Crónicas de Lecturas - 35
Mapas y Gráficos
I
Una habilidad curiosa
De niño me interesé sobremanera
en los mapas. Digo mal, porque cualquiera se interesa. Yo me obsesioné con los
mapas. Los miré, remiré, contemplé y los hice tratando de representar mis
fantasías en ellos. Un marcado recuerdo de mi infancia es el Hermano Herminio ampayándome en clase
haciendo mapas sobre una hoja de papel, una guerra naval de mi completa
invención en un momento que el Hermano
Herminio trataba de hacer clase. Digo en mi descargo que yo sigo en esto de
los mapas, en cambio de la clase del Hermano
Herminio no guardo el más mínimo recuerdo, ni de qué curso dictaba, ni en
qué grado estaba cuando ocurrió el percance. Sí recuerdo la total sorpresa al
serme arrebatado el lápiz con el que estaba dibujando el mapa, muy concentrado
yo, y cómo el Hermano Herminio se
burlaba de lo que yo dibujaba (Una versión libre de la Batalla de Trafalgar y
cómo la hubieran ganado los franco-españoles). Hubo risa general entre mis compañeros
de clase, lo que me produjo gran vergüenza y reforzó la autopercepción de mi
persona como bicho raro. Pero no recarguemos las tintas: Eran peores las
levantadas de patillas que el Hermano
Dante propinaba, en especial porque las justificaba en el crimen de existir
sin su permiso. Mi recuerdo de las intenciones pedagógicas de Herminio y Dante es tan difuso que no tengo ninguno, andan tras la vergüenza
en un caso y el dolor físico en el otro. En otras palabras, y lo diremos bien
claro, no existe justificación pedagógica para el bullying institucionalizado en la gloriosa frase La
letra con sangre entra, en la que muchos aún creen, y que por desgracia
era de común aceptación en las épocas en que yo padecía el sistema educativo de
nuestra patria.
En todo caso, cabía hacerse
mejores preguntas: Por qué un chico de nueve años de edad puede obsesionarse
tanto con las representaciones bidimensionales, mapas, cartas y planos, hasta
el extremo de dibujar su salón de clase estando en el salón de clase.
Interesante pregunta que no responderé ahora, porque no tengo por qué ir
regando por ahí mis intimidades cognitivo-emocionales, pero que fue parte de
ese caro y complicado esfuerzo de desenredarse que constituye una terapia
psicoanalítica. Hasta ahí llegará el nivel de mi confesión en tal aspecto, el que
espere más se frustrará. Sin embargo, el tema tiene que hacer con la lectura, o
por lo menos con ciertas habilidades cognitivas asociadas con las de la
lectura, así que ahí voy. Esto de operar con mapas era considerado por mis
mayores como una reverenda pelotudez, lo que me transmitían. Por ende nunca vi el
asunto como una posibilidad sobre algo qué hacer o a lo qué dedicarme, era una
pelotudez y punto. Pero se me aparecía reiteradamente que podría constituir
algún tipo de futuro para mí, así que por algún tiempo me computé como futuro
Cartógrafo. Tal elección de carrera me fue firmemente desalentada, aunque no
recuerdo quiénes ni cómo, ni sobre todo en
nombre de qué. ¿Olvido Traumático? Probablemente. Cuando tuve firmemente en mis
manos la conducción de mi propia vida, y quise eventualmente retomar el hilo de
mi vocación cartográfica, estaba de moda la Ingeniería Geográfica, que uno o
dos amigos emprendieron. Para mí era demasiado tarde, aunque hoy me arrepiento
de no haberlo intentado, pero tenía que ganarme la vida y mantener con algún
decoro a mis pequeños monstruos. Los años pasaron cada vez más rápidos, el
tiempo corrió. (Paréntesis: Por cierto, siempre me hace gracia que “corría el
año tal”, pues nadie ha visto nunca “correr un año”. Los años miden todos lo
mismo, nosotros más bien corremos cada vez más rápido). Al final el destino me
alcanzó. Como siempre sucede: ¿Es casual que yo terminara de profesor de
Historia y GEOGRAFÍA? ¿Es casual que aunque soy bastante bueno enseñando
Historia, soy muchísimo mejor enseñando Geografía, perdonen la inmodestia? ¿Es
una casualidad que haya torturado a todos mis alumnos de primaria, secundaria y
superior con la obligatoria elaboración de mapas temáticos y de varias otras
clases? Como en la revocatoria, diré que NO, que nada es casual en esta cochina
existencia.
