lunes, 16 de mayo de 2011

JÓVENES QUE NI ESTUDIAN NI TRABAJAN: LA GENERACIÓN NINI


La problemática educativa en nuestro país nos ofrece tantas preocupaciones, y todas parecen tan esenciales. Por desgracia, la tendencia mundial al creciente uso de la cibernética en los procesos productivos tiende a la reducción del empleo; y en nuestro país, además, esto se complica con el divorcio del crecimiento económico del desarrollo. Añadamos a esta malvada sopa nuestras rígidas estructuras sociales, la cultura empresarial mercantilista del cholo barato, más la enorme ignorancia cívico-política de las mayorías, y esta viciosa ecuación nos da, entre otros males que padecemos, la llamada Generación Ni-Ni: Un grupo generacional compacto y creciente de jóvenes que “Ni estudian, Ni trabajan”. Son jóvenes entre los 14 y los 30 años que no hacen, literalmente, nada. Este hecho tiene, necesariamente que causar niveles de angustia en los que la padecen, así como tiene que aumentar el estrés económico de muchísimas familias en nuestro país.

Contexto Nacional

Es conocido el simple hecho que el mercado laboral, en términos relativos, se reduce cada vez más, así como la creciente necesidad de mayores certificaciones académicas para alcanzar la mera posibilidad de trabajos escasos, mal pagados y en condiciones laborales precarias. Ello afecta a vastas capas de la población. Hace tiempo que un vasto sector de la PEA de las capas medias de más de 45 o 50 años ha perdido su empleo principal, y realiza actividades de supervivencia, por ejemplo. Sin embargo, estas capas poseen cierta protección en base a las inversiones realizadas en años anteriores, tanto en su nivel educativo, como en inmuebles, ahorros de todo tipo, o en el apoyo familiar de sus descendientes. Pero el problema se generaliza hacia otras capas demográficas mucho más vulnerables. Aunque hace ya muchos años se abrieron dos grandes válvulas de escape, la Emigración y las Pequeñas Empresas, y aunque carecemos de cifras precisas al respecto, podemos decir que, si de lo que se trata es del logro del pleno empleo o cuando menos de condiciones razonables de vida, la situación laboral de las grandes mayorías de nuestro país ya se escapó de las manos. Los jóvenes que ingresan anualmente en números ingentes al mercado laboral se encuentran con problemas de empleo muy graves.

Otros países de la región han visibilizado este problema, como Brasil, México y Argentina. Aquí todavía o no visibilizamos adecuadamente el tema, o si se hace se plantean simples parches que resuelven únicamente algunos forados más o menos evidentes, y que puedan dar réditos políticos. Es el caso del servicio militar para los pandilleros, planteado por la candidata de FUERZA2011, y en una forma edulcorada por el conservador y conceptualmente bastante perdido Gobierno Regional del Callao. Estas “propuestas”, según parece, amenazan con ser impuestas más que consensuadas, y obedecerían a limitaciones ideológicas de los decisores políticos, o a compromisos políticos, más que a una visión realista del tema.

Lo cierto es que si en los países europeos, el Japón o los Estados Unidos el estudiante que alcanza una certificación no encuentra trabajo y se dedica a sus juegos de video, en países como los nuestros, de pobreza generalizada, el ex estudiante desciende a la categoría de desempleado y ciudadano del Perú. Como se sabe, conseguir una chamba en el Perú para las clases medias implica una movilización de los recursos familiares basada en las relaciones sociales establecidas, más que en los merecimientos académicos del joven en cuestión. Esto no mejora las relaciones sociales, al visualizarse las diferencias entre grupos sociales no principalmente como una cuestión de acceso a la formación académica, que también, sino como de ventajas injustas e inmerecidas alcanzadas básicamente por mecanismos de corrupción generalizada.

Mucha gente no me cree cuando digo, con otros educadores, que el último puesto de un colegio de categoría A estará en una posición laboral mucho más ventajosa que el primer puesto de un colegio nacional, y me pregunto por qué esto está invisibilizado.

El factor ético social y los Planes de Gobierno

Añadamos a este enredo el factor ético, es decir la escala de valores socialmente aceptada e introyectada por los mecanismos sociales de formación de valores, entre ellos los medios de comunicación abiertos. Éstos muestran una increíble irresponsabilidad al transmitir sin autorregulación alguna y como parte de sus contenidos diarios, una ética social basada en el azar, la sinvergüencería, la conveniencia, la vida fácil y una suerte de desmovilización ciudadana. No digamos los evidentes sesgos de la campaña electoral, que muestran palmariamente a vastas capas de la población que la plata manda, y se obtiene por faenones o corrupción. Desde una perspectiva ética no es posible explicarse esta reversión de valores por una cuestión de maldades individuales o limitaciones personales de periodistas o propietarios de medios, sino como un reflejo de lo que nuestra sociedad realmente es.

