del Alfil del Rey -, la Defensa Francesa y sus variantes Winawer y Tarrasch, la muy conocida y jugada Defensa Siciliana, la Apertura Inglesa, la Apertura Réti, la Defensa Alekhine – con su elegante y desconcertante movimiento del Caballo de la Dama – y los diversos Gambitos (entrega de una pieza a cambio de ganar posición).  Como dice con gran acierto Ricardo Aguilera en El espíritu de la apertura – Estudio simple y lógico de la teoría en Ajedrez: Nada sería tan engañoso para el aficionado como tratar de retener en la memoria las incontables líneas de juego en las aperturas y considerar este caudal teórico como infalible arma de victoria. El memorismo y paporreteo es tan mortal en Ajedrez como en cualquier otra área del conocimiento.    

III

El Medio Juego

Como casi todo en la vida, empezar bien es importante, pero es en la cancha donde se ven los gallos. Decía Napoleón (buen ajedrecista él mismo) que en el amor y la guerra, para acabar hay que verse de cerca. Una vez que culmina el desarrollo de las piezas – cosa más difícil de lo que parece, recordemos que a un movimiento de las blancas viene uno de las negras, excepto en la poco conocida variante del Ajedrez de Marsella, de dos movimientos por bando – culmina la apertura, y si todo va bien estás ubicado en la posición donde la sucesión de los lances tácticos deberían llevarte a capturar el Rey adversario. Pero si las aperturas pueden eventualmente aprenderse – o programarse, si el jugador es cibernético -, el medio juego es poco previsible, las maniobras posibles a partir de cualquier posición en un tablero con 64 casillas y dieciséis piezas por bando son muy grandes en número, y se reducen únicamente por la lógica de las posiciones. He aquí en lo que sí resultan útiles las Aperturas, en prever posibles desarrollos, y sin embargo no necesitaríamos utilizarlas como las muletas que son si empleáramos mejor nuestras cabezas, esto se distingue maravillosamente bien en el libro del campeón Emanuel Lasker, Common Sense in Chess (Sentido Común en Ajedrez). Lasker fue el ajedrecista que retuvo el título más tiempo, de 1894 a 1921, aunque es posible que Alexander Alekhine hubiera durado más de no fallecer en posesión del título mundial en 1948.  La cosa es que Lasker era, además de ajedrecista, un buen matemático y filósofo, y cuidaba además muchísimo de las cuestiones psicológicas, empleando todos los recursos para vencer. En cuanto al juego mismo, sostenía la enorme importancia de la estructura formal de peones, y no le importaba demasiado la fase de apertura, la cosa era llegar al Medio Juego en una buena posición. De hecho es cierto que una sólida estructura de peones permite un sólido control de las propias líneas y buenas proyecciones en el Medio Juego.

Una ligera reflexión al respecto debería ayudar. Piénsese en una estructura de Peones atrancada, donde los dos jugadores no han intercambiado capturas, y más bien han llenado con sus Peones el centro y los flancos del tablero. Ello hace a los Caballos sumamente fuertes, dado que pueden saltar por encima de las demás piezas, en tanto que condena a Torres y Alfiles por lo general a una triste inmovilidad hasta que se despeje el tablero. El juego se vuelve así posicional, de estructuras, donde las diagonales y columnas adquieren importancia y se preparan minuciosamente los ataques tratando de abrir espacios de control propio negándoselo al adversario, y colar las propias piezas en las líneas adversarias para dar el mate. Pero lo posicional no es lo único que existe en el desarrollo del Juego. Hay lances muy específicos del Medio Juego, un teórico que los conoce bien es Fred Reinfeld, que en uno de sus libros más populares, How to be a Winner in Chess (Cómo ser un Ganador en Ajedrez) desarrolla algunos de estos lances: El variable valor relativo de las piezas, que depende mucho de las posiciones, aunque en general la seguidilla vaya, de mayor a menor, más o menos así: Dama (O Reina) – Torre – Alfil – Rey (En cuanto a poder) – Caballo – Peón; es esencial para entender las ventajas y desventajas de intercambiar piezas. En general se defiende a la Dama pues perderla es casi siempre indicio de pérdida de la Partida, pero esto no es tan cierto. En posiciones abiertas conviene cambiar los propios Caballos por los Alfiles adversarios o “ganar calidad” cambiando Alfiles / Caballos por Torres adversarias. Los jaques descubiertos o dobles suelen ser mortales o cuando menos ponen en serios aprietos a quien lo sufre. El Medio Juego casi siempre acaba en una Masacre de piezas, preparada poco a poco y desatada repentinamente, donde el jugador más hábil suele ganar una ventaja, a veces muy pequeña, que le servirá para ganar el juego posteriormente.     

IV

Final (y un poco de Historia y Matemáticas)