II
Atlas Geográficos
En la actualidad, que tengo que
viajar mucho por razones de trabajo y por muchas y diversas zonas del
territorio nacional, me resulta difícil hacerme la composición del lugar a
donde voy a no ser que pueda observar con detenimiento una representación
gráfica del lugar, léase carta, mapa o plano. Y dicho sea de paso, el Google Maps constituye un aporte de
maravilla a esto, por lo que aprovecho la ocasión para rendirle mi más sentido
homenaje tanto al programa como a sus creadores. Viajo siempre con el mapa
correspondiente y de su interpretación saco la mayor parte de las
características del territorio que visito, y por supuesto disfruto muchísimo al
encontrarlas en la realidad, en especial si los mapas son fieles. Jamás me
aburro al viajar, ni siquiera en los trilladísimos senderos de mi propio barrio.
Hay algo en esto de representarse el mundo y trato de hacerlo todo el tiempo,
conmigo en él. Si puedo elegir cómo viajar lo hago por tierra y de día, y no me
pierdo nada de lo que me rodea, no hay nada más aburrido en el universo que un
largo viaje nocturno (útil para echar la pestaña correspondiente), incómodo aún
en las mejores condiciones. Así y todo el destino me hizo recorrer por tierra,
agua y aire una sección sustancial del planeta donde he nacido, lo he
disfrutado enormemente y seguiré en lo que Marguerite
Yourcenar da en llamar Una vuelta por
mi cárcel. Establecido el punto, miremos un poco de Atlas geográficos, y
otro poco del cielo estrellado, porque hay relación entre unos y otros. No hace
mucho pasé por Talara, extremo occidental del territorio peruano y
sudamericano, y me sorprende que no se emplee para asegurar un par de docenas
de visitas turísticas y un par de puestos de trabajo que podría crear, porque
está precisamente en el extremo occidental del territorio sudamericano. Si son
inteligentes, me harán caso.
En el transcurrir de los años he coleccionado
mapas. Tengo preferencia por los que muestran detalles y rasgos que así nomás
no encuentras. Algunos nos muestran realidades francamente espeluznantes, como
es el caso de los mapas batimétricos de los fondos marinos. Fascinan y son
extremadamente útiles si sabes qué hacer con ellos. En todo caso de chibolo mi
atención se dirigía a los Atlas Geográficos, y por supuesto los primeros de los
que tengo memoria son los Atlas escolares. No había Internet en aquellos días,
y por ende mi idea del mundo era lo que se veía en el dibujito. Esas cosas
marcan más de lo que uno cree. Recuerdo muchísimo que los mapas políticos eran
los más importantes, lo que si uno lo piensa cuatro segundos es contrabando
ideológico de la peor especie. Los Atlas del profesor Rubén Romero Méndez no estaban mal, pero uno no aprendía de ellos
nada útil fuera de los puntos cardinales. Los mapas políticos calatos no te
dejan hacerte la composición del lugar, porque los límites políticos en el Perú
no tienen lógica económica racional, provienen de visiones del territorio
basadas en la mejor manera de explotar a los indios, o de la manera como el
estado puede esquilmar eficientemente a sus habitantes. Del primer rasgo
vinieron los corregimientos, base de nuestras actuales provincias; y del
segundo las Intendencias, base de nuestros actuales e híbridos Departamentos /
Regiones. En las muchas provincias que he trabajado me sorprende encontrar tan
poquísimo conocimiento de la realidad geográfica de la propia circunscripción
política. El saber se detiene casi siempre en la propia quebrada y en la ruta
hacia la cabeza de distrito o provincia. Sin haber estudiado Ingeniería
Geográfica digo que necesitamos en nuestras representaciones geográficas
amarrarnos a las cuencas, a la distribución de las tierras, a la estructura de
nuestros pisos altitudinales, a la anfractuosidad del territorio, a la
periodicidad de las lluvias. A pesar de haber recorrido muchas provincias y
distritos del Perú, haber trabajado con sus municipalidades y autoridades
educativas, son contadas aquellas con una autorrepresentación geográfica clara,
lo que conspira contra una visión adecuada de la gestión del territorio y
desarrollo sostenible, atribución que tienen nuestras municipalidades en la
actualidad.