La invisibilización del tema sería parte de este aspecto. Un factor crucial a tomar en cuenta en los Planes de Gobierno de los candidatos en esta segunda vuelta es la existencia o no de una suerte de Plan de Gobierno “Latente”, escondido detrás del Plan de Gobierno “manifiesto”, que es el que se le muestra al país. Evidentemente, un Plan de Gobierno pequeño y con falencias notables, como el de FUERZA2011 no puede contener suficientes candados que tranquilicen a la ciudadanía. La muestra está en la aparición de temas no mencionados en dicho Plan, como el tema del Servicio Militar Obligatorio, mencionado por dos altos dirigentes de dicha agrupación como Kenji Fujimori y María Luisa Cuculiza, y rápidamente “desmentido” por la candidata presidencial, ni bien se percató de la metida de pata. Nos guste o no, el Plan de GANA PERÚ contiene muchos más de dichos candados, y por lo tanto la ciudadanía puede exigirle su cumplimiento. No pasa esto con el plan de gobierno de FUERZA2011. Es más, un elemento clave del Plan de Gobierno de GANA PERÚ es el de la Lucha contra la Corrupción, y creemos que una manifestación tan frontal en contra de la Corrupción, es garantía de acciones en cuanto a los problemas de valores sociales imperantes en nuestro medio. Y si no lo hace, que tenga por seguro que la Patria se lo demandará.

Generación NINI en el Perú

Volvamos a la Generación NINI. Más del 10 % de la PEA entre 14 y 30 años, y cerca de 20 millones en América Latina padecen el problema. ¿Cuántos en el Perú? No tenemos ni la más mínima idea, pero deben ser una cifra muy respetable. ¿Y por qué es un problema? Pues porque si sumamos dos más dos, el joven que NI ESTUDIA NI TRABAJA, entonces ¿qué hace?.

¿Qué posibilidades tiene un joven de 14 a 30 años que ni estudia ni trabaja en el Perú? Intentemos imaginarlo, a falta de data. Puede quedarse en su casa “haciendo nada”. Es decir, no está, como es frase común entre nuestros jóvenes, haciendo nada por la vida. Lo que significa dejar pasar la vida en una suerte de cómodo “descanso”, insostenible a la corta o a la larga, pues NINI se constituye como carga familiar, sin perspectivas de futuro, como una boca que no produce, pero que hay que alimentar. Y la situación económica de las familias en el Perú no es precisamente bacán. Los servicios educativos se segmentan cada vez más, y sus costos aumentan. Recurrir a las relaciones sociales para que le consigan un trabajo al joven es cada vez más complicado. No hay ninguna política pública al respecto, excepto el programa PROJOVEN, dirigido desde el ministerio de Trabajo, que combina diferentes visiones y posibles soluciones del problema, y según parece de manera más o menos efectiva, pero con una penetración bajísima, dependiente de la inversión privada que se realiza dentro del Perú. Pero desde que la mayor parte del producto nacional es minero, y sale del país, la cantidad de inversión privada no minera – que es baja generadora de puestos de trabajo – es mucho más limitada de lo que se cree. Y la mayor parte de los puestos que PROJOVEN provee lo son en el sector de servicios, que es por definición, de menores salarios. Empresarios guiados únicamente por el criterio de ganancia económica utilizan estos trabajadores para prescindir de otros trabajadores más “caros”, y “reducir sobrecostos”, con el nefasto efecto que por dar trabajo a un joven en condiciones laborales ventajosas para la empresa suelen dejar a padres de familia sin empleo, reproduciendo la Generación NINI a la larga.

Hay otros inquietantes temas involucrados: La delincuencia, el pandillaje, el narcotráfico. Estas respetables instituciones ofrecen puestos de trabajo a los jóvenes peruanos. En la lógica de la ganancia inmediata, son promisorias y muestran una gran proyección basada en la continuidad del uso de psicotrópicos, el crecimiento económico que proporciona “clientes”, la aceptación de la sociedad, y la posibilidad de apoyo gubernamental según quien gane las elecciones. Además poseen proyección internacional y no requieren de experiencia previa, excepto en cuanto a las condiciones sociales imperantes en nuestro país. En muchos casos ofrecen una institucionalidad establecida y reglas de juego claras, entre ellas una jerarquización sólida, y la certeza de que se entra a pie y se sale en pijama de madera. Aunque el mercado interno está subdesarrollado, la capacidad de exportación está en auge, sometida a los vaivenes de los mercados internacionales y de ciertos grupos que supuestamente combaten estas santas actividades. A los jóvenes NINI, básicamente, les proporcionan una actividad en la que se gana plata, reconocimiento social, farra interminable y posibilidades de ascenso político, si elige el partido político adecuado.

Posibles soluciones

El gobernador del estado de Chihuahua, en México, ha propuesto ingresar a los jóvenes NINI chihuahueños en el Servicio Militar. En el caso del Gobierno Regional del Callao, en el Perú, que plantea una forma de servicio semi-militar, no se les llama NINI sino “pandilleros”. Se ha mantenido esta brillante idea en el Plan de Gobierno latente de FUERZA2011, aunque repentinamente sazonada con una copia del original de un exitoso programa brasileño, salpicado de algunas gotas de PROJOVEN. No abundaré en las muchas razones que están en contra de esta medida y a las que cualquier persona con algo de tiempo para usar las neuronas puede llegar. Describí algunas de ellas en mis artículos sobre Matonería-Bullying y Disciplina y Valores, por si son necesarias. Dejemos estas “opciones” y vamos a algo inteligente, recogido y aplicado de diversos educadores y decisores políticos de Argentina, México y Estados Unidos.

