LEER Y COMPRAR LIBROS - ODIOSA COMPARACION - DOS
el entendimiento es la conciencia de la verdad,
y el que llega a perderla entre las mentiras de su
vida,
es como si se perdiera a sí propio,
porque ya nunca volverá a encontrarse o a conocerse
(Jacinto
Benavente)
Decíamos en la primera parte de esta leñada que pocos temas hay en el Perú
tan confusos como el de la Lectura, pues acostumbramos el mundo al revés, es
decir que tratamos de acomodar las personas a las cosas cuando la ruta lógica
es la inversa.
Sin embargo, la Ministra de Cultura dijo bien clarito hace un par de semanas, entre otras cosas, que la exención tributaria del 18 % del IGV es superbeneficiosa (sic), pues los beneficios tributarios permitirán la progresiva eliminación de los famosos libros piratas.
A primera vista, lo que se requiere es adaptar los formatos de lectura - entre ellos el libro - a los potenciales lectores. El centro del asunto no son las cosas - los libros -, son las personas - los lectores. Y así la realidad no se acomoda a la optimista visión de las cosas de nuestra ministra. La famosa piratería de libros goza de mejor salud que nunca y se permite dar la hora en las tendencias generales de la lectura en nuestro país. De hecho, la industria editorial del Perú impacta en el mercado de libros de manera extremadamente limitada, como demostraremos a continuación.
Sin embargo, la Ministra de Cultura dijo bien clarito hace un par de semanas, entre otras cosas, que la exención tributaria del 18 % del IGV es superbeneficiosa (sic), pues los beneficios tributarios permitirán la progresiva eliminación de los famosos libros piratas.
A primera vista, lo que se requiere es adaptar los formatos de lectura - entre ellos el libro - a los potenciales lectores. El centro del asunto no son las cosas - los libros -, son las personas - los lectores. Y así la realidad no se acomoda a la optimista visión de las cosas de nuestra ministra. La famosa piratería de libros goza de mejor salud que nunca y se permite dar la hora en las tendencias generales de la lectura en nuestro país. De hecho, la industria editorial del Perú impacta en el mercado de libros de manera extremadamente limitada, como demostraremos a continuación.
Discleimer 2
Tal como hice en la primera parte, y como no soy prelado de la Iglesia Católica, estoy en obligación de
señalar que aunque muchos de los conceptos empleados en este artículo son desarrollados
por mí, hallé importantes coincidencias con esta publicación de Guillermo
Chalvezón -https://elblogdeguillermoschavelzon.wordpress.com/2015/05/15/vender-mas-libros-no-significa-crear-lectores/) - algunos de cuyos conceptos son bastante inseparables de
los míos. Sin embargo, suyo completamente es el cuadro que reproduzco, y suyas
la mayor parte de las conclusiones, me cabe ahí únicamente el mérito de la tardía
coincidencia. Por supuesto, los errores son de mi autoría.
Se observa con prístina claridad que en el sistema
operativo (vulgo mente) de los burócratas
de la cultura, fomentar la lectura es prorrogar la exención del impuesto
general a las ventas de libros, es decir continuar sin gravar con el 18 % el precio de venta de éstos. Ello en sí suena bien, si con ello
el precio real de los libros se redujera efectivamente.
No sé por qué, a veces creo que los peruanos padecemos una suerte de sesgo
cognitivo allá arriba en la tutuma,
producto
aparente de un par de décadas de embrutecimiento programado. Aún personas dotadas de espeso currículum vitae
padecen la enfermedad de la
INDICADORITIS, inflamación de los indicadores que afecta el lóbulo frontal razonante, y
le hace a uno perder la perspectiva de la realidad y creerse la metafísica de
las cifras. La única cura es emplear el propio cerebro y no seguir a rajatabla
el manual de instrucciones y amaestramiento, pero en nuestro país eso es más difícil
que andar derecho o que escapar de la Caverna de Platón.
Me pregunto, por ende, cuándo los burócratas dejarán
de pensar en “libros” y empezarán a pensar en “lectores”, gran misterio ese. O
cuándo dejarán de parlotear “acerca” de los indicadores para hablar de “qué
indican”. Ello está implícito en el concepto de “indicador”, cosa que no
entienden muchos, pero considerando que hay harta gente en mi país que comulga
con hostias cuadradas, y vota por el que roba porque hace obra para robar, me
creo todo.
Los libros que se venden,
y lo que indican
y lo que indican
En fin, hablemos de plata. Es evidente que los libros cuestan
plata, y ello se merece ser puesto en su perspectiva. Aquí es donde la experiencia de Guillermo
Chalvezón es inapreciable. Cédole la palabra:
Invitado por la feria del libro de Bogotá a
dar una charla a editores y estudiantes de edición sobre cómo vender más libros, (...) me puse
a investigar algunas cifras básicas del negocio del libro en lengua española.
Comencé a analizar cifras (...) y
utilizando solo el sentido común logré llegar a unos cuadros sencillos
para poder comparar.
Tomé siete países de diferente tamaño, que en conjunto representan el 70%
de la población que habla español. Dejé de lado Estados Unidos porque aunque
tiene una gran población de origen hispano, su realidad socioeconómica y
cultural es demasiado diferente, y la venta de libros en español es cada vez
menor.
(...)
Finalmente, combiné un cuadro con otro, de manera de poder llegar a una
cifra que, aunque nunca será exacta, permita comparar cuántos dólares por habitante representa el negocio
del libro en cada país:
País
|
Población Absoluta de Habla
castellana
(en millones)
|
Negocio del Libro
(en millones de US$)
|
Negocio del Libro
(en US$ por habitante)
|
México
|
121
|
400
|
3,30
|
Colombia
|
48
|
140
|
2,91
|
España
|
48
|
3.500
|
72,91
|
Argentina
|
43
|
300
|
6,97
|
Perú
|
31
|
32
|
1,03
|
Chile
|
18
|
120
|
6,66
|
Uruguay
|
3,3
|
38
|
11,51
|
Y hasta acá Chalvezón. Si quieres más detalle anda a su
blog, la dirección está líneas arriba.
La pregunta que salta de este
cuadrito, donde ocupamos, para variar, el último lugar en lo que a lectura se
refiere, es:
¿Por qué los peruanos no gastamos más que 1 dólar por habitante y
por año en libros?
Colofón provisional
Algunas conclusiones al respecto en la siguiente leñada, donde analizaremos un poco más el cuadrito. Porque las hogueras queman, pero también iluminan la noche.
Viene de:
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