De la masacre del Medio Juego emerge por lo general el Final, en el que pocas piezas han sobrevivido, y donde casi siempre hay alguna igualdad en el material o la posición. Pero no se produce siempre, pues cuando los jugadores son disparejos, el mejor a estas alturas ya ha vencido al menos dotado, aprovechándose de sus errores en la Apertura y el Medio Juego, y puede medirse la diferencia entre ambos notando en cuantos movimientos se demora uno en vencer al otro. Los Mates de comienzo de juego en ese sentido son casi siempre Mates Ayudados, es decir, uno ha hecho los movimientos precisos y necesarios para que el otro le dé mate. El Mate del Pastor es de cuatro jugadas, el Mate Loco es de dos, y el Mate Legal de Siete, y solamente podrían obtenerse de ser ayudados, a sabiendas o no, por el otro jugador. De modo que al Final tenemos caracteres de la Partida más o menos estereotipados: Pocas piezas, partidas abiertas, algunos Peones más o menos estructurados aquí y allá, aproximada igualdad en el material (Torre contra Torre, Alfil contra Caballo, o algo así). La eventual promoción de los peones a Dama u otra pieza es una constante espada de Damocles, suele premiar el esfuerzo de haber alcanzado la octava fila, y es normalmente un subproducto del Final, extremadamente raro en el Medio Juego. La amenaza de coronar un peón es uno de los aspectos que suele decidir una Partida, y por ello en el Final suelen escenificarse feroces cacerías de los Peones que sobrevivieron al Medio Juego. Un jugador cuyos Finales pueden estudiarse con provecho es Bobby Fischer (1943 – 2008), campeón entre 1972 y 1975,  en su libro Bobby Fischer teaches Chess (Bobby Fischer enseña Ajedrez) donde se percibe su predilección por los Finales abiertos. Otro libro que consulté mucho tiempo fue The Art of Checkmate (El Arte del Jaque Mate) de Georges Renaud y Victor Kahn. El problema del jugador que podríamos considerar normal – y mi problema también – es que a no ser que pertenezcas a un grupo constante de ajedrecistas es difícil encontrar jugadores del mismo nivel. Los clubes tratan de juntarlos y por ello se hacen torneos constantes que permiten ubicarlos en un ranking, de donde emergen los jugadores realmente buenos. Pero lo que verdaderamente ha liquidado el Ajedrez es el hecho simple que las computadoras nos ganan a los seres humanos, y no hay ser humano que se respete al que le guste eso.

La Historia del Ajedrez sin embargo, es en sí gloriosa, y solo mandaré algunas pinceladas, si quieres saber más busca en Internet. Las leyendas que rodean su invención tienen  lugar en India y Persia (Shah Mat en persa se traduce Check Mate en inglés y Jaque Mate en castellano) son muy hermosas, entre ellas la de los granos de trigo (sumatoria de potencias de 2 acumuladas) que denotan el misterioso poder del infinito de los grandes números metido en un Tablero limitado a 8 x 8 = 64 escaques. Hay antiguos juegos de mesa análogos al ajedrez de hoy y posibles parientes y/o antepasados: Ajedrez japonés, birmano, chino, persa (el shatranj), indio (el chaturanga), e incluso una versión denominada Ajedrez de Tamerlán, con un Tablero de 132 casillas y muchísimas y exóticas piezas y reglas de juego. Dícese, sin embargo, que el mejor Ajedrez en cuanto a capacidad es el actual, evolucionado en España e Italia de la mano de sus primeros campeones, entre ellos Ruy López de Segura, conocido a través de la compilación del Sabio Rey Alfonso X, El Libro de los Juegos. Los campeonatos oficiales mundiales son de fines del siglo XIX y van hasta la actualidad, con el hiato cibernético mencionado, que hace que nos preguntemos si el Campeón Mundial de Ajedrez es un jugador de Ajedrez o un Diseñador de Software. En todo caso, después que Fischer hizo puré la larga era del dominio soviético, los campeones mundiales fueron Anatoly Karpov (URSS, 1975 – 1985) y Garry Kasparov (URSS, 1985 – 1991; Rusia 1991 – 1993). Entre 1993 y 2006 la Federation International de´s Echecs (FIDE) se dividió, y Kasparov organizó la PCA (Asociación de Ajedrecistas Profesionales) con su propio campeonato, ganado por el propio Kasparov hasta el 2000 y luego por Vladimir Krámnik (Rusia, 2000 – 2006). En el mismo lapso, la FIDE tuvo varios campeones:  Anatoly Karpov (Rusia, 1993 – 1999), Alesandr Jálifman (Rusia, 1999 – 2000), Viswanathan Anand (India, 2000 – 2002), Ruslán Ponomariov (Ucrania, 2002 – 2004), Rustam Khazimdzhanov (Uzbekistán, 2004 – 2005) y Veselin Topalov (Bulgaria, 2005 – 2006).  En 2006 el Match entre Topalov y Krámnik permitió unificar el Título, que quedó en manos del segundo hasta 2007, en que Viswanathan Anand lo gana hasta el 2013, en que el joven Gran Maestro noruego Magnus Carlsen se lo arrebata hasta hoy.          

V

Colofón


Dudo mucho que el Ajedrez vuelva a ser lo que fue. Además, la verdad es que mi computadora me gana a veces, y eso que siempre le salgo con mi Apertura Ruy López y siempre me responde lo mismo (A3A), y no sé cómo hacer para que me juegue distinto. Asimismo, la notación geométrica de ahora es bastante mejor que la antigua pero, qué quieren, uno está acostumbrado al buen y viejo P4R. El Ajedrez fue una parte sustancial y muy agradable de mi vida y de todos modos es un juego bonito. Veo además que no he mencionado la intervención del Ajedrez en la Literatura, lo que tal vez justifique otra Crónica. Y a otra cosa, mariposa. 

Post Data: Se me olvidaba señalar algo que me parece de un sexismo atroz: El Ajedrez se separa por sexos: Varones juegan su campeonato y mujeres el suyo. Ello siempre me escandalizó y hace que me pregunte por qué ocurrió así. Aprovecho para levantar mi voz de protesta, estoy seguro que no habría problema en que ambos géneros compitamos en igualdad de condiciones. 
Y ahora sí, hasta otro día

Peru Blogs

martes, 8 de julio de 2014

CRÓNICAS DE LECTURAS 87 - EL CAPITAL EN EL SIGLO XXI


Crónicas de Lecturas - 87

Thomas Piketty – El Capital en el Siglo XXI

(Esta Crónica está dedicada a mi amigo y colega Miguel Miní)