Primero: Por motivos estrictamente crematísticos y estamentarios, las Universidades e Institutos del Perú están desactualizadas en sus currículas, mantienen a los estudiantes demasiado tiempo en aulas para sacarles hasta el último céntimo posible, y la mayoría de sus cartones sirven para adornar las paredes, manera simple de decir que no responden a las necesidades del mercado laboral.

Se propone: Vincular las universidades con las empresas privadas para conocer las verdaderas necesidades de éstas, y reactualizar las currículas y syllabi hacia cuestiones realmente útiles. Una encuesta tomada hace algunos años a egresados de las carreras de ciencias de la Universidad Católica mostró que apenas el 10 % de los contenidos aprendidos eran empleados en la vida laboral. Se retiene demasiado tiempo a los estudiantes antes de obtener una certificación que permita entrar al mercado laboral. En otros países se certifica en 2 años, en 4 años, y de ahí en adelante, según esquemas abiertos y flexibles. Por otra parte, las carreras técnicas son aún el patito feo del Perú, por temas de estatus social. Hay experiencias en las que la certificación en carreras técnicas ha sido extremadamente útil en la auto creación de puestos de trabajo. Incluso en el Perú se tuvo en época de Velasco tanto las ESEPs como el llamado Proyecto Perú, gestionado por la Universidad de Lima, que certificaron a muchísimas personas. Las experiencias pasadas, sumadas a las exitosas de otras latitudes deberían impulsar un trabajo sólido al respecto.

Segundo: La deserción y la repitencia en la escuela peruana son problemas graves, más aún si consideramos el bajísimo nivel de calidad educativa que nos caracteriza. La estructura educativa no está diseñada para mantener a los jóvenes en procesos educativos coherentes. La temprana edad de inicio de la situación NINI, indica que muchos de los niños entre los 14 y 16 o 17 seguramente están en sus casas o en las calles, desatendidos de manera absoluta. Esta desatención tiene que tener tempranos efectos de desencanto en ellos. La autoestima baja y la sensación de fracaso se instalan y es el principal caldo de cultivo de NINIs.

Se propone: Reforzar la educación en valores empleando todos los recursos educativos. Es esencial convertir las escuelas en espacios amables. El fomento de programas de Deporte – el programa brasileño con sesgo de género “Vencedoras” se orienta a ello, y tenemos algunas experiencias en el vóleibol -, Arte, Ciencias y Solidaridad social, fomenta valores sociales importantes, prepara para la vida ciudadana y laboral, y es altamente inclusiva. Y mantiene a los niños en las escuelas. En resumen, se trata de hacer atractiva la permanencia en la escuela.

Tercero: La pobreza generalizada determina la presencia de un serio problema de Trabajo Infantil, debido a que los problemas de la infancia no son enfrentados. La necesidad de las familias de mejorar como sea la dramática situación económica determina el ingreso temprano a la delincuencia, en algunos casos ya instalada como tradición familiar, mientras que muchos otros niños tienen que trabajar. La cifra es de millones de niños, y aunque el problema se está visibilizando, falta lo esencial, enfrentarlo políticamente.

Se propone: En primer lugar hay que tener una política seria de Infancia que involucre a los diversos sectores del estado, la empresa y la sociedad civil. Y además establecer una política real y efectiva contra el Trabajo infantil. Esto a nivel de prevención. En lo directo, las distintas experiencias de mexicanos y argentinos de subsidio directo o becas focalizadas parecen tener bastante éxito en esto de retener a los jóvenes en la escuela. Las cifras mexicanas son de aproximadamente US$ 45 mensuales por alumno, con un costo aproximado de 1500 millones de dólares anuales. En Brasil, el acceso al equivalente de JUNTOS en el Perú está amarrado con el envío de los niños a las escuelas. Tenemos entendido que algo de esto se está haciendo en el Perú.

Nos detenemos aquí, por exceso de espacio. No está agotado el tema, ni mucho menos. Pero por lo menos queda planteado.

CONTINÚA EN: NI ESTUDIAN NI TRABAJAN: SEGUNDA PARTE DE LA GENERACIÓN NINI:
http://memoriasdeorfeo.blogspot.com/2011/06/ni-estudian-ni-trabajan-segunda-parte.html

2 comentarios:

  1. Post-Scriptum: Acaba de concederse la Medalla Defensoría del Pueblo" al Padre José Ignacio Mantecón (a) Padre "Chiqui", de Fe y Alegría. Las rutas para resolver los graves problemas educativos pasan por acciones como las que esta meritoria institución realiza, así como por la presencia de personalidades fuertes, sólidas y afectuosas. No será por traumas militaristas que se resuelven por la fuerza.

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  2. Otro post-scriptum: Me acaba de llegar data sobre el tema, gracias a la intervención en una lista de interés de una colega venezolana. Prometo una segunda parte con data.

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