Algunos conceptos de Cartografía, en:
http://www.ign.es/ign/resources/cartografiaEnsenanza/conceptosCarto/descargas/Conceptos_Cartograficos_def.pdf
Algunos conceptos de Cartografía, en:
http://www.ign.es/ign/resources/cartografiaEnsenanza/conceptosCarto/descargas/Conceptos_Cartograficos_def.pdf
III
Más sobre Atlas, Geografía y Programas
Aunado a mis gustos geográficos –
tal vez inconsciente necesidad infantil de conocer cuál era mi lugar en el
mundo – estaba incorporado mi gusto por la Historia, que por cierto compartíamos
con algunos amigos del cole. Podríase decir que así como un Atlas Geográfico te
da una idea de tu lugar en el mundo, un Atlas Histórico le añade a la cosa la
dimensión temporal, y tal vez puedes encontrar así tu lugar en el tiempo, tal
como lo hallaste en el espacio. Si pienso en el hecho que mi familia proviene
de diversos lugares del planeta, puedo seguir la peripecia vital de mis
antecesores, aunque se necesita cierto concepto de identidad que no es tan
común como se cree. La verdad es que así nomás uno no capta a la primera qué
significa tener ancestros provenientes de otras partes. Pero aún así para poder
hacer el click necesario necesité que apareciera en el colegio un vendedor de
libros que colocó un libro de Cartografía. No recuerdo el autor, pero el libro
era muy bueno y todos los adquirieron. Y yo aprendí de ahí la base de la
Cartografía que hasta ahora sé. Pero fui afortunado, pues continué mi
aprendizaje cartográfico con la Introducción
a la Astronomía de Cecilia
Payne-Gaposchkin, los mapas y revistas de National Geographic, y los Almanaques
Mundiales, cuya primera edición adquirí en 1969, y la última el 2006.
A partir de ahí la Internet proporciona mucho mayor cantidad y calidad de
información cartográfica, y así suspendí mi compra de Almanaques Mundiales y/o Universales.
La Internet proporciona la mayor parte de Información necesaria y suficiente
para efectos cartográficos. Uno de los últimos libros que compré para el
efecto, ya a guisa de compendio, fue la Geografía
Cartográfica de Walter Alva.
La Geografía ha evolucionado, y
hoy son los programas de software lo que cuenta tanto para mapas geográficos y
estelares, como para otros efectos. La investigación de la distribución de las
estrellas, planetas y demás cuerpos en la bóveda celeste constituyen eventos
previsibles gracias a Kepler y Newton. En lo personal sigo amarrado a
mi Stellarium, programa que me
permite chequear la posición de los cuerpos del cielo, a pesar que hay mucho
mejores programas hoy en día. Además los textos sobre Cartografía y Geografía
se han centrado en aspectos más diversificados, particularmente los nuevos
conceptos de la ciencia geográfica en vigencia. Aprecio en particular a Javier Pulgar Vidal y su Geografía del Perú, libro de Geografía hoy
clásico, que presenta las famosas Ocho Regiones Naturales transversales al
territorio peruano, la propuesta de regionalización transversal y la
microregionalización. Antonio Brack
y Cecilia Mendiola escriben Ecología del Perú, imprescindible hoy
en día, así como Perú: Diez Mil Años de
Domesticación, en este caso solamente de Antonio Brack. No dejaré de mencionar la Iniciación a la meteorología de Mariano Medina, de la Editorial Salvat, en referencia a los mapas
meteorológicos, fascinantes con sus frentes frío y caliente que muestran las
diferencias de presión y temperatura. Como parte del curso de Geografía debo
decir que siempre disfruto de explicar esta parte a mis alumnos.