“¿Podemos estar seguros de que una economía basada en el "libre mercado" y la propiedad privada siempre y en todas partes conduce a una división óptima, como por arte de magia? En una sociedad ideal, ¿cómo se organiza la división entre capital y trabajo? ¿Cómo se debe pensar el problema?”
(Thomas Piketty)


“Lo realmente llamativo sobre el debate hasta ahora es que la derecha parece incapaz de montar cualquier tipo de contraataque sustantivo a la tesis del Señor Piketty. En cambio, las respuestas han sido sobre todo los insultos. En particular afirman que el Señor Piketty es un marxista, y también lo es cualquier persona que considere la desigualdad de la renta y de la riqueza una cuestión importante”.
(Paul Krugman)

I

Marxismo, Historia e Intenciones

El revuelo causado por el economista francés Thomas Piketty (Clichy, 1971) con El Capital en el Siglo XXI (Le Capital au XXIe Siécle, París, 2013) llegó al Perú, y el fantasma del Comunismo volvió a quitarle el sueño a muchos que lo creían muerto y enterrado, pues creían que Comunismo y Unión Soviética eran la misma vaina, y no, pues. Guste o no, la participación en la Historia de Charly Marx & Fico Engels – con sucesores y continuadores - ha sido decisiva y sus enemigos los han matado unas trescientas veces, y los tipos en cuestión no sólo se resisten a morirse, sino que sus ideas se han formateado para autorreplicarse generación tras generación. Esto debería preocupar a tirios y troyanos, la autorreplicación no es tanto racional como religiosa, y sabemos cuán peligroso es eso. Aunque la Unión de las repúblicas soviéticas se murió bien muerta y sin atenuante alguno, las ideas siguen allí y cambian sin desaparecer, en una dialéctica de desarrollo análoga a la de la religión. A mediados del siglo XX la mitad del mundo se montaba al marxismo de uno u otro modo, en los ´20 los socialistas y comunistas eran poderosos y alcanzaron un pico internacionalista con la Gran Huelga de los Docks de 1926. Nunca estuvo tan cerca el sueño de la Revolución Mundial y sabe Dios como hubiera sido la cosa. José Stalin trató de convertir el Socialismo en producto estandarizado ruso, y dedicó sus energías al frente interno hasta que Hitler le reajustó algunas ideas. Los teóricos se ahogaron en bizantinismos y divisionismos, que podemos llamar Herejías. La historia de las ideas del siglo XX d.C. se parecería a la Historia de las Ideas del siglo II d.C., con un pequeño cambio en el prefijo del –ismo.  

Mantener la unidad de pensamiento es problemático para organizaciones que se pretenden racionales. José Carlos Mariátegui en su moqueguana genialidad intuyó el mito en el Socialismo, probablemente por eso fue uno de sus profetas y mesías. Las Izquierdas devinieron en Iglesias y Capillas que reclamaban para sí la pureza ideológica y la ortodoxia. El monolitismo del Partido Comunista, cuco de tantos, parece haber estado sólo en las mentes de los que temían que ganara, lo que pudo pasar a mediados de los ´60, cuando la economía soviética crecía más rápido que la de Estados Unidos. El Capitalismo occidental trató a lo bestia de responder al reto y remontar la marea, el Complejo Industrial – Militar que denunció Dwight Eisenhower en 1961 controlaba, como hoy, los resortes del poder político, económico, financiero y mediático a través de un Combinado Empresarial – Tecnocrático – Gubernamental. Las crisis se superaron de modo pragmático y creativo haciendo lo necesario, fuera capitalista, liberal, keynesiano, socialdemócrata o francamente comunista. El colapso soviético no fue la victoria de un sistema sobre otro sino la del Complejo Militar – Industrial de Occidente sobre el Partido Comunista Soviético. Pero volvamos a Piketty, no se nos vaya a escapar. La victoria contra los Soviets dejó espinas sin resolver: Cuba, Corea del Norte, la República Popular China, Vietnam, el Socialismo del Siglo XXI, los nacionalismos izquierdosos árabes, los partidos socialistas, los eurocomunistas y terceras vías, los verdes y demás izquierdas y zurdas de todo tipo, asuntitos que aún están pendientes. Vale decir, la historia no se terminó, como los profetas tipo Fukuyama predijeron después y fallando encima.

Hoy en día los que nada tienen que perder excepto las cadenas (Manifiesto Comunista) se percatan con lentitud que la cosa no ha cambiado, y se están disgustando, otra vez. No se requirió Unión Soviética para que hubiera revoluciones en 1789, 1830, 1848, 1870, 1905, 1911 y 1917, eso sin contar las jacqueries o revueltas de hambre y las rebeliones post-soviéticas, cuestión menor que nuestra Derecha Bruta aún no capta. Y no es que Thomas Piketty tenga todo esto en la cabeza, pero tampoco es un pajarito inocente. Escribir un libro de título explosivo, referido a El Capital de Marx no es secundario ni lateral. El Capital en el Siglo XXI es un libro de Economía que trata de explicar la estructura y funcionalidad del Capital y el porqué de la Creciente Desigualdad. No es Política excepto para la Política Económica, no hay en él Programa Revolucionario alguno ni espeluznantes declaraciones ideológicas que levanten los pelos. Ello molesta aún más pues Piketty rechaza el Comunismo explícitamente, lo considera uno de los dos polos (Simon Kuznets y su optimismo desaforado es el otro) a rebatir y de los que hay que equidistar. Cualquier idiota puede agitar el cotarro, fabricar munición ideológica sólida es muy diferente. Ya que Piketty es tan explícita y conscientemente a-revolucionario, es raro que le acusen de criptomarxista. El Premio Nobel de Economía Paul Krugman lo dice bien claro en el epígrafe que hemos escogido: Para la Derecha, marxista es quien considere la desigualdad de la renta y de la riqueza una cuestión importante. Piketty lo dice así: Pertenezco a una generación que cumplió los dieciocho en 1989, (…) no sólo (…) bicentenario de la Revolución Francesa, sino (…) el año en que el Muro de Berlín cayó. (…) a una generación que alcanzó la mayoría de edad (con) la caída de las dictaduras comunistas y nunca sentí el más mínimo afecto o nostalgia por (…) la Unión Soviética. Fui vacunado de por vida contra la floja retórica convencional anti capitalista, (que) simplemente ignora el fracaso histórico del comunismo (…). No tengo ningún interés en la denuncia de la desigualdad o el capitalismo per se (…) desde que las desigualdades sociales no son en sí mismas un problema, siempre y cuando estén justificadas, es decir, "se funden únicamente en la utilidad común" (…). De qué se asustará entonces la Derecha, me pregunto. Tratemos de encontrarlo en esta Crónica.

