Los Libros de Marilyn Monroe
Me dicen que sos una rubia tonta /
pero eso no es cierto /
no sos rubia en realidad
(Canción pop de un grupo argentino)
I
Marilyn Monroe / Norma
Jean Baker (1926 – 1962)
Encontré en la Revista Virtual Arcadia
un artículo titulado Así era la
Biblioteca de Marilyn Monroe (http://www.revistaarcadia.com/libros/articulo/libros-de-marilyn-monroe/39237),
y tras leerlo me provocó escribir esta Crónica, así que ahí voy. Después de todo, aunque mi adolescencia no coincidió con la época alciónica de Marilyn Monroe, ella era un ícono en
los ´60 y habría que ser marciano para no identificarla. Y de paso, dudo que
los marcianos no hayan tenido noticias de ella, y si los marcianos no existen pues
peor para ellos. Tuvo una niñez movida, con una madre poco aparente para el
puesto, y un padre que se esfumó antes que ella naciera, lo que la hizo
pasearse por varios hogares adoptivos. Casó joven en época de guerra, y luego
se decidió por el sueño de Hollywood, el modelaje y la actuación. Desde 1944
pagó derecho de piso en aquel difícil ambiente, actuó en varias películas en el
papel de rubia tonta, pero seductora, femenina y “vulnerable”. Este tipo no lo
fijó del todo hasta 1952, y según parece expresó el problema de encasillamiento
que Hollywood plantea a los actores, al exigir por contrato acomodar toda
presentación pública a la “casilla” de personalidad, para maximizar la ganancia
de los Estudios. Pero la Rubia no era Tonta, en 1951 se inscribió en la
Nocturna de Arte y Literatura de la Universidad de California. Hacia 1953 le llega
la consagración y el estrellato, marcado por su amarga y poco publicitada frase
sobre los favores sexuales para conseguir un papel. Sigue estudios con Lee Strasberg, crece notablemente como
actriz y funda una Productora, pero su vida emocional es un desastre. Hacia
1956 las tensiones acumuladas le pasan factura en la forma de adicción al
alcohol y a los barbitúricos, y es que diez años en el Hollywood de entonces requerían
un equilibrio emocional poco común. Los ataques de pánico y de negación que
sufría constantemente revelan una voluntad tensa demasiado tiempo en un medio
ambiente hostil y asesino, y a pesar de sus notables éxitos en diversas
direcciones no logra estabilizarse, y es así que una noche cualquiera ingiere
demasiados barbitúricos y ya no despertó más, tenía apenas 36 años de edad. Su
muerte inspiró el bello poema de Ernesto
Cardenal, Oración por Marilyn Monroe
(Señor / recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn
Monroe, / aunque ése no era su verdadero nombre / (pero Tú conoces su
verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años / y la
empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar) / y que ahora se
presenta ante Ti sin ningún maquillaje / sin su Agente de Prensa /
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos / sola como un astronauta frente a la
noche espacial.) que puedes encontrar completo acá: http://www.poesi.as/ec0001.htm .
Se pregunta uno cómo una confesa
amante de la lectura y la buena literatura podía terminar hundida en la evasión
por alcohol y barbitúricos. Quizá ciertas lecturas la llevaban de nuevo a lo
que no podía remediar, no siempre leer es tan bacán como los fanáticos de la
lectura quisiéramos creer, hay lecturas que hacen disonancia con el alma. Lo
que sí sabemos es que era mucho más de lo que aparentaba, como debieron haberlo
sabido los obsesos y ventajistas buitres de la prensa, pues si a alguien le
preguntan qué se pone para dormir, y pergeña a la velocidad de la luz la
respuesta Chanel Número Cinco,
discúlpenme, es para fijarse dos veces en ella. Sabemos que trató de poner por
escrito lo que sentía, lo que la hermana con todos los que tratan, tratamos, de
expresar nuestra verdad interior sobre el papel. Ya se le ha editado lo que se
pudo rescatar, les comento, con el muy adecuado nombre de Fragmentos, en edición facsimilar que tuve la suerte de tener entre
manos. El libro vio la luz gracias a Ann
Strassberg, del Actor´s Studio
de Nueva York, quien sabiamente reúne el testimonio gráfico con el escrito,
porque a veces se necesita que haya editores que complementen lo que el autor
ya no está en condiciones de poder decir, y la imagen completa lo escrito con
un lenguaje igual de potente. Los textos van desde 1943 a 1962, y sus
intenciones y formas van desde notas de cocina, cartas a sus amigos y otros
textos casuales, hasta intentos de poetizar su interior más o menos al modo de
los “cadáveres exquisitos” que nuestro amigo Claudio Basschuk solía fabricar en vida, puede incluso que por
razones análogas. Mas se desprende de estos Fragmentos la lucha perenne por reunir los pedazos en que la
despedazaban, la guerra por demostrarse una y mil veces que era diferente del
estereotipo en que se le encerraba por contrato: es mi feminidad la que exige satisfacción. Nada menos, nada más. No
hay nada de glamour en saberse una derrotada de la vida. Quisiera yo, como Ernesto
Cardenal, que hubiera un Señor en el Cielo que le hiciera justicia, alguien que la invitara a bailar en la fiesta donde ha acudido sola.
