La guerrita mediática que se
evidencia cada vez más en nuestro país, con respuestas diversas de la
ciudadanía, el Gobierno y los medios de comunicación está de lo más interesante
en estos días. Según parece a la gran prensa se le ha dado por dedicar sus potentes
equipos de investigación a saber si Nadine va al peluquero, Salomón a la
Sinagoga o a examinar el Túiter de Tapia. Para explicarla con la mayor claridad
posible no hay como la metáfora y la analogía, que tienen la virtud de poder
proyectar la estructura de conocimiento que poseemos de un tema al otro.
Trataremos de hacer eso, básicamente porque nos hace gracia hacerlo.
El Fútbol suele parecerse mucho a
la vida política. En el fútbol la marcación estricta es sinónimo de marcación
“hombre a hombre”, es decir un jugador que se pega a otro con el fin de
destruir su juego. Una variante más moderna es la marcación estricta “por
zonas”, es decir, cuando el hombre peligroso que avanza con pelota dominada es
marcado sucesivamente por dos, tres o cuatro jugadores. Existe una tercera
forma de marcar, menos evidente, que es el control de la pelota por parte de
uno de los equipos, lo que quiere decir que el otro no la tiene y no puede por
ende jugar. Los últimos acontecimientos de la política mediática muestran estas
y otras formas de marcación, destinadas a destruir el juego del adversario. Hagamos
un pequeño análisis empleando la metáfora futbolera hasta donde dé.
Equipos en la cancha
En la esquina azul, de oriente a
occidente, está el Atlético Nacionalista
y sus aliados políticos y mediáticos, tratando de hacer un gobierno de Lucha
contra la Corrupción, Inclusión Social y Crecimiento Económico, que ha asumido
frente a la hinchada el compromiso de hacer goles en estos aspectos para ganar
el partido del desarrollo y de la transformación democrática y social en
democracia. En la esquina roja, de occidente a oriente, el Combinado Oposición aspira a representar a las argollas de los
Clubes deportivos que controlan la Federación de Fútbol y al periodismo
deportivo, cuyo Faenón Fútbol Club perdió
por 2 a 1 el partido de las últimas elecciones frente a un equipo en ascenso.
El Combinado Oposición aspira
básicamente a recuperar el control del campeonato local, de los ingresos de las
entradas y de las transmisiones por TV, procurando que el otro equipo se haga
autogoles y tratando de destruir su juego, sin el objetivo aparente de hacer
algún gol. Podríamos decir que el Atlético
Nacionalista necesita ganar el partido mientras que el Combinado Oposición se conforma con el empate. Después de todo, el
objetivo confesado del Gobierno es tener logros, y por lo tanto si los poderes
fácticos impiden que los tenga es como una especie de victoria en vistas a la
Final del 2016. La cancha es la Opinión Pública, y la metáfora ya no funciona tanto,
pues a diferencia del fútbol, hay muchos espectadores que pueden entrar o no al
juego, según las circunstancias, y en un momento dado un equipo tiene
doscientos jugadores y el otro cuatro.
Control de la pelota
En política mediática de lo que
se trata es de controlar la agenda pública, que podemos considerar más o menos
como la pelota. Esto las dirigencias de los Clubes y los periodistas deportivos
lo niegan en todos los idiomas, pues según ellos la Agenda política baja de los
cielos. Pero hoy no discutimos metafísica. El hecho es que en el fútbol
político los medios tratan de arrebatar la pelota a los “policy-makers” para convertirse en su dueño y jugarla a gusto. Así
el juego se convierte en el popular camote, es decir en un intercambio de la
pelota entre los jugadores del Combinado
Oposición, con los medios de aguateros, que seguramente es muy divertido
para ellos, pero que aburre y molesta al respetable público, que quiere ver
goles y juego bonito. De hecho el Faenón
Fútbol Club, que ya nos gobernó, y otros equipos como el Sporting Naranja, ambos hoy en el Combinado Oposición, trataron y tratan
de hacer de la Agenda pública un camote donde sólo ellos jueguen: Así la gente
dejó de ver el campeonato y se concentró en la Segunda División, que jugaba
mejor fútbol. El resultado fue el ascenso a Primera del actual Gobierno. Ahora
la Copa que se juega se ajusta más a las necesidades del Público que paga por
él, y entonces las tácticas, como bien saben los entrenadores, cambian.