II

Confesión de Parte, Lectura en Z, Traducción, Autor y Cómo se Reparte una Torta

No me alargaré innecesariamente: Recibí El Capital en el Siglo XXI tres meses ha, de mi amigo y colega Miguel Miní (que otorga amable e inmerecida atención a estas Crónicas), en su traducción del original francés al inglés por Arthur Goldhammer para Harvard University Press, Cambridge, UK. Mi inglés es bueno y mi francés presenta brechas, así que agradecí el alcance y decidí escribir la Crónica. La primera revisión produjo mi artículo EFECTOS PIKETTY: Ideología y Política sobre la Creciente Desigualdad, y hace cinco semanas me llegó la traducción al castellano de la traducción del inglés del original francés, y ello, tan malo en plan literario, en Ciencia y Economía no lo es tanto. El texto es francamente infame, por el uso del Traductor semiautomatizado on line de Google, y requiere correcciones que se reflejarán en las citas. El best-seller se publicará en castellano este Octubre, no es impertinente reseñarlo en Julio y todo será provisional hasta disponer de una adecuada traducción. Si hay errores ahora, los reivindico dados mis límites científicos e idiomáticos, y que Orfeo me proteja. La obra tiene casi mil páginas, de las que mucho es fuentes, cuadros, citas y bibliografía. Es lectura grande, pero sin especiales dificultades de comprensión lectora, que puede mejorarse sabiendo más matemáticas, incluso hay partes que Piketty reconoce pasibles de eventualmente ser pasadas por alto. A pesar del Traductor On-Line se reconoce una redacción correcta e incluso elegante, centrada en el lector, entre coloquial y científica. Hay un gran despliegue de información empleada para demostrar sus Tesis centrales, lo que justificaría matricularse en un seminario sobre el libro, pero el tiempo me obligó a una lectura en Z de las diversas secciones, deteniéndome acá y allá donde me parecía más interesante y novedoso y tratando de evitar prolijidades. Como toda lectura se justifica en su objetivo, y el mío no es la erudición –que me gustaría – no tengo pretensiones sino de resumir el texto para encajarlo en una Crónica del carácter que mis lectores conocen.       

Thomas Piketty es un profesor francés especializado en Distribución de la Renta y Desigualdad Económica. Desde el 2000 es Director de Estudios de EHESS (École des Hautes Études en Sciences Sociales), y en la actualidad es profesor asociado de la Escuela de Economía de París. En su Currículum Vitae no dice en qué Universidad estudió, pero terminó el Bachillerato en Matemáticas Superiores en 1987, y en 1993 se doctoró en Ulm (Programas  Doctorales Europeos). Posee respetable cantidad de Premios, Distinciones Académicas y cargos de enseñanza e investigación en sus áreas de desarrollo. El Capital en el Siglo XXI se basa explícitamente en muchos trabajos anteriores, donde se recabó una cantidad monumental de data. Su padrino en estas lides intelectuales es Paul Krugman (Albany, 1953), Premio Nobel de Economía 2008. Resuelto así Quién es el Autor y sus Pergaminos, veamos de qué va la obra que combina tres ciencias: Economía, Historia y Estadística. Como todo trabajo científico, posee un corpus de Datos y su interpretación respectiva, que en este libro se entrelazan con elegancia, dando una imagen mental de la evolución del Capital en la Historia. Decir Estadística es decir números o cifras, y para entender el tema del libro hay que entender el gran problema de la Política Económica: El Reparto de la Torta (la renta nacional) y sus dos encontradas posiciones: Uno, el Reparto equitativo; y Dos, el Reparto inequitativo basado en el Crecimiento, a fin que a cada cual le toque una parte sustancial pero no justa de necesidad. Esta Torta se divide en tres a cuatro porciones desiguales según los Factores de la Producción: la Renta del Trabajo (Salarios, sueldos, emolumentos, etc.), la Renta de la Tierra (Alquileres, se subsume en el Capital), la Renta del Capital (Utilidades) y la Renta del Estado (Impuestos, Tasas, Tributos). Tras los Factores están las familias, las empresas y el Estado. El Estado es un Igualador que previene estallidos sociales y mantiene estable el sistema, extrayendo parte de las Utilidades de las Empresas para redistribuir ingreso a las Familias. Piketty distingue del “Capital” el llamado Capital Humano, concepto que considera errado. El Capital en el Siglo XXI demuestra que el porcentaje de la Torta asignado al Capital crece progresivamente a lo largo de los últimos dos siglos y medio, y se lleva cada vez más la parte del León, propiciando una Creciente Desigualdad, pese a períodos contrarios. Aquí el Contenido del libro:

Renta y Patrimonio
1. Ingresos y Egresos
2 Crecimiento: Ilusiones y realidades
Dinámica de la relación capital / ingresos
3. Las metamorfosis de capital
4. Desde la vieja Europa al Nuevo Mundo
5. La relación capital / ingresos sobre el largo plazo
6. La división entre capital y trabajo en el siglo XXI
Estructura de la Desigualdad
7 La desigualdad y la concentración: Preliminar Rodamientos
8. Dos Mundos
9. La desigualdad de los ingresos laborales
10. Desigualdad del Capital Ownership
11. Mérito y Herencia en el largo plazo
12. La desigualdad de la riqueza mundial en el siglo XXI
Cuarta parte: La regulación de capital en el siglo XXI
13. Un Estado Social para el Siglo XXI
14. Repensando el impuesto sobre la renta progresivo
15. Un impuesto global sobre el Capital
16. La cuestión de la Deuda Pública
        
Thomas Piketty señala el carácter de El Capital en el Siglo XXI: Mi objetivo al escribir era hacer este libro accesible a personas sin ninguna formación técnica especial, mientras que el libro junto con el anexo técnico deberá satisfacer las demandas de los especialistas en el campo. Este procedimiento también me permitirá publicar versiones y actualizaciones en línea de las tablas, gráficas y (demás) aparato técnico. Doy la bienvenida a los aportes de los lectores del libro o página web, que pueden enviar sus comentarios y críticas a piketty@ens.fr. El link de acceso en scribd es este: http://es.scribd.com/doc/227491704/Thomas-Piketty-Capital-en-El-Vigesimo-Primer-Siglo-Espanol#download

III

Tesis Fundamentales, y la Primera Parte

Las preguntas que este libro trata de responder están ya en la Introducción: La distribución de la riqueza es uno de los temas más discutidos y controversiales de la actualidad. (…) ¿Qué es lo que realmente sabemos acerca de su evolución en el largo plazo? ¿La dinámica de la acumulación de capital privado conduce inevitablemente a la concentración de la riqueza en cada vez menos manos, como Karl Marx creía en el siglo XIX? ¿O es que las fuerzas de equilibrio de crecimiento, la competencia y el progreso tecnológico en las etapas posteriores del desarrollo llevan a la reducción de la desigualdad y a una mayor armonía entre las clases, como Simon Kuznets pensaba en el siglo XX? ¿Qué sabemos realmente acerca de cómo la riqueza y los ingresos han evolucionado desde el siglo XVIII, y qué lecciones podemos obtener de ese conocimiento para este siglo? Dentro de las varias tesis está que Cuando la tasa de rendimiento del capital supera la tasa de crecimiento de la producción y los ingresos, como lo hizo en el siglo XIX y parece muy probable que lo haga de nuevo en el siglo XXI, el capitalismo genera automáticamente las desigualdades arbitrarias e insostenibles que socavan radicalmente los valores meritocráticos en que se basan las sociedades democráticas. Si esto es posible de ser demostrado – parece que este libro tiene éxito en demostrar lo que se propone - el Capitalismo y la Democracia serían incompatibles. El automatismo determinista del capitalismo suena tanto a Marx que no sorprende que haya quienes se lleven el susto de sus vidas, pero Piketty no tiene nada de marxista ni de bolivariano, más bien parece un neokeynesiano tibiecito, partidario de la Democracia, los Derechos Humanos, y los Controles y Regulaciones: la distribución de la riqueza es una cuestión demasiado importante para dejarla en manos de los economistas, sociólogos, historiadores y filósofos. Es de interés para todos, y eso es una buena cosa. En todo caso, sus pertinentes disquisiciones sobre Thomas Malthus, Arthur Young, David Ricardo (teoría de la Escasez), Marx y Engels orientan el problema de los datos que levanta en la dirección que quiere. No duda el autor en usar datos cualitativos históricos y literarios de entre 1790 y 1830, en particular Dickens, Jane Austen, Balzac y Zolá, y Los Miserables de Víctor Hugo; así como las leyes de la época que investiga. Ni le hace ascos a la data cuantitativa: Balzac atestigua la renta de la tierra en Francia en el 5 %. Plantea el autor dos polos de los que desea igualmente alejarse: El catastrofismo apocalíptico de los marxistas, y el ”cuento de hadas” del crecimiento económico que en automático reduce la Desigualdad, que personifica en Simon Kuznets (1901 – 1985), según el cual la desigualdad de ingresos se reduciría automáticamente en las fases avanzadas de desarrollo capitalista, independientemente de las opciones de política económica u otras diferencias entre los países. Queda claro así que Piketty no cree ni en “pilotos automáticos” ni en el "sentido de la Historia".

Estas disquisiciones se apoyan en sólidos instrumentos matemáticos e ingente data sistematizada por un internacional equipo de investigación. Su ámbito es el mundo en el espacio cronológico desde fines del Siglo XVIII. Recurre a los métodos de la estadística y los modelos matemáticos tanto como a los de la Historia y otras disciplinas sociales. En ello Piketty es algo iconoclasta: la (…) economía aún tiene que superar su pasión infantil por las matemáticas y por la especulación puramente teórica y a menudo altamente ideológica, a expensas de la investigación histórica y la colaboración con las otras ciencias sociales. Los datos son más abundantes y precisos para Europa Occidental – Inglaterra y Francia – y Estados Unidos, es posible que ello influya en el sesgo de lo que llama Fuerzas de Divergencia (Creciente Desigualdad) y Convergencia (Decreciente Desigualdad). Los conceptos de Divergencia y Convergencia son centrales y aluden a la creciente / decreciente relación del Delta de la Tasa de Crecimiento Económico con el Delta de la Tasa de Rendimiento del Capital, que tienden a concentrar y difuminar los casos particulares. Es una dificultad menor para las grandes tendencias. Parece compartir un sesgo con Marx en la percepción del conflicto, enfrentamiento o división entre capital y trabajo, pero no trata de relacionarla con una explicación tipo Lucha de Clases, por ejemplo, que en capítulo posterior se pregunta si no será más bien Lucha de Deciles o Centiles. Parece que cada vez que se cruza con un concepto en potencia peligroso, por el que pudiera tildársele de marxista o izquierdoso, da un conceptual paso atrás y define heurísticamente, es decir para no hacerse problemas. Es posible  que allá esté la razón subyacente de lo cripto de la acusación de criptocomunista. Porque puede también ser bastante claro: Si la división entre capital y trabajo da lugar a tantos conflictos, se debe ante todo a la extrema concentración de la propiedad del capital. La desigualdad de la riqueza y de la consiguiente renta del capital de hecho es siempre mucho mayor que la desigualdad de los ingresos del trabajo.