II
Marilyn Monroe: Arte, Ensayo y Política
La Revista Arcadia registra 70
títulos de los aproximadamente 450 que había en la Biblioteca de la “rubia
tonta”. Mirando los títulos de una Biblioteca podemos conocer algo del carácter
de los habitantes de la casa, y seguro la Biblioteca de Marilyn no es excepcional al respecto. Clasificar siempre es complicado
y lo hago sabiendo que es mi clasificación y no la suya. Me imagino
que ella no clasificaba, se me hace que los libros estaban en un ambiente
iluminado de su departamento, en libreros de madera de cedro, sin más orden que
el del momento de la adquisición. Así La
Democracia en América, de Alexis de
Tocqueville, se codearía con Ian
Fleming (Desde Rusia con Amor) y con Sigmund Freud, en abigarrada y ecléctica combinación. Por cierto, en otra Crónica traté del libro de Tocqueville, y a ella remito a mis
lectores (http://memoriasdeorfeo.blogspot.com/2013/09/cronicas-de-lecturas-57-lecturas.html),
pero no puedo dejar de pensar que la “rubia tonta”, vinculada sentimentalmente con John y Robert Kennedy, debía tener preocupaciones ciudadanas. Puestos a especular, quizá el libro llegó a su Biblioteca precisamente
obsequiado por alguno de estos políticos, no me imagino a Marilyn haciendo librerías, era demasiado conocida. A ese respecto
algunos títulos resultan especiales, por ejemplo dentro de lo que puede
llamarse el aspecto práctico de la vida encontramos Cómo
viajar incognito, de Ludwig Bemelmans,
que obviamente le debe haber resultado de alguna utilidad en más de un momento,
quizá para las compras en la Librería.
Que le interesara el Arte es
bastante obvio, era parte sustancial de su chamba, y está claro que nunca
se conformó con ser el proverbial prototipo cinematográfico de la Rubia Tonta
que un periodismo idiota trataba de imprimir en un imaginario popular acomodado a las exigencias y necesidades de la Industria del Cine. En lo literario
hallamos en la Biblioteca un estudio filológico como la Antología de la literatura afroamericana, de Sylvestre Watkins. Desde el punto de vista del arte de la música
está Beethoven: Su desarrollo espiritual,
de J.W.N. Sullivan, lo que hace que
nos preguntemos si realmente ella escuchaba a Beethoven y si realmente estaba interesada en su desarrollo
espiritual. Reconozco que acá no tengo clave alguna que me sugiera alguna razón
para leer este libro. El Maestro de la Sospecha Sigmund Freud está representado en los tres ensayos publicados en Moisés y la religión monoteísta,
y se me da que Marilyn
no debe haber leído mucha psicología, ni tampoco se han encontrado libros de
autoayuda en la Biblioteca. Por otra parte, los Fragmentos no lo sugieren así. Por último, parece que se interesaba
por la mitología griega (Mitología griega,
de Edith Hamilton, un clásico del género).
