Hace poco publiqué en este Blog una serie de artículos acerca de los objetivos de la educación con unas notas realistas y algo desesperanzadas, sabiendo que mucho de lo dicho no tendría efecto visible y mensurable. Esto, en la labor educativa, no es raro. Nosotros no “vemos” resultados. Sembramos, regamos, cuidamos el jardín, a veces podamos con energía, a veces tenemos que mirar con tristeza el tronco doblado que tras enormes esfuerzos no pudimos enderezar. Un maestro que se precie de serlo siempre intenta superar la común condición humana. Ningún maestro lo es por el ansia de aumentar sus bienes, sino de enriquecerse enriqueciendo la común herencia humana. Como decía Bertrand Russell, un maestro de verdad tiene un instinto paterno/materno superdesarrollado, que no se puede agotar en los propios hijos, y que lo convierte en el padre y la madre de todos sus alumnos. No hay peor frustración ni peor destino para un maestro que el no poder enseñar. Quizá por eso pretendo, en un momento donde, en el calor de la lucha electoral, aparecen voces que nos culpan de lo mal que anda la educación, hacer una catarsis a través de esta Addenda a esos artículos.
Hoy algunos egregios maestros peruanos recomiendan a sus alumnos, con realismo y paternal firmeza, que no estudien Educación a no ser que la vocación sea tan insoportable que haya que seguirla de todos modos. Hoy la profesión es devalorada y vilipendiada, atacada desde todos lados y, oh ironía, responzabilizada de la debacle y decadencia educativas en nuestro país. Los maestros somos la única barrera que se interpone entre los niños y jóvenes; y las políticas de la sociedad, el mercado y el estado destinadas a embrutecer y mercantilizar. Es una pelea desigual y descorazonadora, porque ellos tienen todos los medios a su disposición, y a nosotros nos quitan hasta lo que no tenemos. Y lo que con tanto esfuerzo tratamos de construir es destruido de un plumazo, y encima nos echan la culpa. La sociedad, el mercado y el estado son en nuestro país entes hipócritas que dicen que la educación es lo más importante, y como consecuencia reducen los presupuestos educativos, desnutren y pauperizan a los niños, hacen de la equidad educativa un sueño, y tienen a los maestros con sueldos de hambre.
Como cualquiera ser humano, a veces me deprimo, y busco mis motivos para seguir adelante y no terminar sentado en la encrucijada lamentándome de mi suerte. Busco, entre los grandes educadores que me inspiraron, los motivos para seguir en la pelea, los objetivos por los que tanta gente común y silvestre como yo pelean una batalla que muchas veces damos por perdida. Nuestro problema existencial como docentes, del que nadie se ocupa porque a nadie le interesa, es por qué deberíamos seguir en una actividad tan maltratada y tan inútil. Los docentes tenemos motivos sobrados para el hartazgo y la depresión. Y la pregunta existencial del docente, que no puede evitar porque la lleva clavada detrás de todas las incomprensiones y desdichas, siempre está dirigida a los objetivos de lo que hace. Por eso a veces tenemos que rebuscar, junto a la vocación primigenia que nos movilizó, lo que aquellos que nos antecedieron en esta tarea tan poco comprendida nos dijeron acerca de los OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN.
Los Objetivos de la Educación según los Educadores
Donde hay buena educación no hay distinción de clases.
(Confucio, China)
La educación iguala a los hombres en lo que se debe igualar a los hombres, en su condición humana. Por sobre la situación económica y las diferencias de toda clase debería estar siempre la comprensión de la común condición humana. Educamos, por lo tanto para que cada ser humano alcance su plena dignidad, es decir, que sea plenamente humano.
Reconocer, mantener y promover en cada ser la dignidad de la persona, ésta es toda la educación de la humanidad
(Enrique Pestalozzi, Suiza)
Por ende, si algo debe hacer la educación es hacernos humanos en un sentido no solamente individual o reactivo a la existencia de desigualdades, sino en el sentido social del término. Es decir no podemos ser plenamente humanos sin el Otro. Porque de nada sirve mi felicidad individual si no está enraizada en la común lucha humana, es que un Objetivo de la Educación es integrarnos a la humanidad en su conjunto.
“La educación debe hacer que cada uno encuentre su propia felicidad, realizada en la medida en que hace que se mejoren las condiciones de los otros”
(John Dewey, Estados Unidos)
La contradicción entre individuo y sociedad es resuelta por John Dewey en un tema ético: No es un ser humano pleno y feliz aquel que no se preocupa por mejorar las condiciones de los Otros. No recuerdo en qué película escuché esta frase: ¿Qué clase de hombre es aquél que no se preocupa de mejorar el mundo en que vive? Un Objetivo de la Educación es construir una ética de la felicidad alcanzada a través del servicio a los Otros.
Para educar a un niño hace falta la tribu entera.