La Primera Parte de la obra se considera puede pasarse por alto si se tiene ya la información. Presenta y desarrolla ciertos conceptos macroeconómicos y los procesos históricos que llevaron a la situación actual, con algunas, pocas, proyecciones al resto del siglo XXI. En el capítulo 1, Ingresos y Egresos, presenta los conceptos de renta nacional y capital, y examina la relación capital / ingresos. Luego describe con amplias pinceladas la evolución de la distribución mundial de los ingresos y la producción, con énfasis en la tendencia a separarse del ratio de ingresos del Capital en referencia a los del Trabajo. En el capítulo 2 (Crecimiento: Ilusiones y realidades) presenta un detallado análisis del Crecimiento Demográfico y sus proyecciones, en relación a la tasa de crecimiento de la producción desde la Revolución Industrial e incluso antes. En esta primera parte del libro no hay declaraciones especialmente espectaculares, pero siempre conviene recordar que el Crecimiento Económico per cápita – es decir la mejora específica de los niveles de vida individuales – está siempre en relación con la tasa de Crecimiento Demográfico. Esta verdad conviene recordarse pues el Reparto de la Torta per cápita está en relación directa al número de personas con las que se comparten los ingresos. Esta sencilla verdad (el índice de crecimiento demográfico)  la pasan por alto los entusiastas ministros de economía al hablar del crecimiento económico. 


IV

El concepto de Capital, y la Segunda y Tercera Partes

Entre muchos otros importantes conceptos que Thomas Piketty explica, probablemente el más flojo – y con seguridad más criticado – es el muy central concepto de Capital. La definición de algo tan importante que como concepto se incluye en el mismo título de la obra merecería a nuestro ver de todos los cuidados, y en vez vemos flojedad analítica (salvo error), probablemente por la razón antedicha de retroceso conceptual para disponer de un concepto manejable que a la vez le evite la polémica. Pero una consecuencia de habitar el punto medio es la recepción indiscriminada de proyectiles de ambas direcciones: La Izquierda ve contradicción en la ahistoricidad del concepto Capital, en tanto que a la Derecha le parece limitado en lo conceptual al no abarcar lo necesario. Piketty dice: El (…) "capital", incluye todas las formas de riqueza que los individuos (o grupos …) pueden poseer y que pueden ser transferidos o negociados a través del mercado de forma permanente. En la práctica, el capital puede ser propiedad de particulares (… "capital privado") o de los organismos gubernamentales (…) ( --- "capital público"). Por supuesto dice mucho más, pero ello parece más bien ser para acotar el concepto Capital junto a otros conceptos como Ingresos, Riqueza, Renta, lo Privado / Público, lo Nacional / Extranjero, el PBI, el PNB, etcétera. Acota, sí, pero no amplía y es posible que éste sea su talón más al descubierto. Me sorprende que la Derecha no lo haya usado más para atacarlo. Sin embargo el concepto de Capital crece a lo largo de toda la obra, aunque nunca escapa de su ahistoricidad, lo histórico más que ser una idea integrada es un carácter que se le añade. En la Segunda Parte (La dinámica de la relación Capital / Ingresos) de la obra se hace un recuento del desarrollo histórico de las perspectivas de la evolución a largo plazo de la relación entre el Capital y los Ingresos con la División Global del Ingreso Nacional entre Trabajo y Capital en el Siglo XX y de su proyección hacia el XXI, con todas las precauciones. En Las metamorfosis de capital (Capítulo 3) se analiza la evolución del capital en Inglaterra y Francia desde el Siglo XVIII, sobre los cuales posee buena cantidad de data. El capítulo 4 (Desde la Vieja Europa al Nuevo Mundo) reproduce el esquema del anterior, pero referido a Alemania y Estados Unidos. En los capítulos 5 (La relación Capital / Ingresos sobre el largo plazo) y 6 (La división entre Capital y Trabajo en el siglo XXI) el análisis se extiende a la totalidad del globo terráqueo, en la medida que las fuentes y data que posee se lo permiten, extrayéndose lecciones importantes al respecto, particularmente en la proyección al futuro. 