Para los interesados en lo que leía
Marilyn Monroe, acá Freud y el Moisés:
http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/684.pdf;
así como el principio del Libro 1 de Edith Hamilton y Mitología Griega:
http://www.elboomeran.com/upload/ficheros/obras/mitologia_princpio_del_libro_1.pdf
http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/684.pdf;
así como el principio del Libro 1 de Edith Hamilton y Mitología Griega:
http://www.elboomeran.com/upload/ficheros/obras/mitologia_princpio_del_libro_1.pdf
III
Marilyn Monroe: Literatura
En realidad no me sorprende que Marilyn leyera mucha y buena
literatura, tenía un motivo de lo más profesional: Muchas historias procedentes
de la Literatura recalan en el cine, son contadas y recontadas una y otra vez,
y ello para una actriz constituye un aliciente para la lectura. Parece que
Marilyn era centrada en la Toma de Decisiones, y si algo tiene que saber sí o sí un actor, es leer.
No es improbable que las lecturas literarias de Marilyn se centraran en profundizar en ciertos personajes, y que cuando
leyera se identificara con algunos más que con otros, exactamente
como todos hacemos. Esto debe haber sido más ostensible en las obras teatrales
que poseía en su Biblioteca, los actores suelen memorizarlas; y debió soñar con las performances de un Largo viaje hacia la noche, de Eugene
O'Neill, de quien había representado con notable éxito Anna Christie; como de El
innombrable, de Samuel Beckett, Tartufo de Moliére, Un tranvía llamado
Deseo de Tennessee Williams o El precio, de su ex marido Arthur Miller, quien puede que le obsequiara el libro. Parece indudable que Miller encontró que ese alguien increíblemente
sexy con quien se había casado tenía refinados gustos lectores, y debe haber
contribuido en alguna medida a refinarlos aún más, fuera del fracaso matrimonial. Sin embargo, la relación entre la Monroe y Miller no fue emocionalmente tan comprometida como la que sostuvo con el beisbolista Joe DiMaggio, a quien continuó viendo después del divorcio, pues parece era más amable, humano y sencillo que el intelectual.
En la Literatura hace parte la narrativa.
Todos los grandes narradores estadounidenses están en la Biblioteca de la
rubia: Howard Fast (Espartaco), Mark Twain (Aventuras de
Huckleberry Finn, El conde americano y otras historias), F. Scott Fitzgerald (El Gran Gatsby), William
Faulkner (El sonido y la furia), Ernest Hemingway (Fiesta). Entre los británicos está en la Biblioteca Lewis Carroll y sus dos obras Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró
allí, libros que comenté (http://memoriasdeorfeo.blogspot.com/2014/06/cronica-de-lecturas-83-literatura.html) y que de seguro le dieron buenos ratos. Anda por ahí también Lawrence Durrell y su cuarteto de Alejandría y Thomas Wolfe y La historia de una novela. Hay obras en otras lenguas traducidos al
inglés, como Camille de Alexander Dumas; Crimen y castigo y Los
hermanos Karamazov, de Fedor Dostoievsky;
La caída, de Albert Camus; La fugitiva, Sodoma y Gomorra
y Por el camino de Swann, de Marcel Proust; La última tentación de Cristo, de Nikos Kazantzakis; Madame
Bovary, de Gustave Flaubert; Resurrección, de León Tolstói. Parece que la novela de largo aliento no la asustaba, puede que en ella se cumpliera aquello de que uno lee lo que quiere
y/o lo que necesita. Pero la pregunta se impone: ¿De verdad se habrá leído el Ulises de James Joyce, o lo estaba guardando para las próximas vacaciones,
esas que nunca llegaron? Yo lo tengo en mi Biblioteca y no lo he leído
aún, no completo, no consigo llegar a la página 100, y eso que el libro es interesante, pero aturrulla tanto que me cuesta pensar que
Marilyn lo haya leído. Debe haber
algo de prejuicio en esto que digo. Sin embargo esto no explica su ecléctico gusto, o cuando menos curiosidad, por la poesía: Incluye en su
selección a Jack Kerouac, Rainer Maria Rilke, Alexander Pope, D.H. Lawrence, Rafael
Alberti, Federico García Lorca, Edgar Allan Poe, Louis Aragon, Oscar Wilde,
Walt
Whitman, W.B. Yeats y William Blake, por supuesto en inglés,
que sepamos no conocía otro idioma que el propio.