(Proverbio africano)
(Proverbio africano)
Los maestros solamente somos la punta del iceberg. No podemos enseñar sino en el contexto de la sociedad en que vivimos. Si la sociedad considera la educación solamente cosa de aulas, maestros y alumnos, camina hacia su ruina. Se aprende enseñando y se enseña aprendiendo. Hay una relación dialéctica, un círculo virtuoso entre ambas actividades, como bien lo intuyó el desconocido educador africano que cito. Un Objetivo de la educación es convertir a todos los miembros de la sociedad en Educadores, para mantener nuestra viabilidad y nuestra supervivencia social.
“Luchamos por lograr que los niños sean libres en su interior, libres del miedo, de la hipocresía, del odio, de la intolerancia.”
(Alexander Neill, Gran Bretaña)
La libertad es uno de los dones más preciados que el ser humano posee. Es condición para todo. Elude una explicación única, porque es uno de esos principios que, como todo maestro sabe, más que instilado debe ser vivido. Se puede ser libre incluso en el fondo de una mazmorra. Pero sabemos bien a donde nos lleva el miedo, como destruye la iniciativa, como pasma la voluntad, como transforma a los seres humanos en medrosos animalitos agazapados esperando que las cosas les pasen en lugar de salir a hacer que las cosas pasen. Instilar el miedo es objetivo político de muchos para manipular y dominar. Pero el maestro es el enemigo público número Uno de la manipulación, precisamente porque tiene el poder de hacerlo. Un verdadero maestro forma y educa, no manipula. Por ello las dictaduras de todo calibre tratan siempre de amaestrar al maestro. Un Objetivo de la Educación es liberar – y liberarnos - del Miedo, y de toda su odiosa parentela: El Odio, la Intolerancia, la Hipocresía, el Racismo. Y esto es lo más difícil.
La gran meta de la educación no es el conocimiento,
sino la acción.
sino la acción.
(Thomas Henry Huxley, Gran Bretaña)
El ser humano puede definirse, entre otros rasgos, por su capacidad para la acción y el trabajo fecundo. Si bien es esencial saber para qué hacemos las cosas, es igual de importante educar para hacer cosas. Conocer es necesario pero no suficiente. La teoría sin práctica sirve para lo mismo que la práctica sin teoría: Para Nada. Se educa para que nuestros niños y jóvenes salgan al mundo a transformarlo, no a contemplarlo. Un Objetivo de la educación es, a través de nuestros alumnos, transformar el Mundo para hacerlo más humano y vivible.
Conclusión
Cuando nos formulamos el tema de Objetivos de la Educación deberíamos siempre mirar lo que tenemos, con sus gangas y sus mermas, pero además mirar al cielo, a la utopía, al sueño. Siempre desde nuestra realidad por más dura que sea. Pero la dureza de la realidad no nos arredra, porque, como dice el antiguo y siempre reactualizado refrán de los educadores: “El estado no hace nada, el director no dirige, el coordinador no coordina, pero el profesor siempre dicta su clase”.
Y punto.
Te has pulido Javier.
ResponderEliminarPero te cuento algo triste, no necesariamente la educación sirve para el bien hacia el prójimo. Quien educa puede formar para dañar, como hemos visto en los paises radicales (tanto de derecha o izquierda... sovieticos, nazis, vzla actual o cuba) o como lo hemos visto en grupos humanos dentro de sociedades que básicamente van bien (ku klux klan, SL, etc.)
Hay una discusión irresuelta que es el definir que es bueno y que es malo... nunca será resuelta.
Tu filosofía es de lo más positivo, por que tu sí crees que la educación es para que la gente viva mejor en sociedad y se sienta mejor con uno mismo y su entorno.
Te felicito.
Gracias por la felicitación. Quien busca dañar por lo general no educa, porque la educación, por definición, no puede hacer otra cosa que liberar. Si lo que quieres es esclavizar, mejor no eduques, des-educa, haz que las gentes respondan simplemente a estímulos primarios, que marquen el paso en vez de usar las neuronas. Para hacer salivar a un perrito solo necesitas carne y una campana. Las resistencias a todas las dictaduras se inician siempre en un salón de clase, y no es casual.
ResponderEliminarRespecto a lo bueno y lo malo, hay precisiones provenientes de la ética que sería largo ilustrar aquí, y que puede ser materia de otro artículo, pero cualquier "filosofía educativa" debe partir, por el carácter prescriptivo de la educación, de bases éticas, un "deber ser" que naturalmente no es cosa de qué eliges, sino de una cierta epistemología y una concepción del mundo. Uno no es "positivo" porque lo elija, sino porque tiene motivos para serlo. El optimismo solo no funciona, y es por lo general tan ciego como el pesimismo absoluto. El relativismo epistemológico y ético preponderante considera iguales todas las alternativas, lo que es una falacia. Un abrazo.