Podemos bajar la Iniciación a la Meteorología de Mariano Medina desde acá:
http://www.freelibros.com/libros/iniciacion-a-la-meteorologia-mariano-medina.html
Podemos bajar la Iniciación a la Meteorología de Mariano Medina desde acá:
http://www.freelibros.com/libros/iniciacion-a-la-meteorologia-mariano-medina.html
Diagramas y Esquemas
Hay un resultado lateral de mi
histórica obsesión con mapas, cartas y planos, la adquisición de la habilidad
de operar con los diversos tipos de esquemas que se pueden utilizar para
expresar conjuntos de ideas. Es algo relativamente nuevo, apenas me enteré de
esto hace unos 20 años, de eso a lo que hoy en día llamamos “organizadores
visuales”, y aprovecho de la ocasión para mencionar el que quizá sea el mejor
libro de compilación de éstos que he visto, que fue escrito por mi buen amigo y
colega Bladimiro Soto Medrano: Organizadores del Conocimiento y su
importancia para el aprendizaje – estrategias y técnicas visuales aplicables a educación
inicial, primaria, secundaria y superior, en donde propone 64 tipos
diferentes de Organizadores Visuales para empleo de los colegas de la Primaria,
la Secundaria y la Superior. Hoy, por cierto, esto de los Organizadores
Visuales no sorprende a nadie, ya se afincó. Pero cuando yo estudiaba en la
Universidad había empezado a hacer algunos de estos dibujitos de manera
espontánea, pues era una manera de operar que me venía bien para fijar los
principales conceptos de los muchos textos que debía enfrentar. Claro que, para
mis adentros, me parecía un tanto tonto y bastante infantil recurrir a
“dibujitos”, motivo por el que trataba de ocultarlos de otras personas. Sin
embargo, tuve buena suerte: una persona mayor que respetaba por sus conocimientos,
observó por encima de mi hombro casualmente este proceso de leer y a la vez elaborar
un diagrama relacionando los principales conceptos del texto que trataba de
aprenderme, y que por cierto en aquella ocasión era para un curso de
microeconomía – y aprobarlo reflexivamente. Qué diferencia con el hermano Herminio que he mencionado líneas
arriba. Cuando se es niño y joven la aprobación de las personas mayores – las
que uno respeta – es invalorable. Temo que no encontré mucho de eso en mi
propia familia, aunque a estas alturas supongo que es algo tarde para
quejarse.
La base cognitiva y la validez
del empleo de Diagramas y Esquemas para Organizar Ideas está en la misma
naturaleza de la mente humana, instrumento multiuso que cuenta con diversas
estrategias para establecer los criterios para el almacenaje de información,
así como para atesorarla en sus celdillas de memoria. No significa que para
todo el mundo serán igual de útiles los Organizadores Visuales, pero sí que
pueden resultar esenciales como un modo de guardar información, por lo menos en
la medida que la visión siga siendo el principal canal de aprendizaje. Por otra
parte, cuando la sociedad tiene modos de aprender propios – en el caso nuestro
caracterizado por el masivo empleo del bullying
emocional y cognitivo expresado en el aprecio a la memoria eidética –
establecidos por la inercia de decenios o de siglos, romperlo siempre es
complicado. Vale decir encontramos diversas respuestas sociales a la innovación
en estos casos, pero la principal es aceptar la moda y aplicarla en contexto
reducido y autoritario. Trabajar con ideas en un contexto autoritario solamente
significa una cosa: Que existe una auctoritas
que aspira a seguir siéndolo. Y no basta con tener esquemas y diagramas, hay
que saber qué poner en ellos. Y ese es un tema que no arregla solamente
cambiando las formas. Pero en todo caso es preferible conocer que no conocer
diversos modos de relacionarse con los diversos planteamientos sobre el tema, y
en ese sentido siempre me ayudan dos compendios que recomiendo con calor a mis
colegas: El Diseño Instruccional de
Aprendizaje por Competencias de Liliana
Galván y Jonathan Golergant,
editado por la UPC; y el Manual para
Talleres de Capacitación Con la Salud sí
se juega, de Kallpa; que aunque
le gusta cambiarle los nombres a las cosas, sin embargo es un compendio muy
completo.
Algo sobre Organizadores Visuales lo puedes encontrar acá:
http://educakids.bligoo.com/media/users/20/1023686/files/250818/ORGANIZADORES_GR_FICOS_O_DEL_CONOCIMIENTO.pdf
Algo sobre Organizadores Visuales lo puedes encontrar acá:
http://educakids.bligoo.com/media/users/20/1023686/files/250818/ORGANIZADORES_GR_FICOS_O_DEL_CONOCIMIENTO.pdf
V
Colofón
Leer no es solamente decodificar
/ comprender letras, palabras, oraciones, párrafos, capítulos y libros. No se
puede hoy en día limitar la lectura al alfabeto. El ejercicio de la lectura es
más amplio y abarca más sistemas de expresión. Pienso en este momento por
ejemplo en las notas musicales, en las matemáticas y la lógica formal, en el
cine, el teatro y la televisión, y me he preguntado qué papel pueden jugar los
organizadores visuales en este tema de la lectura, a lo que llegué desde los
mapas. Como siempre, lee lo que quieras,
como quieras, donde quieras.
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