IV
Marilyn Monroe: Filosofía
¿Marilyn Monroe filosofando? La misma chica que le canta a los
Diamantes ponderándolos como el mejor amigo posee en su Biblioteca
los Diálogos de Platón. Y la gran pregunta que uno se hace es
si verdaderamente Marilyn se los
leería. Después de todo vive sola y no tiene que rendirle cuentas a nadie, no sabemos sus lecturas de cabecera. Hay varias posibilidades dadas por las características
particulares de los Diálogos. Puede que se los leyera una vez y los dejó tras completar el libro, paró de leerlo antes de terminarlo, suele pasar. Puede que las consultaba de cuando en vez, como
hacemos algunos. También es posible que no los haya abierto, así de simple. Como
posibilidad más posible se me ocurre que los Diálogos de Platón, como la Metafísica
de Aristóteles también encontrada en
su Biblioteca, podrían haber sido libros de lectura obligatoria en algún curso de la Nocturna de la Universidad de California. El destino de estos libros de lectura obligatoria es que se consulten para lo que se les necesita para luego arrumbarlos en algún estante. Pero en ese caso sorprende no encontrar en la lista la Poética de Aristóteles, digamos que muy adecuada tanto para la Filosofía de la
Estética como para el Arte y la Retórica, y difícil de suponer que no se haya estudiado
en una Universidad. La incursión a los clásicos de la Antigüedad se completa con De la naturaleza, de Lucrecio, el desencantado vividor.
Sorprendentemente, Bertrand Russell es uno de los autores
con más de un libro en la Biblioteca Monroe.
Es verdad que Russell es un excelente
escritor, y que los escándalos en que se vio envuelto en los Estados Unidos – y
que le impidieron enseñar en las Universidades de dicho país - lo debieron
hacer puesto en el candelero muy aparte su merecida fama
como pensador, pacifista, educador y filósofo. El Por qué no soy cristiano y otros ensayos relacionados con la Religión
es un best – seller, de seguro Marilyn trató de estudiarlo y quizá trató de resolver sus dudas filosóficas en materia religiosa a través de los
criterios del filósofo británico. Por cierto que de este libro traté en otra
Crónica (http://memoriasdeorfeo.blogspot.com/2013/06/cronicas-de-lecturas-41-filosofia-2.html),
y hay ahí el enlace a una página para bajar el libro, para los que lo quieran
leer. Tenía la rubia un segundo libro de Russell sobre la Filosofía del Conocimiento: Nuestro conocimiento del mundo exterior. Cuando estás solo, estás solo y eso siempre es dramático. Pero por lo menos te posees a ti mismo y puedes hacer cosas que de otro modo no harías, como construir tu identidad a tu modo, eso hace tus lecturas importantes, quizá hasta ponerte en una perspectiva contestataria, tal vez por eso se encuentre en la Biblioteca La alienación del
hombre moderno, de Fritz Pappenheim,
cuya lectura podrá haberle dado pautas sobre la enajenación de
la sociedad y de las personas en aquellos años ´50 y ´60. Posiblemente, pienso,
trató de encontrar explicaciones para las relaciones humanas que le rodeaban, y
este libro bien puede haber sido un intento para lograr alguna explicación.
Nunca lo sabremos de cierto.
Para los interesados, un bonito
enlace a las Obras Completas de Platón: http://www.filosofia.org/cla/pla/img/azf09007.pdf,
y otro para De la Naturaleza de las Cosas
de Lucrecio: http://www.biblioteca.org.ar/libros/89401.pdf
Colofón
Marilyn era una mujer extremadamente realista, más culta que la
mayoría de los tipos que la obligaron a pasarse la noche con ellos por una oportunidad o por el estelar de una película. Posiblemente el cuerpo de Marilyn Monroe les perteneció, pero no
el de Norma Jean Baker, que sólo se
perteneció a sí misma. Eso se puede distinguir en una Biblioteca, tal como se
puede ver en el cómo se ordena la propia habitación o cómo se camina. Es una parte esencial del mundo interior, allí donde no hay cadenas ni mazmorras que te esclavicen. Y cuando la presión es tan ruda que ello no basta, la contradicción se hace tan aguda que tratamos de escapar de ella como sea, y a veces no volvemos. Lee lo que quieras.
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