Como no todos los periodistas
deportivos ni todos los opinantes están a sueldo del Combinado Oposición, hay una confrontación de ideas constante
alrededor de cómo debe jugarse el partido. En este tira y afloja algunos juegan
con la Opinión Pública, con resultados que no siempre se adecúan a los
intereses de las argollas de los Clubes y la Federación. Eso a pesar de contar
con varios jugadores en su Liga: Las Encuestas de Opinión, la mayor parte de la
Prensa escrita, televisiva y radial, una parte de la prensa virtual
alternativa, más la bendición del Arzobispo de la ciudad. El Atlético Nacionalista juega solo,
aunque tiene como equipo amigo al Alianza
Susana, equipo también recién ascendido, pero que aún no ve muy bien cómo
pararse en la cancha, y que le encaja bastantes goles al Combinado Oposición, que lo usa para ensayar el juego que hará en
las ligas mayores.
Marcación por zonas y “hombre a hombre”
La marcación por zonas implica
jugar las fichas de manera que se controle el juego del adversario cada vez que
éste se adelanta al arco con pelota dominada. Un ejemplo de gol es lo que
ocurrió acto seguido el actual gobierno asumió, al negociar directamente con
las Mineras y lograr financiar sus programas. Esto fue claramente un gol, dado
entre otras cosas porque el Combinado Oposición
no salió a jugar los primeros veinte minutos del nuevo partido arrancado el 28
de Julio pasado, confundió las cosas y su capitana terminó expulsada por falta técnica.
El gol los agarró descolocados y se nota que les falta un Berlusconi, gran
manejador de pelotas mediáticas. Cosas del Fútbol, ajustadas a los Reglamentos
Oficiales de 1979 y 1993.
En táctica político-deportiva, la
primera forma del marcaje por zona es hacerle el vacío al jugador haciendo que
los espectadores vean a otra parte o transmitiendo un programa cultural, de
manera que el jugador juega en estadio vacío, nadie hable de él y se le esconde,
de modo que aunque sea Maradona y Pelé combinados, nadie sabrá que lo es. En
Política sólo se hace gol cuando la gente lo ve, no hay tal cosa como partidos
con estadio vacío. Por cierto, una variante es presentar boxeo o vóleibol para
restar espectadores, puesto que se controla la entrada al estadio y las
transmisiones radiales y televisivas, cambiando la programación basados en que
la Agenda bajó así de los Cielos. Pero esto no siempre funca. Si la prensa tradicional
independiente y la prensa alternativa de Internet logran que los espectadores comenten
su buen juego, la prensa mediatizada lanza un marcador de punta que señala que
el jugador tiene la camiseta salida o los cordones de los chimpunes
desamarrados. Otro marcador dice que está en off-side (fuera de juego) y/o que lo que está haciendo no es legal,
legítimo o conveniente. Otro que en realidad no jugó bien en el otro partido,
que lo hace por plata, que su Club es de segunda o que quien le paga. Otro más
que no llegará a hacer gol por falta de financiamiento. Y otro más que si hace
gol se producirá el fin del mundo.
Si se consigue sortear estas
zancadillas y se continúa dominando pelota, la marcación se hace más dura, “hombre
a hombre”, acumulando jugadores que controlarán diversos sectores del campo,
olvidándose del jogo bonito y del fair play, y empleando con profusión la
pierna levantada. Como el cargamontón que hay en el Rugby o el Fútbol
Americano, el jugador, por más virtuoso con la pelota que sea, terminará con
veinte tipos encima. Ahí se suele reclamar acudiendo a diversos árbitros y
jueces de línea, que por lo general están pagados por el Combinado Oposición, o se recurre al público para qué se pronuncie.
Otra forma menos voluminosa de marcación “hombre a hombre” es mucho más
selectiva, pero depende demasiado de la habilidad y precio de los marcadores. En
las elecciones – partido pasadas se recurrió a un internacional, Bayly de la
liga de Florida, que sudó la camiseta e hizo lo que sabe hacer en la cancha,
pero sin resultados por autoestima demasiado elevada. Error de los entrenadores,
así es el Fútbol.
Fin de la Metáfora
Hasta aquí la metáfora. El
irrespetuoso e irrelevante escudriñamiento al milímetro de las acciones de los
que están en el poder, más el cargamontón, rayan ya en lo ridículo, si no fuera
porque se hace dejando atrás noticias realmente relevantes. Pero ya sabemos
para donde tira el Combinado Oposición,
y como decía Mao, Salvo el Poder todo es ilusión. El colapso de la credibilidad
de los medios de comunicación está patente en la manera como NO se tratan ni
los faenones en Pesquería, ni la ridícula participación del Perú en los Juegos
Panamericanos, ni la génesis y comprensión de los conflictos sociales. Es tan
notable el deseo de controlar la pelota de la Agenda que es lo único que no se
ve invisibilizado. Tras haberle permitido con descaro al Faenón Fútbol Club hacer lo que le viniera en gana, parece muy
obvio por qué se hace lo que se hace. Y el público, en última instancia, es el
que decidirá los resultados en la Final del 2016. Pero el partido se juega
desde hoy. Y punto.
Aquí más sobre los twitters..
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