La Tercera Parte de la Obra (La estructura de la desigualdad) es la más larga, y dada la extensión que mi Crónica va alcanzando trataré de presentar sus temas sin detallarlos. El Capítulo 7 (La desigualdad y la concentración: Preliminares) nos familiariza con un concepto matemático fundamental en la Física y otras Ciencias Duras, que primera vez que veo usado en Economía: Los órdenes de magnitud, aplicados a la Desigualdad. Un concepto intuitivo de Orden de Magnitud conduce al número de ceros o cifras significativas en posiciones anteriores y posteriores a la coma decimal, que se explicitan en potencias: La cifra 200 (2 x 102) es un orden de magnitud superior a 20 (2 x 101) y dos órdenes de magnitud inferiores a 20,000 (2 x 104). Distinguir órdenes de magnitud permite comprender el impacto de la Desigualdad, pues las diferencias de distribución de la renta del Trabajo (Sueldos y Salarios) con las rentas del Capital (Utilidades) registran en el tiempo diferencias de varios órdenes de magnitud diferentes, lo que impacta negativamente en la percepción de la desigualdad: No es lo mismo tener el doble de plata que tener diez o cien veces más plata, y a los coeficientes GINI nos remitimos. El capítulo 8 (Dos Mundos) compara a Francia con los Estados Unidos en cuanto a la dinámica histórica de la Desigualdad, mientras que los capítulos 9 (La desigualdad en los ingresos laborales) y 10 (La desigualdad en la Propiedad del  Capital) amplían el análisis a los países para los que cuenta con información sobre las desigualdades entre  Trabajo y Capital. El Capítulo 11 (Mérito y Herencia en el largo plazo) se dedica al acucioso estudio de las diferencias de Capital producidas por la Herencia en comparación a la Meritocracia en el largo plazo. Es este un tema fundamental del liberalismo, por ser donde se muestra en mayor proporción la contradicción entre Capitalismo y Democracia, e importante para entender sociedades estamentarias como la nuestra. La riqueza heredada en el largo plazo – rasgo definido de nuestra sociedad - determina la agudez de los conflictos sociales. Es interesante en esta parte el análisis del llamado Dilema de Rastignac. El Capítulo 12 (La desigualdad de la riqueza mundial en el siglo XXI) analiza las perspectivas para la distribución mundial de la riqueza en las primeras décadas del siglo XXI.




V

Cuarta Parte, Conclusiones y Críticas

La Cuarta y última parte del libro (La regulación de capital en el siglo XXI) trata de obtener de las tres anteriores, de la data y sus interpretaciones desplegadas hasta acá ciertas conclusiones prescriptivas, normativas y de política. Se distinguen aquí preocupaciones no exclusivamente economicistas en el autor. Es notable la visión globalizada y preocupaciones humanistas de este matemático y economista: Hoy, en la segunda década del siglo XXI, las desigualdades de riqueza que supuestamente habían desaparecido están cerca de recuperar o incluso superar sus máximos históricos. La nueva economía mundial ha traído consigo inmensas esperanzas (tales como la erradicación de la pobreza) e igualmente inmensas desigualdades (algunas personas ahora son tan ricos como países enteros). ¿Podemos imaginar un siglo XXI en el que el capitalismo va a ser superado en una forma más pacífica y más duradera, o debe simplemente esperar a la próxima crisis o la guerra siguiente (esta vez verdaderamente global)? En el capítulo 13 (Un Estado Social para el Siglo XXI) se examinan las condiciones actuales – en especial las tributarias - de un “estado social” tanto en los países ricos como en los pobres y emergentes, considerado importante para llegar a lo que podríamos llamar el maximalismo idealista de Piketty, en donde se concentran las iras de los economistas que se niegan a salir de sus acogedores modelos e indicadores: la política ideal para evitar una espiral sin fin y no igualitaria (…) sería un impuesto progresivo y global del capital. Tal impuesto tendría también otra virtud: sería exponer la riqueza a un control democrático, que es una condición necesaria para una regulación efectiva del sistema bancario y los flujos internacionales de capital. Un impuesto sobre el capital promoverá el interés general sobre los intereses privados, la preservación de la apertura económica y de la competencia. Lo mismo no puede decirse de las diversas formas de retirada a las identidades nacionales o de otro tipo, (…) alternativa a esta política ideal. Pero un impuesto (…) global sobre el capital es sin duda un ideal utópico. ¿Impuesto, dijiste? ¿Y además, Global? Anda, báñate. Y sin embargo, hay experiencias como las de la Unión Europea que abonan al respecto, y donde comunes políticas monetarias pueden conducir a comunes políticas fiscales, conforme al concepto de Ideal útil que Piketty maneja.   

Los Capítulos 14 (Repensando el impuesto sobre la renta progresivo) y 15 (Un impuesto global sobre el Capital) abundan en los rasgos de este impuesto a la renta progresivo, en especial en relación con el Estado Social mencionado arriba, asumido por el autor no como sinónimo del Estado de Bienestar, sino más bien con base en las actuales prerrogativas del estado, las que Piketty considera, no sé si con razón o no, como más amplias e importantes que nunca. Creo que me voy a releer esta parte con más ahínco después. Por cierto, es probable que statements como este - que me interesa como Educador - sean los que indisponen a Piketty con la Derecha: El gasto en educación y salud consume un 10 al 15 % de la renta nacional en todos los países desarrollados en la actualidad. Existen diferencias significativas entre los países (…). La educación primaria y secundaria son casi totalmente libres para todos en los países ricos, pero la educación superior puede ser bastante cara, especialmente en Estados Unidos y en menor medida en Gran Bretaña. El Seguro de salud pública es universal (…) en la mayoría de países de Europa (…). En Estados Unidos, sin embargo, está reservado a los pobres y ancianos (lo que no impide que sea muy costoso). (…) El objetivo es dar igualdad de acceso a estos bienes básicos: todos los niños deberían tener acceso a la educación, independientemente de los ingresos de sus padres, y todo el mundo debería tener acceso a la atención médica, (…) sobre todo cuando las circunstancias son difíciles. Se evidencia que la visión de Thomas Piketty corresponde a un Enfoque de Derechos y lo desarrolla con amplitud. El capítulo 16 (La cuestión de la Deuda Pública) toca el candente aspecto de las crisis periódicas del Capitalismo, en particular la del 2008, y desarrolla y explica los patrones que el autor considera más óptimos para acumular capital público que disminuya los efectos del Capitalismo Patrimonial. 

Las Conclusiones sobre métodos parecen importantes. Antes de leer nos parecía todo esto una suerte de mamotreto, nos daba una especie de terror abordarla, más aún como lectura en pantalla; pero resultó que leerla fue agradable por el fondo y por el esquema lógico desplegado, más que por la data o la belleza en la expresión. Es importante en esta obra la “lógica subyacente de las cosas”, el “realismo tipo things as they are” e incluso la sindéresis monda y lironda que combina el respeto a los hechos y conceptos con la amplitud de los instrumentos para conceptuarlos y operarlos. Entiendo que este libro colma por ello la expectativa más exigente, y es posible que ello sea también pecado original para una Derecha que aspira a desentenderse de la realidad, que prefiere indicadores parciales. No hay en la obra tampoco una tremenda Innovación Metodológica (emplea los métodos conocidos, pero no se sesga a los modelos matemáticos) ni radicalismo político de nuevo o viejo cuño. El asunto es más simple: La Tasa de Acumulación de Capital en los últimos dos siglos y medio ha crecido, comiéndose la mayor parte de la remuneración de la Producción y dejando al Trabajo tirando cintura. Es decir una suerte de Plusvalía sin el nombre, que yo uso sólo para hacerme entender. Pero las críticas atacan poco lo metodológico. Semana Económica del Perú en Mayo de 2014 argumenta que el Perú demuestra lo contrario de la Tesis Central de Piketty, al disminuir a la vez la pobreza absoluta y la desigualdad relativa. La conclusión parece algo pedante y bastante falaz al pasar por alto las numerosas premisas que un libro como este presenta, y suena a wishful thinking tratar de matar al mensajero. Por supuesto, Piketty no me necesita, allá está su página web, vayan a ella y discutan estos asuntos si se atreven. Pero falacias e inexactitudes indican que las respuestas no son nada neutrales. Si Piketty atacara al Capitalismo per se se entiende el contraataque de la ortodoxia, pero el susodicho es un convencido del Libre Mercado, y señala incluso períodos en que la desigualdad decrece, cosa que Semana Económica no descubre También dice la Revista que el autor tiene por premisa moral que la Desigualdad sea un problema a resolver, cuando más bien dice lo contrario. Hay dos puntos más de interés en la Crítica: La artificial determinación de porcentajes de Pobreza y Desigualdad, que en el Perú se basa en una artificial y sobredimensionada Línea de pobreza; y la existencia patente de una economía sumergida, hecha de paraísos financieros, comercio ilegal de toda clase (metales preciosos, estupefacientes, armas, tráfico de personas, turismo sexual, etcétera), dinero de la corrupción masiva, trabajo no remunerado de amas de casa y niños, esclavitud escondida; que nunca son ejemplo de equidad. En suma, si Piketty equivoca las cifras, como se ha dicho, me parece más probable que sea por defecto.
   
VI
Un Colofón algo extenso

No sorprende que a Piketty no le hayan dado bola en el Perú sino a regañadientes. Soy afortunado por reseñarlo, pues piensa y habla claro, y no se refugia tras metafísicos pilotos automáticos. La crítica no es por lo que piensa sino por cómo lo piensa, sin dejar rendija por donde se pueda uno escapar, como si el acto mismo de pensar fuera agresivo. Piketty no usa de su potencia metodológica por solidaridad de clase o por algún tipo de ética social o política, su horizonte es el método científico. La solidaridad de clase se discute y la ética se relativiza. En cambio ¿qué haces con una verdad científica, excepto aceptarla?: Para que quede claro, mi propósito aquí no es defender la causa de los trabajadores contra los propietarios, sino ganar una visión de la realidad lo más clara posible. (…), la desigualdad de la capital y el trabajo es un tema que suscita emociones fuertes. Esto choca con las ideas muy extendidas de lo que es y no es justo, y no es de extrañar si esto lleva a veces a la violencia física. En nuestro artículo anterior nos preguntábamos: ¿Habrá tratado Piketty de ser Karl Marx (…) o simplemente de vender su libro como pan caliente (…)? ¿Es éste el principio de un neomarxismo? A estas alturas podríamos cultivar la ambivalencia y decir que ni no ni sí, sino todo lo contrario. Pero somos enemigos de falacias y paradojas, aunque me parezca que Piketty juega con Marx, ma non troppo, y también vende libros como pan caliente en parte gracias a Marx, un poco como los polos con la figura del Che Guevara.

Un cierto neomarxismo puede ser posible, a nivel de métodos más que de ideas, gracias al desapego frente a los modelos positivistas (que tampoco Piketty rechaza de plano), y a una cierta humanización desde las ciencias sociales. El Capitalismo es real, no una entelequia y llamar las cosas por su nombre no es prerrogativa de las izquierdas. Observemos el planteo de la interesante ley fundamental del capitalismo: La fórmula α = r × β es una identidad de contabilidad pura. Puede ser aplicada a todas las sociedades en todas las épocas de la historia, por definición. Aunque tautológica, no obstante, debe ser considerada como la primera ley fundamental del capitalismo, ya que expresa una relación simple y transparente entre los tres conceptos más importantes para el análisis del sistema capitalista: la relación capital / ingresos, la participación del capital en el ingreso, y la tasa de rendimiento del capital. Pero lo que en apariencia no se le perdonará de ningún modo a Piketty es ser heterodoxo y más inteligente que sus críticos. No teme llegar a conclusiones análogas a las de Marx sin ser él mismo marxista y sin siquiera haber leído El Capital. Ello habla de cierto desenfado que no nos es desagradable. Estaremos alerta para ver qué sigue después.


PD.- El set de Figuras y Tablas del libro lo pueden hallar en este link: 
http://piketty.pse.ens.fr/files/capital21c/en/Piketty2014FiguresTablesLinks.pdf 
los incluidos en este artículo son puramente referenciales.


Peru Blogs